-- Tengo un favor que pedirles antes de llegar a casa.
-- ¿Qué es?
-- No le digan a papá que estuve con San Lang, por favor. Pienso decírselo después, pero por ahora...
-- No hay problema, Xie Xie. Confía en nosotros.
Xie Lian sonrió a Pei Ming con alivio -- Gracias.
Al llegar, encontraron a Jun Wu regando las flores que decoraban su ventana. Al verlos, reconoció sus rostros de inmediato.
-- Ooh, cuanto tiempo. ¡Miren cuánto han crecido ustedes tres!
-- ¡Tío Wu!
Entregaron los regalos que llevaban y fueron recibidos con abrazos y paternales palabras, hablaron de muchas cosas e incluso prepararon juntos la comida.
-- ¿Cuánto tiempo se quedarán en Inglaterra?
-- Tenemos planeado estar aquí un mes.
-- ¿Ah si? ¿Dónde se hospedan?
Feng Xing saboreaba un enorme tazón de pollo -- Un hotel cerca de la Universidad.-- Que bien, tal vez se topen a mi hijo seguido. Pei Ming.
-- ¿Si?
-- ¿Tienes una novia?
-- Jaja, claro que no. No tengo demasiada suerte.
-- No lo creo, siempre estabas cortejando señoritas. Eras como un pequeño pollo hambriento.
La charla se extendió por horas, hasta que se oscureció el cielo.
-- Tío Wu, es hora de irnos. Volveremos a visitarlos la próxima semana.
Mu Qing se inclinó para hacer un respetuoso saludo a Jun Wu, y éste le sobó la cabeza.
-- Los estaré esperando.
-- Ah, tío Wu -- Feng Xing pareció recordar algo -- el tío Mei fue quien nos dijo donde encontrarlos. Él estaba preocupado por ustedes. Gracias a su ayuda es que estamos aquí.
Jun Wu agachó la cabeza para ocultar su expresión afligida.
-- Antes de irnos, nos pidió entregarle esta carta.
El joven le extendió un sobre de color blanco, con la firma de Mei NianQing encima. Las letras le produjeron una sensación de nostálgia. Xie Lian notó el cambio en su padre.
-- Padre, los acompañaré para que tomen un taxi.
-- Si... si, vayan. Tengan cuidado en volver.
Los vio perderse entre el camino y los árboles del jardin. La carta entre sus manos era ligera y delicada, que sostenerla le causaba un dolor punzante.
-- Mei... ¿ya has olvidado lo que te hice?
--Nosotros nos vamos por aquí. Iremos a comprar unas cosas. Regresa a tu casa.
-- Esta bien. Los veo luego.
-- Xie Xie, te extrañamos mucho.
Xie Lian se sorprendió al escucharlo. Después de todo, hacía muchos años que no se veían.
-- Yo también los extrañé. Esperaba poder visitarlos algún día. Me alegra que no se olvidaran de mí.
Feng Xing gruñó antes de sonrojarse ligeramente.
-- Xie Lian, nunca nos olvidaríamos de ti.
-- Jeje.
Se abrazaron los tres, avergonzados, y luego se separaron.
Camino de vuelta, Xie Lian pensó en lo afortunado que era al tener personas como ellos a su lado. Al mirar hacia el cielo, notó que la luna era hermosa y brillante. Las estrellas iluminaban el camino oscuro del parque por donde pasaba. Esa melancolía le hizo recordar a alguien.
-- San Lang.
-- ¿Qué ocurre?
La voz juvenil hizo eco en el aire, y despertó a Xie Lian de su reflexión, haciéndolo soltar un débil grito.
-- Ge ge admirando la luna se ve tan lindo. Es como una pintura.
-- San Lang, no me digas que me estabas siguiendo.
-- Sólo estoy cuidando sus pasos. Ge ge es un tanto despistado, temo que alguien se aproveche de eso.
-- Ve a descansar tú también, seguramente has estado aquí un buen rato.
-- ...
Xie Lian se acercó a la persona de su corazón y rozó con sus dedos el rostro mas bello de todos.
-- Tu piel está fría.
-- Ge ge...
Xie Lian parecía hipnotizado con la beldad frente a él, y sin más, se puso de puntitas y estiró su cuello para llegar a los labios color manzana. Incluso San Lang no prevenía lo que iba a hacer.
-- Te daré calor.
Xie Lian cerró sus ojos en una expresión tranquila y posó sus labios en los del otro joven, para luego profundizar el beso y atraer su cabeza más abajo. San Lang de inmediato se dejó llevar y cerró sus ojos también, sujetando a su amado por la cintura. El silencio del lugar hizo más ameno el momento, hasta que se vio interrumpido por el sonido de algo golpeando el suelo.
-- ¿Qué estás haciendo?
Los dos chicos se separaron para mirar al hombre, que los miraba con una expresión difícil de furia.
-- Padre...
Tal como se lo dijo a sus amigos, estaba dispuesto a confesarle a su padre que San Lang y él continuaban juntos, pero debía esperar el momento adecuado. Ahora, Jun Wu los miraba con indignación, como si viera a dos extraños cometiendo un crimen.
-- Xie Lian, ¿por qué estás con esta persona? Lo estabas...
No tuvo el valor para decir lo siguiente. Tratando de desviar su ira, levantó la botella de vino que pretendía regalar al trío que acababa de irse, y que por milagro no se había roto al caer.
-- Padre, me disculpo contigo por mentirte, pero tal como lo vez, San Lang y yo tenemos algo especial. Es mi decisión permanecer a su lado.
-- ¡CÁLLATE!
El grito de Jun Wu estremeció a su hijo, pero se negó a retroceder.
-- Te advertí sobre esto. Te dije que te alejaras de este hombre, y me desobedeces. ¿Qué clase de hijo eres?
Luego se volteó a San Lang.
-- ¡Tu tienes la culpa! Mi hijo está cegado por tu culpa. Lárgate, vete de aquí.
San Lang no se inmutó con ello, pero Xie Lian lo tomó del hombro.
-- San Lang, vete. Yo resolveré esto con mi padre, así que no necesitas estar aquí.
-- Ge ge, enfrentemos esto juntos.
Jun Wu nunca había sido agresivo, manteniéndose sereno y amable, pero ahora cosas como el enojo, la tristeza, el miedo y el orgullo lo tenían enloquecido, con sólo el único objetivo de arrastrar a Xie Lian a casa y hacer que olvide al chiquillo demonio.
-- Xie Lian, vamos a casa. Una vez ahí recibirás tu castigo.
-- Padre...
-- ¡No me llames padre!
Al momento, Xie Lian se congeló, y apretó sus labios.
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¿De Quién Es El Destino?
Fiksi PenggemarJun Wu vive en Inglaterra tranquilamente al lado de su único hijo, Xie Lian; quien por cierto ya ha crecido para convertirse en un joven noble e inteligente. Sin embargo, en una mañana normal, ocurre algo que no se esperaba... JW: -- "¿Alguna linda...