Los cuatro acordaron que Xie Lian y San Lang se quedarían en la casa para esperar los cinco días y partir a Italia juntos.
Las noches frescas inundaban con perfume las habitaciones. La casa era mas o menos bulliciosa de nuevo, con una mesa llena de platos y las risas vibrando en el aire. San Lang estaba sentado en la cama donde Xie Lian dormía. Su mano acariciaba con delicadeza su mejilla iluminada con la luna, y su rostro tranquilo enamoraba al demonio. Por alguna razón, su alteza tenía demasiado sueño luego de volver de la escuela, y se recostó en la cama, quedando profundamente dormido. San Lang se dio cuenta y con cuidado lo acomodó y cubrió con cobertores para que no tuviera frío. Ahora, sólo admiraba su belleza con un ojo anhelante y profundo. Ya eran tres horas que yacía al lado de su alteza, vigilando su sueño.
-- ¿Pequeño Lang?
Mei abrió la puerta silenciosamente y asomó la cabeza. La tranquilidad de la habitación y la figura hermosa de alguien al pie de la cama de su amado era digna de una pintura. Sonrió y le mostró a San Lang una taza de té.
-- ¿Por qué no acompañas a este viejo a tomar una taza de té? Xie Xie no va a despertar incluso si giras la cama.
San Lang lo pensó un momento, pero al final se levantó; no sin antes asegurarse de que su amado estuviese cómodo. Se acomodaron en una mesita junto a la ventana de la sala, y Mei se apresuró a servir dos tazas y bocadillos.
-- ¿Dónde está él?
-- ¿Jun? Bueno... los viejos como él ya no tienen demasiada energía, así que lo dejé en cama inconsciente.
-- ...
-- San Lang, ¿estás feliz por saber que Xie Lian está luchando por continuar contigo?
El marfíl oscuro brilló, y sus labios temblaron.
-- Ese niño es tan terco, pero, su voluntad es fuerte. Un corazón como el suyo vale demasiado. Y yo sé que tu entiendes eso. Si esto llega a funcionar-
-- Si es algo que Ge ge desea, haré que funcione. No me importa perder todo lo demás. Sólo quiero verlo feliz.
En eso, Mei sacó un juego de cartas y sin avisar las repartió entre él y San Lang, quien no dijo nada y le siguió el juego.
-- Bien bien, me gusta oír eso.
Luego de un tiempo, finalmente Mei entendió que no podía ganar contra el rey demonio, y escondió las cartas antes de perder la última ronda.
-- San Lang, ¿y que harás si heredas la empresa y logras casarte con Xie Lian?
-- Por supuesto voy a cuidarlo, trabajaré para que Ge ge tenga lo que deseé.
-- Pero él también tiene sueños, no creo que sólo quiera encerrarse en una gran mansión para esperar tu llegada.
El chico acarició el anillo en su dedo, y miró a Mei con seriedad.
-- Yo entregaré mi vida entera para él, no importa si paso noches sin dormir o si debo abandonar todo lo demás; pero Ge ge, yo quiero que viva a su gusto. Nunca me voy a interponer en sus deseos. Si él quiere salir, yo mismo abriré la puerta. Si quiere tocar el cielo entonces lo levantaré con mis propias manos.
Las palabras de Mei tardaron en salir, sus ojos bien abiertos. Soltó una pequeña risa en tanto llenaba de nuevo las tazas.
-- Ya veo. Xie Xie tiene muy buena suerte. Realmente tu devoción hacia él es ilimitada, eso me gusta. Así ese niño vivirá feliz por toda la vida. Sostén esto.
Le pasó a San Lang una caja forrada con terciopelo de color rojo, dándole una palmadita en la cabeza.
-- ¿Qué estás esperando muchacho? Ábrelo y mira lo que te da este abuelo.
Los dedos del joven se deslizaron sobre la caja y lentamente la abrieron.
-- Esto es...
-- Mi regalo de boda.
Dos anillos hechos de plata pura brillaban en la caja, con hermosos diamantes. Ambos resplandecían igual, con belleza pálida.
-- Si los quieres, entonces tómalos. El día de su boda pónlo en el dedo de Xie Lian y únanse. Incluso si al final no pueden convencer a tu familia y se niegan, asegúrate de inclinarte junto a él tres veces. Por el dinero no te preocupes. Ya no soy tan joven, algún día debo entregar mis bienes a mi heredero, que será Xie Lian. Administren mi empresa juntos.
-- Usted...
-- Dejaré mis bienes en sus manos. Deben cuidarlos bien, esa empresa salió adelante gracias a un viejo amigo que me da su suerte desde donde está. Hacer algo bueno por ustedes, es porque los aprecio, ambos son mis hijos.
Mei enseguida sintió ternura por el muchacho que admiraba la pequeña caja con su ojo brillante y le agradecía fervientemente.
-- ¿San Lang?
Ambos hombres en la mesa voltearon. Xie Lian llegó a la sala buscando a su amado, pero con pasos lentos y frotando sus ojos dormitados. El demonio guardó la caja discretamente y rápidamente fue con él.
-- Ge ge, hace frío. Vaya a acostarse o se va a enfermar.
-- San Lang, ven tú también... la cama está fría.
Sus manos fueron tomadas con suavidad, y sus hombros cubiertos con el suéter de San Lang.
-- Entiendo, entonces vamos a dormir Ge ge.
-- Tío Mei, buenas noches.
-- Buenas noches Xie Lian. Duermánse pronto que ya es tarde.
-- Fue agradable hablar con usted, le agradezco.
Los dos jóvenes se retiraron a su habitación, andando poco a poco según el ritmo perezoso de Xie Lian. Mei admiró la belleza nocturna en silencio en tanto bebía su té.
-- Los jóvenes de hoy en día son atrevidos. Yue, seguramente te encantaría ver a estos dos niños, son tan lindos.
-- ¿Mei?
Jun Wu se asomó para verlo. Venía caminando con lentitud, vistiendo una camisa mal puesta que le descubría el pecho y un abrigo.
-- ¿Que estás haciendo ahí tú solo?
-- Estoy tomando un poco de té. Ya sabes, te desmayaste y no logramos continuar.
El cuerpo del otro se detuvo, y después tomó la mano de Mei, para jalarlo hacia su cuarto.
-- Mei, definitivamente tienes mucha energía. Espera un poco y podré satisfacerte por completo. Pero ahora vamos a la cama, mírate, estas temblando.
Un abrigo fue puesto en sus brazos tiritantes, y lo abrazaron con suavidad. Mei sonrió y puso su taza en la mesa.
-- Bien, entonces vámonos.
Ver a la joven pareja tan felices y ansiosos por estar juntos era magnífico, el amor que demostraban por el otro siempre rebasaba las expectativas; sin embargo, ahora que alguien más también iba a su lado y lo cubría del frío, ya no se sentía tan aislado. Sin duda, protegería el amor de esos dos pequeños soñadores.
-- Mei.
-- Dime.
-- ¿Cuántos años tienes?
-- ...
Ese día, Jun Wu aprendió a no hacer jamás esa pregunta. Y al menos logró librar su muerte.
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¿De Quién Es El Destino?
أدب الهواةJun Wu vive en Inglaterra tranquilamente al lado de su único hijo, Xie Lian; quien por cierto ya ha crecido para convertirse en un joven noble e inteligente. Sin embargo, en una mañana normal, ocurre algo que no se esperaba... JW: -- "¿Alguna linda...