Cap 81

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San Lang se apresuró a cargarlo y devolverlo a la cama, ante la vista perdida de ambos padres.

-- Xie Lian, ¿qué te sucede?

-- Tío Mei, no puedo caminar por ahora. Uhm, estoy cansado.

-- ¿Dónde te duele? -- Mei inspeccionó de lejos, notando las marcas en las piernas y cuello de Xie Lian. Jun Wu casi se desmaya.

-- ¡Mocoso!

San Lang ignoró al adulto, concentrado en cubrir la piel de su príncipe. Jun Wu parecía querer escupir sus órganos.

-- ¿!No pudiste esperar a casarse!? Mi hijo... mi preciado hijo- lo has ensuciado con tu maldad.

-- Ya ya, está bien querido -- Mei no se sorprendió demasiado, en cambio tranquilizó con palmaditas al dios furioso -- Xie Lian ya no es un niño, por supuesto que un par de jóvenes saludables querrían hacer estas cosas juntos. Tú y yo tampoco estamos casados, y hacemos travesuras cada noche. Déjalos ser.

Esta vez fueron Xie Lian y San Lang quienes se miraron en shock, deseando no haber escuchado eso de Mei. Jun Wu lloró desde su corazón al no poder defenderse.

-- Por desgracia, San Lang... -- Mei lo miró con lástima -- a partir de ahora no podrás dormir con Xie Xie, tampoco besarlo o verlo desnudo.

San Lang parecía querer morir. Él mejor que nadie conocía las reglas matrimoniales de la familia, donde establecía no poder tocar a la novia, desde que se aprobaba oficialmente la unión, hasta la noche de bodas. Xie Lian adolorido aplaudió.

-- De acuerdo, muy de acuerdo.

-- Ge ge~

Las lágrimas de San Lang le ganaron a las de Jun Wu por primera vez.

Luego de regresar de hacer turismo por todo el bello lugar y comprar recuerdos, Mei y Jun Wu fueron notificados por Madam Quan acerca de la aprobación del matrimonio, ya que, según lo que le dijo Yin Yu, Xie Lian logró obtener la llave, saliendo vivo del acto y sin un sólo golpe de YiZhen. Por ello, la ceremonia se efectuaría en unos cuantos días, sin nadie capaz de detenerla.

Los tres días previos a la boda fueron un tormento para la joven pareja; casi completamente separados.

Por las noches, Xie Lian era custodiado por Mei, que dormía a su lado para evitar posibles secuestros o visitas nocturnas.

San Lang fue devuelto a su habitación y Jun Wu recuperó algo de su vitalidad, pero extrañando la calidéz a su lado en la cama. Durante el día su alteza era instruido por Mei, Madam Quan y Yin Yu, arreglando esto o aquello para la ceremonia, probándose el vestuario o aprendiendo los movimientos adecuados. Por su parte, San Lang aprendía con ayuda de Jun Wu y Quan YiZhen.

Desde primeras horas hasta que Mei lo cubría en colchas y lo envolvía en abrazos y mimos, Xie Lian se esforzaba en memorizar cada cosa, con su mente y corazón dedicados a San Lang. Todos estaban de alguna manera ansiosos, tratando de preparar todo a la perfección.

-- Tío Mei.

-- ¿Mnh?

El adulto tenía las manos ocupadas en desempacar algo. Xie Lian cepillaba su cabello y se subía a la cama.

-- ¿Cree que a San Lang le guste mi apariencia con un vestido de novia? Tal vez sea algo inapropiado y él se sienta incómodo...

-- Aiya, Xie Xie. Ese niño está enamorado incluso de tu sombra, no hay manera de que se incomode. Además, ese vestido te hace ver tan lindo; literalmente va a babear cuando te vea. Confía en mí cariño.

-- Gracias tío Mei -- Las mejillas enrojecidas delataban la felicidad y emoción del joven, sólo imaginando el rostro complacido de su prometido -- yo también quiero ver a San Lang mañana con su ropa de novio puesta.

El sacerdote se sentó a su lado y le acarició la cabeza.

-- Aunque... me gustaría que hubiese alguien más en mi boda.

-- ¿Quién?

-- Mi mejor amigo. Tío Mei, lo amarías, él es como mi hermano. Pero hace un tiempo se fue y no pude comunicarme. Estoy seguro de que se alegraría mucho de ver cómo han marchado las cosas. También le gustaría la comida que prepara usted.

-- Ya veo. Bien, cuando regrese voy a realizar un banquete de bienvenida con mis mejores recetas.

-- ¡Si!

-- Ahora, Xie Xie.

-- ¿Si?

Le pasó en sus manos la caja que tenía recién, mostrando una sonrisa tan emocionada.

-- ¿Ya tienes algo listo para tu noche de bodas?

-- ...No...

-- ¡Perfecto! Este anciano ha conseguido algo lindo para impresionar a tu esposo. Vamos, mira dentro.

-- ¡¡...!!

Le resultó difícil a su alteza creer que el comportamiento amable y la cara inocente de Mei fuesen un señuelo para evitar descubrir su verdadera forma.

El canto de las aves y la luz cálida del sol anunciaban la mañana. Sólo unos cuantos familiares y amigos fueron invitados, pero el salón y los adornos tradicionales eran ostentosos. La ceremonia sería llevada a cabo al atardecer, y toda la mansión sería ocupada. El rojo pintaba en diversos sitios y ornamentos, resplandeciendo con la brisa.

Jun Wu terminó de colocar el velo en la cabeza de Xie Lian, cuidando que no se cayese. Mei aplaudía suavemente.

-- Xie Xie, te queda muy bien ese vestido. Todos quedarán impresionados.

El príncipe se miraba al espejo impaciente. Sus mejillas no dejaban de mirarse rosadas y su pecho no paraba de gritar. Su padre sonrió detrás de él.

-- Xie Lian, siento que todavía eres muy joven para dejar tu hogar.

El joven se giró hacia el hombre que lo observaba melancólico.

-- Padre, siempre podré visitarte de nuevo en el futuro. No me olvidaré de ti.

Las lágrimas rodaron por el rostro de Jun Wu en tanto abrazaba a su querido hijo.

-- Mi pequeño, nunca te olvides de este anciano. Si alguna vez quieres regresar a casa, te estaré esperando siempre.

Xie Lian también dejó salir una pequeña gota salada de sus ojos, sin dejar de sonreír. Estiró su brazo a Mei y lo invitó a unirse. Ya juntos los tres, presionó su cara entre sus dos seres queridos.

-- Papá, tío Mei, gracias por estar conmigo hoy, ahora. Son los mejores padres.

Luego de los momentos conmovedores, alguien tocó la puerta del cuarto.

-- Lamento la interrupción, pero ya es la una. Todo está listo para partir.

Mei secó su llanto y le dio unas palmaditas a Xie Lian.

-- Bueno bueno, Xie Xie, el vestido se arrugará si te mueves mucho.

¿De Quién Es El Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora