Extra 9

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Los labios que apenas conservaban un poco del pigmento rojizo se ocupaban de mantener un poco de aire, mientras el otro los besaba desesperadamente. Las túnicas de He Xuan ya estaban todas en el suelo, dejando al desnudo su cuerpo pálido y excitado. Las manos de Qin Xuan fueron aprisionadas por la del demonio, y su abdómen suave se contraía con dulzura; lo que provocaba que He Xuan disfrutara de ultrajar su zona interior con los dedos.

-- Mmm... Xua- ahn, ahh...

Quería liberar sus manos, pero la fuerza del otro se lo impedía, además de estar fuertemente presionado contra la cama. El vestido desarreglado impedía que la tenue brisa nocturna tocara todo su cuerpo. Los besos apasionados lo dejaban sin aire, pero el placer de sentir que su lengua era devorada fue mayor.

-- Qin Xuan, te estoy follando sólo con mis dedos. Contrólate más, estás a punto de correrte.

Pero a este extremo le era imposible contenerse. Su pequeño agujero ansiaba sentir cada milímetro del hombre, y cada rincón de su ser deseaba ser poseído por la fría marea.

Aunque él tratara de resistir, su cuerpo ya no lo obedecía, resignado a temblar de placer por He Xuan. Sus ojos vidriosos echaron un vistazo a los brazos que lo acorralaban; no tan musculosos, pero sí bien definidos. El estómago marcado que rozaba al suyo en ocasiones también lo volvía loco, y es que era un físico casi perfecto a su alcance. He Xuan era el dueño de su amor y también de su anhelo y admiración.

Apartó su boca del beso y se dispuso a morder ligeramente la clavícula de He Xuan, para luego lamer su manzana de Adán. Ante tal iniciativa, el miembro de la calamidad se hizo más rigido.

-- XuanXuan, te amo.

-- Yo también te amo.

Sus miradas se cruzaron, admirando la belleza del otro a través de sus pupilas. He Xuan liberó las muñecas que sujetaba y éstas se abrazaron de su espalda.

-- Y, lamento haber dicho esas cosas crueles, de que no te quería y que solamente te utilicé. Entiendo que mi carácter a veces es terrible y tengo poco sentido del humor, pero nunca le diría a alguien tales palabras si no lo siento en verdad. Yo, sinceramente desde el fondo de mi corazón... te amo. Para mí, no hay nadie en este mundo mejor que tú.

Sus ojos apagados se cerraron, y Qin Xuan los besó.

-- Yo creo en He Xuan, por supuesto que tomaría tu confesión en serio.

Ambos sonrieron y volvieron a besarse, la profundidad y el roce de sus labios y lenguas era tal que los embriagaba. Pero al siguiente segundo, Qin Xuan ahogó un grito en la boca de He Xuan, clavando sus dedos en la fuerte espalda.

-- Mnhg...

El miembro duro de He Xuan lo penetró sin piedad, dificultando su respiración y llenándolo con un dolor familiar. La carne sensible y ya dilatada abrió su paso al pene que lo invadía, pero debido al tiempo que no fue usado para tal propósito, el ardor y la sensación de desgarre apareció ahí. Sus piernas se apretaron alrededor del otro y su cuerpo se estremeció.

-- XuanXuan... fuiste rudo...

-- ¿Lo fui?

Pero, en lugar de esperar comenzó a embestirlo en tanto sus manos obligaban a las piernas suaves de Qin Xuan a abrirse en una posición realmente sucia, mordiéndolas de vez en cuando. Los gemidos encantadores del joven que apenas podía reaccionar a los ataques soplaron en sus oídos. En esas, su mano se topó con el labial de Qin Xuan, y sin aguantar las ganas de corromper al dios lo abrió y pintó al chico en los labios.

-- ¿Huh?

Satisfecho, cerró el cosmético y lo arrojó. De nuevo la belleza femenina de Qin Xuan le resultó un placer a la vista.

-- XuanXuan... esto es...

Lo jaló del cabello y forzó a sentarse encima de él sin dejar de penetrarlo, ahora con mayor profundidad. Mordió y succionó la curva de sus cremosos hombros, su delgado cuello, sus colorados e hinchados pezones y sus mejillas rosadas. Incluso atrapó en su boca la dulce lengua que se asomó tímidamente al someterse a tanta estimulación interna y externa.

El punto dulce del dios se frotó bastantes veces con el grueso pene de He Xuan, y la eyaculación lo amenazaba. Él mismo movió sus caderas para que lo penetraran hasta la zona más profunda.

La frustración de los dos era tanta que no se conformaron con una o dos rondas; continuando hasta que ya no podían moverse del todo, dejándose caer en la cama. El vestido desde hace mucho había caído al suelo, exponiendo cada centímetro del cuerpo de Qin Xuan para que fuese probado por He Xuan a gusto.

El dios terminó arriba del otro aún conectados, recuperando un poco de aliento; ambas piernas separadas a cada lado.

-- Qin Xuan.

-- ¿Sí?

-- ¿Te tocabas pensando en mí?

-- ...

Qin Xuan se decidió a guardar silencio, pero He Xuan tenía curiosidad y comenzó a levantar sus caderas para embestir al joven, sosteniendo las dos piernas para evitar que se escapara y que recibiera estocadas más profundas.

-- ¡Ah! No... no, espera...

-- ¿Lo hacías?

Confesar que en efecto, usaba su propio cuerpo para recordar las caricias que tanto amaba, era vergonzoso y difícil. Poner en palabras la gran insatisfacción y la tristeza con la que trataba de recordar era obsceno, pero sus paredes internas que volvían a ser frotadas al punto de recibir placer insoportable ya no aguantarían mucho tiempo. Sus manos lucharon pero al final sucumbió.

-- Lo- lo hice...

He Xuan sonrió apenas, aumentando la fuerza.

-- No... XuanXuan, ya estoy lleno... no puedo recibir más-

-- ¿Dónde te tocabas?

-- Ugh.

-- Dímelo, o voy a correrme dentro de tí.

-- Yo... ponía mis dedos aquí -- su mano se estiró para tocar los bordes rojizos de su abertura, que continuaba siendo ultrajada -- y masajeaba mi pecho... mmn- ah...

-- Que lindo.

A pesar de eso, He Xuan no detuvo las penetraciones. Sus cuerpos se balanceaban, unidos con la humedad y el extásis del tiempo que no pudieron estar juntos. Y dado que Qin Xuan era débil ante el amor que recibía por parte de la calamidad, no tardó en buscar los labios del otro mientras tanteaba los músculos firmes y disfrutaba de los ataques. He Xuan apenas lograba separar sus labios debido a la desesperación del dios por atrapar cada parte de él.

¿De Quién Es El Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora