Cap 67

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A pesar de sólo estar empezando con una ronda de cartas, Jun Wu sostenía la cintura de Mei, y ambos estaban enredados entre las sábanas, semidesnudos. La sonrisa optimista de Xie Lian se congeló; San Lang optó por mirar hacia otro lado.

-- Xie Lian... puedo explicarte...

Mei se sonrojó, y Jun Wu cubrió sus hombros blancos con la sábana para que no los vieran.

-- ¿Papá y el tio Mei duermen juntos?

-- Xie Xie, tu padre estaba...

-- Ge ge, no deberíamos preguntar.

-- Si, tienes razón -- se dirigió de nuevo a los otros dos -- Tío Mei, ya sabía que le gustaba mi padre. Pero hay algo que necesito pedirles ahora, por favor ayúdenme.

-- Aiyo aiyo, Jun, nuestro hijo nos necesita.

-- ¿Nuestro? -- Gruñó San Lang.

Jun Wu puso su mano en la cama para buscar su camisa, teniendo un mal presentimiento.

Una vez más, los cuatro se sentaron en la mesa frente a frente. San Lang limpió con total suavidad la gota de crema en la mejilla de Xie Lian, usando su pañuelo y marcando una sonrisa afectuosa mientras lo hacía. Los padres sólo miraron la escena y se vieron entre sí.

-- Ge ge, puede darme el durazno si gusta.

-- Claro, muchas gracias -- pero Xie Lian pensó un poco luego de poner la rodaja de fruta en el plato del otro -- San Lang, ¿Cómo supiste que no me gusta el durazno?

San Lang se dio cuenta de su error, y tosió dos veces.

-- Bueno...

Jun Wu no quería enterarse de cómo lo sabía, e hizo un pequeño ruido con su taza.

-- Xie Lian, ¿cuál era ese asunto que querías discutir?

Xie Lian sonrió débilmente, su brillo cegó el corazón de su novio. Levantó su mano y se la mostró a Jun Wu, donde relucía un anillo de plata.

-- Padre, quiero casarme con San Lang.

-- ¡¡Purgh!!

El hombre se ahogó con el café, y Mei le dio algunas palmaditas en la espalda.

-- Xie Xie, ¿una boda? Son demasiado jovenes todavía...

-- Lo sé, tío Mei. Yo mismo quería esperar a que San Lang creciera un poco más, pero tenemos un problema.

La mano que extendió para mostrarle el anillo a su padre sujetó a la de San Lang.

-- Verán, la familia de San Lang quiere que se case con una chica sólo por el poder económico. A ellos no les importa lo que él opine, pero nosotros definitivamente no queremos eso. Si San Lang se casa entonces heredará la empresa; si no lo hace, perderá todo. En verdad no me interesa nada como el dinero o el poder, pero tampoco quiero que sufra por mi culpa.

-- Ge ge, nada de esto es su culpa.

Las manos que se tomaban se aferraron con más fuerza. Ambos jóvenes parecían preocupados. Jun Wu se recuperó del shock, y se sintió mal por su hijo.

-- Mocoso, ¿te dieron tiempo para pensarlo?

-- Claro que no, papá.

Lo último que dijo la flor carmesí fue con el propósito de molestar a Jun Wu por llamarlo mocoso. La ceja del hombre se tensó.

-- Supongo que debes ir con tu familia, declarar a la prometida y casarse. Y esa persona debe ser de alguna familia influyente -- analizó Mei.

-- Es así.

La galleta que sostenía el sacerdote se partió a la mitad. Luego, sonrió triunfal.

-- Pero... a pesar de entregarte un folleto con mujeres, en la carta no específica que debas casarte con una. Xie Lian, tenemos oportunidades.

-- ¿Tío Mei?

El hombre salió corriendo hacia una de las habitaciones, y regresó con su maleta. De ella sacó una tarjeta.

-- Xie Lian, tu padre tiene un buen empleo y también una buena posición, pero eso no es suficiente.

Los otros tres lo miraban con atención, San Lang incluso parecía más calculador; y con esa mirada tan tenebrosa Mei no pudo evitar sentirse acosado.

-- Bien niños, este anciano les dará la solución.

Puso la pequeña tarjeta en la mesa y esperó que los otros la miraran. Al instante, se sorprendieron. El rostro de Xie Lian se llenó de curiosidad y esperanza.

-- Tío Mei, usted es...

-- ¡Ja! Yo soy el presidente de esa empresa. Xie Xie, en realidad tienes un padre con mucha influencia.

Incluso Jun Wu no lo creía. Esta empresa era bien conocida por ser una cadena de comida oriental bastante buena, que poco a poco logró salir del continente.

-- Xie Xie, puede no ser demasiado, pero mi NQ Food está muy bien establecida.

-- Mei, ¿cómo lograste hacer eso?

-- Jun, querido. No pensaste que al irte me iba a sentar en mi sala a comer sopa instantánea y llorar por mi fracaso amoroso ¿cierto? Eso es IMPOSIBLE. Soy más fuerte de lo que piensas ju ju ju.

Xie Lian se levantó de su asiento y con sus dos manos tomó una de Mei, haciendo una reverencia.

-- Gracias, gracias. Eso es perfecto. Discúlpenos por abusar de su amabilidad. Si esto funciona... -- su blanca tez se pintó de rojo en sus mejillas y párpados -- yo podré casarme con la persona que amo.

San Lang también se sonrojó ligeramente, sonriendo y bajando su cabeza también en una reverencia.

-- Gracias por ayudarnos.

-- No es nada, ustedes son mis hijos ahora. Es normal que quiera ayudarlos. ¿Cuándo debes viajar a Italia?

Xie Lian se enderezó y volvió a leer la carta con rapidez; su ceño se frunció ligeramente y suspiró.

-- Cinco días.

Jun Wu quien hasta el momento no habló, se frotó la sien un par de veces, con inmensos deseos de ir a la cocina y hacer pasteles.

-- Iré a la cocina.

-- ¡Padre!

El príncipe lo miraba con expresión solemne, y Jun Wu no pudo evitar detenerse.

-- Yo quiero hacer esto porque amo a San Lang, quiero estar con él por el resto de mis días, y también quiero tu bendición. Si mi padre está dispuesto a dar mi mano, entonces todo será aún más perfecto.

-- Ge ge...

El padre lo pensó un poco, incluso dio una barrida con la mirada a su alrededor, para después posar sus manos en los hombros de Mei.

-- Xie Lian, yo fui egoista y sólo pensé en mí. Traté de separarlos pero no funcionó, eso demuestra que merecen estar juntos. Y ahora que puedo comprender de nuevo lo que se siente tener alguien con quien compartir tus días... puedo respirar y saber que estás en buenas manos. Por mi parte, tienen mi conscentimiento. Aunque es extraño, ver a mi hijo con deseos de casarse; ya eres lo suficientemente maduro, haz tu vida tal y como la sueñas.

Xie Lian sonrió también con ojos llorosos, y abrazó a su padre.

-- Gracias papá.

¿De Quién Es El Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora