Cap 42

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Mei NianQing, o simplemente Mei; era así como se llamaba el "amigo" del sobresaliente y perfecto Jun Wu.

Mientras Wu destacaba en los deportes, conocimiento y hasta la forma casual de vestir, Mei era más introvertido. Su cabello largo ondeaba en el viento en tanto corría por alcanzar a su compañero.

-- ¿Cómo te fue esta vez con álgebra?

-- Cien puntos -- respondió Jun Wu con indiferencia.

Mei observó sus apuntes. Tuvo 70 puntos; y luego miró la hoja que sostenía Wu.

- Debo estudiar más - pensó.

El verano era sin duda caluroso, las tardes eran amarillas y ardían en la piel. Los ojos claros de Mei observaban la figura esbelta de su amigo a lo lejos. Se conocieron en la escuela superior, cuando al débil chico se le cayeron sus anteojos. En ese momento, Jun Wu, que estaba en la misma clase, se inclinó para recogerlos.

El increíble atractivo y la apariencia serena y amable del joven cautivó a Mei, quien ocultó de inmediato su rostro ruborizado y ojos brillantes.

-- Te llamas Mei, ¿cierto?

-- ¿Ah?

Su primer amor y presidente de la clase se giró para hablarle por primera vez. El gran sacerdote perdió la capacidad de hablar.

-- S- s... si. Mei Nia~

-- Mei es suficiente.

-- Oh...

-- ¿Podrías acompañarme a dejar esto a la sala de profesores? Es demasiado.

Mei asintió de inmediato. Durante el corto camino, Jun Wu le habló acerca de su vida, sus metas y deseos; deseaba casarse y tener un hijo igual de inteligente que él, y vivir en Inglaterra. Con cada palabra de su boca, Mei se enamoró cada vez más, hasta que fue imposible apartar su vista.

Desde ese día, se juntaban a menudo para comer o estudiar. Ambos eran buenos en el juego de cartas, y podían pasar horas enteras jugando. Su amistad se hizo evidente, y Mei tuvo que ocultar sus verdaderos sentimientos si quería seguir a su lado. Cosas como la envidia o la traición nunca pasaron por su cabeza, y en vez de eso, se ocupaba de estar cerca de su amado para ayudarlo en lo que necesitara.

Claro que, para alguien de alto estatus, buena apariencia y futuro prometedor como Jun Wu era otra situación. Mei era algo parecido a un empleado; comiendo juntos cuando él lo quisiera, pidiéndole favores o acompañándolo cuando fuese correcto. Llegó a tenerle estima, pero no lo veía como un amigo, ya que Mei era "inferior".

A veces notaba la mirada profunda en los cristalinos ojos del chico, o sus mejillas cambiar de color cuando se acercaba; incluso su torpeza cuando caminaban lado a lado, pero no le prestó atención. Y así fue hasta la Universidad; donde de alguna forma, Mei logró seguirlo.

En esta etapa, Jun Wu consiguió nuevas amistades; personas mas experimentadas y capaces, dejando de lado a su viejo amigo, quien solamente sonreía al ver feliz a Jun Wu, lleno de energía y progreso.

-- Mei, necesito pedirte un favor.

El chico se sorprendió al verlo acercarse, hacía más de un mes que no le hablaba.

-- Dime.

-- Ven a mi casa esta noche, compré un nuevo juego de cartas y también frituras. Divirtámonos hoy.

Como siempre, no dudó en aceptar. Esa tarde se puso su mejor ropa, usó los anteojos más elegantes que tenía y se perfumó adecuadamente antes de partir.

La casa de Jun Wu normalmente estaba sola. Sus padres trabajaban y nunca estaban ahí; sin embargo, era bella por dentro y por fuera, y poseía lujosas decoraciones. Pero Mei nunca notó todo aquello, o mas bien, no le tomó en cuenta.

Al entrar, se dio cuenta de que no sólo Jun Wu se hallaba en la casa. Alrededor de diez personas platicaban entre sí, riendo y comiendo.

-- ¿Jun... Wu?

El mencionado volteó a verlo, e hizo un gesto de sorpresa. Había olvidado que invitó a Mei a su casa, pero ahora mismo, no quería su presencia cerca de sus amistades. Todos miraron al joven, incluso con rostros burlones. La ropa que vestía el chico era anticuada y simple a sus ojos, los anteojos lo hacían ver viejo y el cabello ondulado que poseía les parecía poco masculina.

-- Jun Wu, ¿este... chico es tu amigo?

Antes de que Mei asintiera, Jun Wu habló.

-- Claro que no, sólo es mi empleado.

-- Ooh ya veo, no es para nada lindo.

Muchos comenzaron a reír ante el rostro asustado de Mei. Jun Wu no quería perder cara frente a ellos, y tuvo que actuar.

-- Mei, hoy no te toca laborar en casa. Retírate y vuelve mañana.

El muchacho no creía lo que escuchaba.

-- Pero, yo... las cartas nuevas.

Las burlas aumentaron. Jun Wu río.

Al reírse Jun Wu, el pecho de Mei se contrajo.

-- No le hagan caso, de hecho está un poco mal de la cabeza. Vamos, lárgate ahora mismo si no quieres que te despida.

El chico aguantó el dolor en su garganta y contuvo las lágrimas a punto de salir.

-- Disculpe... me estoy retirando.

Las personas detrás de Jun Wu no le prestaron más importancia y siguieron platicando. El hombre por su parte, se sintió un poco culpable; pero ya estaba hecho y sólo podía disculparse después.

Mei corrió lo más lejos que pudo antes de caer y golpear sus rodillas. La ruptura en su corazón era dolorosa, y se preguntó qué hizo mal.

-- Uhm, ¿estás bien? Te vi caer y, parecía doloroso.

Mei levantó la vista esperando que cierta persona lo persiguiera para reconfortarlo, pero sólo se trataba de otro chico, que lo miraba de manera amable.

-- Yo...

La voz que dejó salir fue ahogada por el llanto, y se dio cuenta que sus rodillas dolían demasiado como para levantarse. Pensó en lo inútil que era después de todo.

-- ¿Puedes ponerte de pie?

-- Puedo.

A pesar de decirlo, cayó de nuevo.

-- ...

-- Lo siento, soy demasiado torpe. No se preocupe por mí y continúe su camino por favor.

El joven desconocido le sonrió y se fue. Al fin solo, Mei pensó en algún método para retirarse; pero, a punto de caer, alguien colocó una mano en su espalda y otra detrás de sus rodillas, y flotó.

-- ¡Haa!

-- Oh, no tengas miedo, soy yo de nuevo, je.

¿De Quién Es El Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora