Cap 89

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Las flores en el jardín este año eran magníficas. Las aves se detenían para beber agua de la pileta y continuaban su camino.

El pincel se movía de forma hábil en el papel blanco, dibujando hermosas letras destinadas al aprendizaje. Xie Lian se preguntó cuánto tiempo habrá pasado desde la última vez que se sintió nostálgico con el aroma de las gardenias. Su ropa liviana se estiró cuando decidió ejercitar un poco sus brazos. Sonriendo, recordó a cierta persona que prometió ir a casa por la noche.
El pincel terminó su labor y fue colocado en la mesa.

-- Amo Xie.

Se giró. Un joven vestido con traje puso una taza de té en la mesita, recogiendo un poco las hojas de papel y el tintero desordenado.

-- Yue, ¿no te he dicho que no es necesario llamarme así? Xie Lian está bien. Eres mi amigo, más que un empleado.

Pero el muchacho negó con la cabeza varias veces.

-- Absolutamente no, si le faltara el respeto al amo Xie, el amo Hua no me perdonaría la vida por ser imprudente. ¡Perderé la cabeza!

-- Jeje.

El chico admiró a la persona que estaba sentada y bebía té. Los ojos brillantes y gentiles que ya conocía bien le permitieron saber que esperaba con paciencia el regreso de su amor.

Siempre con una sonrisa y palabras suaves recibía todos los días en la mansión una gran cantidad de niños y jóvenes, a quienes enseñaba algunas materias básicas y ayudaba con sus tareas sin recibir nada a cambio. Se sentaba como un igual junto a ese grupo de polluelos enérgicos, mojando sus mangas con el rocío del pasto o en los sofás que preparaba para todos, y enseñaba felizmente. Nunca lo vio perder la paciencia, hablando con respeto y dando palmaditas a los pequeños, quienes de vez en cuando le obsequiaban una flor que tal vez cortaban en el camino. Una vez fue testigo de una charla interesante entre ellos y su señor.

-- Hermano Xie, ¿porqué el hermano alto no toma clases con nosotros?

-- ¡Si! Las clases del hermano Xie siempre son interesantes. Si viniera, también le gustarían.

-- ¿San Lang? Bueno... él se está esforzando en su trabajo.

Xie Lian sonrió para sí. Pensó en que si él realmente asistiers a estas pequeñas clases, no habría un segundo en que dejara de prestarle atención.

-- ¿Y en que trabaja él, para que se vaya temprano siempre?

Los pequeños curiosos hicieron reír a Xie Lian, que les repartía un poco de tarta y leche.

-- San Lang es una persona que toma decisiones importantes, lidera un grupo de empresarios y juntos sacan adelante un trabajo.

-- ¡Ooooh!

La crema en muchas bocas abiertas fue saboreada.

-- ¿El hermano alto hace todo eso? Se ve más joven que mi papá.

-- Oh, es que San Lang aún es joven. Más joven que yo.

Los niños meditaron un poco -tenedor en mano- y se arremolinaron alrededor de su maestro.

-- ¡Yo quiero ser como el hermano alto!

Su alteza se atascó con su bocado dulce.

-- ¿Eh? ¿Y porqué no ser como el hermano Xie? Yo también soy genial... creo.

Una niña de cabello negro y lacio se puso de pie con postura guerrera.

-- Si somos como el hermano alto, podremos casarnos con el hermano Xie.

¿De Quién Es El Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora