Los labios del joven temblaron, y se dispuso a meter la enorme vara dentro de su boca otra vez.
Por alguna razón, a pesar de ser nuevo en la felación, que un objeto grueso y punzante entrara en él le provocaba espasmos en todo su cuerpo, y un calor recorría desde su lengua hasta su parte inferior. Si salían algunas gotas de líquido blancuzco, rápidamente lo lamía, al tanto que sus manos subían y bajaban estimulando el miembro.
-- San Lang...
-- Dime -- le contestó una voz juvenil y entrecortada.
Xie Lian liberó su boca y sus manos buscaron las del otro, para entrelazarlas, al igual que sus almas. Estaba feliz por haber tenido la oportunidad de volver al lado de San Lang, pero su propia inseguridad permanecía en el fondo de su corazón.
-- No me dejes ir de nuevo.
-- No lo haré, Ge ge. Nunca volveré a separarme de usted.
Xie Lian lo miró suplicante. Esas palabras borraban cualquier rastro de duda. San Lang le habló en un tono dulce y tranquilo, confesando sus deseos y sentimientos.
-- Caminaremos siempre juntos, contra cualquier calamidad. Hasta el fin de mi vida, y de las vidas que siguen después.
Los ojos de su alteza eran brillantes -- No lo olvides -- y con su mano libre, sujetó el pene de San Lang, para meterlo en su boca y dar fuertes y delirantes estocadas que llegaban a su garganta, haciendo que su propio miembro se elevara de nuevo. Luego de las embestidas, el semen salió rebosante, golpeando dentro de él.
-- Cof, cof -- tosió unas cuantas veces, pero tragó cada gota, limpiando la punta con su lengua. Al fin salió y jadeó por el cansancio. San Lang también trataba de recuperar la compostura, cuando Xie Lian se colocó encima de él, abriendo sus piernas y sujetando su cuello con los brazos, como si fuese a escapar; llenó su cara de dulces besos y le regaló una sonrisa cálida, casi paternal.
-- Todavía no es suficiente, San Lang... dame más de ti.
Un aroma embriagante rondaba el almacén, Xie Lian se miraba tan pulcro como flores de primavera y sin embargo, desprendía un aura de ardiente deseo.
Sin pudor alguno, se besaban arduamente, uniendo sus lenguas y probando sus sabores. San Lang manoseaba todo lo que podía, dejando trás de sí líneas calientes. El sudor bailaba en sus cuerpos y les permitía deslizarse con facilidad. Los pezones de Xie Lian se frotaban en el pecho desnudo de su amado y sus miembros también mantenían contacto, mezclando sus fluídos.
San Lang recostó al chico y levantó sus esbeltas piernas al aire, permitiéndole ver el pequeño orificio rosa que se contraía entre los muslos carnosos. Se dirigió a ellos, los mordió y chupó.
-- Aah~ San Lang, duele si muerdes ahí.
A pesar de quejarse, la voz que salía era de gusto, no de dolor. Su dedo trazó los bordes melocotón de la entrada algo humedecida, preparado para entrar y extenderlo, cuando Xie Lian pareció reaccionar de su locura, y exclamó algo asustado.
-- ¡No! No quiero hacer eso.
San Lang no se inmutó, y sólo apartó su mano del lugar. Besó las comisuras en los labios de Xie Lian y lo miró sinceramente.
-- No temas, Ge ge, no haré nada que no quieras. Esperaré hasta que tú lo desees.
En cambio, junto ambas piernas y las presionó.
-- ¡San Lang!
-- Está bien, no va a doler. Confía en mí.
Xie Lian vaciló, pero confiaba en el otro, y suspiró en aprobación. Al momento, sintió una vara dura entrar entre sus muslos, frotándose con su propio pene y suaves esferas.
-- Hyaaa... nnm, no te muevas tan fuerte...
Pero San Lang siguió embistiendo sus caderas, que se llenaban de semen, provocándole extásis a sus partes inferiores.
-- Ge ge, se siente muy... muy bien. Su cuerpo es tan bello y suave.
-- Ah, ah... no, me voy a correr... mmn, nnh...
Ambos alcanzaron el clímax al mismo tiempo, dispersando sus fluídos encima de Xie Lian, como cristales adheridos a su divino cuerpo. San Lang cayó un poco exhausto, respirando con dificultad.
-- Ejem... ¿ya terminaron?
Sonó la voz de alguien fuera del almacén. Ambos se quedaron quietos.
.
.
.
Dos horas antes...Qin Xuan y He Xuan estaban recostados en la cama luego de hacer sus "tareas", disfrutando del silencio vespertino y de algunos aperitivos.
-- ¿Te gusta la cereza?
-- ¡Me gusta!
He Xuan tomó dos cerezas de su tarta y las llevó a los labios de Qin Xuan, quien las recibió y lamió el pulgar de su pareja. El agraviado miró las lindas facciones del castaño, e inclinándose, le quitó una de las cerezas que permanecía entre sus labios.
-- La quiero de vuelta.
Qin Xuan se hechó a reír y permitió que lo besaran, saboreando el dulce sabor de la fruta.
-- ¿Qué tratas de hacer?
-- Tomarte.
-- ¿De nuevo?
-- Si.
-- Juju, bien, vamos por la cuarta ronda.
He Xuan desató el cinturón de tela en la bata de Qin Xuan y se dispuso a acariciar su pecho y abdómen. De repente, alguien toco el timbre del departamento.
Ambos saltaron de la cama y trataron de pensar en quién podría ser, cuando escucharon desde fuera -- Qin Xuan, ábreme, soy yo. ¿Está Xie Lian aquí?
El alma de Qin Xuan casi sale disparada. ¡El tío Wu! Lo único que se le ocurrió fue empujar a He Xuan bajo la cama y cerrar la habitación.
-- Ya voy, tío Wu. Enseguida abro.
Al abrirla, vio al adulto con una cara sonriente, vestido de traje y con un postre en la mano.
-- ¿Viene del trabajo?
-- Si, apenas logré terminar mi proyecto -- se acercó al joven y sospechó -- XuanXuan, hueles a cerezas.
-- ...
-- ¿Acaso...?
Su pecho saltó como si deseara explotar.
-- No me digas. Ya has comido dulces. Yo traje este, pensé en comerlo con ustedes. ¿Dónde está Xie Lian?
Caminó hacia la habitación pretendiendo abrir la puerta. Qin Xuan casi se desmaya.
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¿De Quién Es El Destino?
FanfictionJun Wu vive en Inglaterra tranquilamente al lado de su único hijo, Xie Lian; quien por cierto ya ha crecido para convertirse en un joven noble e inteligente. Sin embargo, en una mañana normal, ocurre algo que no se esperaba... JW: -- "¿Alguna linda...