Asiardan ~BTS/BP~

-Nueve-

Taehyung abrió los ojos al escuchar el contaste golpe seco de la madera y automáticamente sintió un ardor en su pierna, ácido y extrañamente perturbador.

-¿Que sucedió aquí?- El observó cómo Jungkook golpeaba su daga de plata contra una pared manchada por finas gotas de sangre, todo esto con su sansie de control sobre el metal.

-Nos atacaron.- Respondió el pelinegro sin darle mucha importancia. -Sana esa herida y haz lo mismo con Roseanne.-

Taehyung tardó unos segundos en recordar el caos, como el equipo azul los habían herido y a aquel chico terrorífico que desprendía partes de su cuerpo como un arma.

-Estoy asqueado e impresionado.- Admitió mientras tocaba con suavidad sus heridas con las yemas de sus dedos y mandaba la suficiente energía como para cerrar los cortes. -Creo que tendré pesadilla con ese chico.-

-¿Tambien se metió en tu cabeza?-

-¿Que? No, claro que no.- Jungkook se desilusionó al escucharlo, no podía dejar de pensar en que alguien se había apoderado de su voluntad. -Ese chico parecía un maldito monstruo.-

-Hey.- Gruñó Rose, asustando incluso a él pelinegro. -No hables así de Hoseok sólo porque te dio una paliza.-

-No me dio una paliza.- Taehyung se preguntó cómo Rose no estaba gritando de dolor por sus heridas. -Ninguno de nosotros estaba esperando ser atacado, por eso pudieron vencer tan fácilmente.-

-¿Por qué lo hicieron?-

-Probablemente pensaron que íbamos a herir a su compañero, como una especie de emboscada ruin y trampoza.- Respondió Taehyung y Rose no parecía muy satisfecha con la respuesta a su pregunta. El estudiante médico terminó de curar su herida y estaba apuntó de ofrecer su servicio a la rubia, pero ella se levantó del suelo sin dudarlo y camino con tranquilidad hasta la ventana más cercana.

Jungkook y Tae se miraron asombrados por unos segundos, pero antes de poder preguntar Rose se adelantó.

-"Sansie de invocación"... Que exagerado.- Gruñó con cierto fastidio al recordar el movimiento que Yoongi había usado para detenerla. -Es muy cool, claro que si pero también una estupidez considerando que mi único ataque fue romper tres ventanas viejas.-

Jungkook recordó la primera vez que Yoongi logró invocar a Mey, la pantera agresiva y verdosa que en ese entonces tenía el tamaño de un gato pequeño y debilucho.

-¿No sientes dolor?- Preguntó intentando ocultar su sorpresa, quería evitar que Rose note cuán atraído estaba Jungkook por sus impresionantes habilidades.

-Oh, claro que sí.- Gruñó Rose aún fastidiada.- Me duele el ego con sólo pensar que un estúpido gato me venció.- La rubia observó por la ventana como la luna se veía tan pequeña en el Reino de Apolo y se entristeció.

-No hablo de eso.-

Jungkook era rápido y extremadamente hábil, cada movimiento que hacia era preciso. El se acercó a Rose y sin pensarlo dos veces retiró la venda manchada de sangre que cubría uno de sus brazos, donde la pantera había clavado sus garras.

La piel blanca y perfectamente lisa de Rose se mostró ante sus ojos plateados, dejado a ambos chicos sin palabras.

-Oh...- Rose enrojeció sin entender el porqué y por inercia retrocedió unos pasos lejos de él, luego tapó sus brazo con la camiseta negra del equipo. -Mi cuerpo suele sanar rápidamente, Leyn dice que es algo raro pero genial aunque yo creo que da algo de miedo, mi madre dice que todo en mi es raro, lo cual no es cierto. Ella solo se preocupa por mi porque suelo ponerme en situaciones raras, como la vez que intente cazar un troll pero terminé perdiendome en el bosque por tres días. Tenía sólo once años y no sabia que los troll se ocultan dentro de los arb.-