Ni siquiera los Dioses fueron capaces de explicar lo que pasó esa noche y ella tuvo que vivir condenada a cargar con su pasado incierto en un mundo que no estaba listo para entenderla.
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"Porque el amor nos salva a todos de la autodestrucción"
-Sansie de Animación.- Gritó uno de los Leyn al lanzarse sobre el peliazul mientras dibujaba sobre su propia piel la imagen de miles de cadenas, estas aparecieron repentinamente y los unieron a la fuerza.
-Diablos.- Escupió irritado al ver como su cuerpo se encadenaba por completo contra el clon y ambos caían sobre el suelo en un golpe seco.
-¡AH!- El original peliblanco se apareció repentinamente ante los azules ojos de Leitan, mientras que en ambas manos estallaba la energía eléctrica de cientos de rayos. Un solo toque con esa carga eléctrica y moriría sin dudarlo.
La cabeza de Leitan intentó buscar una rápida respuesta antes de su inevitable muerte, en los pocos segundos donde Leyn caía sobre el listo para acribillarlo.
-Sansie del caníbal.- Escupió al lanzar toda su energía sobre las cadenas que lo contenían, para luego transformarlas en armas consumidoras de energía. Estas desintegraron al clon rápidamente y Leitan pudo zafarse justo antes de que Leyn impactará sus rayos sobre el suelo, creando una explosión masiva que elevó kilos y kilos de arena al aire.
La distracción perfecta para que el traidor más grande del Reino de las Sombras huyera lo más lejos posible de ellos y cuando la arena finalmente se disolvió sólo quedaban tres personas viendose cara a cara: Leyn, Saran y Leitan.
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Ambos niños se miraban a los ojos buscando respuestas, como si el rostro del otro fuera un hermoso libro que contenía todos los secretos del universo.
-Quizás si me dices lo que sabes yo podría entenderte, Atra.- Susurró la rubia intentando que el abriera aquel candado tan cerrado que tenía protegiendo su corazón.
-Tu y yo somos iguales, Rosie.- Explicó intentando no decir alguna palabra errónea que pudiese condenarlo el resto de su miserable vida. -Solo que una noche tú lograste huir de allí...-
-¿De dónde? ¿¡La prisión subterránea!? ¿Tu también estuviste allí? ¡LO VI EN MIS RECUERDOS!- Chillo totalmente exaltada la rubia y su poderosa emoción algo agresiva asustó un poco a Atra, quien retrocedió invadido por un escalofriante sentimiento de traicion hacia la persona que más adoraba en el mundo. Su amo, Deilar.
-Rosie...- La voz de Taehyung intentó calmar su frenética locura, pero no fue suficiente e incluso Jungkook sintió que las cosas estaban yendo demasiado lejos cuando la rubia comenzó a caminar hacia Atra con la mirada fija, como si estuviera lista para matarlo con tal de obtener respuestas.
-Eso explica muchas...- Susurró Arthur, quien para sorpresa de todos estaba algo interesado en aquella historia que no se dejaba contar. -Por eso Atra y Rose tienen energías tan desagradables y poderosas.-
El pelirosado observó a su hermana por unos segundos y no pudo evitar recordar el momento exacto donde entró a su mente y liberó cantidades inimaginables de energía luego de abrir solo un poco una puerta encadenada que habitaba su mente, aquella puerta no parecía ser algo natural... Casi como si alguien la hubiese colocado allí para esconder la poderosa energía de Rose durante años.
