-CUARENTA Y UNO-

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Ambos chicos se encaminaron con el equipo de arqueria hasta aquel río que tanto conocían, un lugar más que perfecto para practicar.

Rose intentaba pensar en que debía entrenar duro para ser más que genial con su arco de Artemisa, pero le fue casi imposible no recordar las palabras del anciano.

"Oh, que desilusión...Aunque creo que eso alegrará a más de una, ya que he escuchado que muchas muchachas de la aldea han quedado cautivadas por su encanto y valentía."

Rose debía admitir que aquellas palabras la habían ardido en celos, como si en cualquier momento Jungkook pudiese ser arrebatado  por una desconocida y ella simplemente tendría que soportarlo con la boca cerrada.

En esos momentos estaba invadida de celos, pero aún así no había motivos para molestarse con Jungkook, hasta que Yoongi lo delató por completo.

"Miren quien llegó. Nuestro atractivo galán quien decidió que no sería necesario volver al cuarto anoche. No es necesario preguntar dónde estuviste, ya que siempre te vas en busca de muchachas que te admiran para pasar una fugas y placentera noche."

Aunque esa noche Jungkook había dormido en el cuarto de Atra junto con ella para " asegurarse de que este bien" Yoongi no parecía asombrado de que su compañero durmiese en el cuarto de otras y eso sí era motivos suficientes para que Rose quisiera golpearlo.

Ella se sintió estúpida por no notar que su compañero pelinegro era demasiado atractivo y fácilmente podría cautivar a muchas chicas en su aldea. Además había adquirido mucha más popularidad gracias al torneo y a sus perfectas fotos en los carteles de todo Asiardan.

Rose quizo gritarle y golpearlo, ya que por su culpa tenía un nudo en la garganta demasiado molesto. Algo así como si intentará retener palabras pero ellas se encargaban de quemarla por dentro como castigo.

"El torneo estará repleto de sus admiradoras y lo más probable es que escoja a una de ellas como futura esposa, eso sucede con frecuencia en situaciones como esta."

Ahgs... ¿Que clase de locos se casarian a esta edad?

El anciano se había encargado de meter estúpidas ideas a su cabeza y Rose no dejaba de sobrepensar en ellas mientras caminaba hacia el río en total silencio.

Rose recordó la última vez que ambos había estado allí, todo era un caos emocionante repleto de palabras explosivas pero sinceras. Jungkook le había confesado su amor directamente a los ojos y sin rodeos... O algo así.

"Descubrí que me gustas tanto como para intentar conseguir que te enamores perdidamente de mi, Roseanne"

Aquello había ocurrido el día anterior, pero Rose ahora dudaba si Jungkook aún mantendria sus palabras tan significantes para ambos.

El intentaría enamorarla por completo hasta que ella no pudiese pensar siquiera en otro hombre y aquello se podría interpretar como algo sinico o romántico, Rose todavía no estaba muy segura de cómo sentirse al respecto.

Al parecer el pelinegro era de esa clase de chicos que salen con muchas muchachas solo para divertirse un rato y luego les dice adiós para siempre... Rose se sintió algo apenada al entender que quizás Jungkook quería hacer lo mismo con ella.

Si Rose llegaba a enamorarse de él... ¿Podría soportar un adiós para siempre?

Ahgs... Pensar en eso solo me desconcentra aun más.

Pensó la rubia cuando noto que ambos habían llegado al río, el atardecer anaranjado se reflejaba sobre el agua y todo parecía tranquilo y acogedor.

Asiardan ~BTS/BP~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora