PENÚLTIMO CAPITULO.
El fin del tridente gris.
[este capítulo contiene excesiva violencia, se recomienda discreción]
-Con que ese es el verdadero poder del Clan de Plata...- Susurró Camil observando como Rose caía ante aquellas ilusiones tan despiadadas que engañaban a sus inocentes ojos. -¿En serio crees que ese niño va a vencer a Rose, Deilar?-
La pelinegra se encontraba frente a sus dos amigos de la infancia, ellos se miraban entre si como si en cualquier momento una bomba fuese a estallar y matarlos despiadadamente, pero aún así aquella situación se sentia como su infancia, su hogar, su familia... Una familia rota y autodestructiva.
-No subestimes a Jeon, Cam.- Deilar no pudo dejar de observarla ni un segundo, quizás porque extrañaba apreciar la belleza frivola de su amada. -Conozco a este niño desde su nacimiento y lo deje vivir porque vi algo en sus ojos... Jungkook estaba condenado al odio desde sus inicios.- En su voz se podía sentir la satisfacción de ver como la daga de plata se manchaba en sangre. -Aún así Diem es invencible, un ser sádico y perfecto, después de todo es mi creación... O mejor dicho nuestra.-
Los amarillentos ojos de Bastian, el Verum del Fuego, se abrieron por el impacto de oír aquellas palabras.
-¿Cómo lo lograron? ¿Cómo pudieron robar la energía de una Diosa? ¿Cómo es eso siquiera imaginable?- Preguntó observando a sus compañeros, ellos eran el tridente Gris, los guardianes más poderosos de todo Asiardan.
-Bastian lo siento mucho.- Se disculpo Camil Green pero rápidamente fue interrumpida.
-No, no lo siente. Ella te está mintiendo... Otra vez.- Deilar se relamio los labios al ver como la tensión aumentaba entre ellos, casi como si el aire de aquel desierto se volviese cada vez más pesado. -Camil y yo hicimos algo historico, nos volvimos más poderosos que los mismos Dioses, juntos somos invencibles... ¿Acaso sientes celos, querido Bastian?-
-Claro que no.- Escupió el anciano, quien se estremecía del miedo en su interior al ver los perversos ojos que lo enfrentaban. El era el Verum y aún así estaba aterrado ante la presencia de Deilar y... También ante Camil. -Tu ambición solo trae muerte... ¡¿De qué sirve ser más poderoso que un Dios si para conseguir tal poder tienes que sacrificar las vidas de otros?!-
Ella pudo notar como Bastian perdía lentamente su característica paz, había una dolorosa e incontrolable rabia en su mirada, como si el pequeño niño emocional que era en el pasado volviese para ayudarlo.
-Típico de ti, Bastian. Siempre pensando en los otros, eh... Esa es la única razón por la que te volviste más débil que nosotros, es una pena.- Reveló Deilar, quien llevo una de sus largas uñas a su boca para afilarla con sus propios dientes. -Te volviste parte del ganado de los Dioses, ellos te utilizan como desean, te obligan a alabarlos y no te dan nada a cambio, incluso dejaron que todo tu ejército de Guardianes muera ante mi.-
Dolía.
Dolía pensar que aquellas palabras tan despiadadas quizás eran reales, pero Bastian no soltó ni una sola lagrima. Había perdido todo su ejército, a cada uno de los guardianes que había visto luchar y crecer a su lado. Todos y cada uno habían muerto. Sus familias, sus vidas, sus futuros... Todo había terminado.
¿Acaso eso era ser un guardián?
Nacer con energía, vivir luchando para finalmente morir en batalla de la forma más fría posible... ¿Todo ese dolor y sufrimiento tenía algún significado?
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Asiardan ~BTS/BP~
أدب الهواةNi siquiera los Dioses fueron capaces de explicar lo que pasó esa noche y ella tuvo que vivir condenada a cargar con su pasado incierto en un mundo que no estaba listo para entenderla. . . . "Porque el amor nos salva a todos de la autodestrucción"