-Veintinueve.-

550 55 4
                                    

Siete años atrás...

Rose abrió lo ojos sin entender absolutamente nada de lo que estaba sucediendo a su alrededor, el aire frío congeló sus pulmones al respirar y el callejón estaba completamente vacío.

La primera sensación que recuerda fue un terrible miedo y ganas de huir, pero ni siquiera sabía de que o porque.

No había nada en sus memorias, como si fuese un lienzo en blanco y totalmente vacío. Las primeras horas se quedó paralizada sin mover un solo musculo, indagando en su cerebro en búsqueda de información útil pero nada apareció allí.

No tenía idea dónde se encontraba y mucho menos quien era. Solo sentía miedo y no pudo evitar hundirse en pánico al ver a las primeras personas acercándose a ella.

Su cuerpo era pequeño y algo torpe y le resultó realmente dificil sobrevivir las primeras semanas en soledad, robando comida y escabullendose entre policías y guardianes.

La mayoría de las noches se sometía en un llanto incontrolable, pero aveces solo subía al árbol más alto y observaba la aldea de las sombras, porque era realmente hermosa y misteriosa.

Aveces se preguntaba si la aldea conocía su propia historia, si tenia un registro completo de toda su vida o quizás también le hayan arrebatado memorias como a ella, Rose encontró gran refugio en sus tierras los tres mes que vivió sola.

La rubia entendió muchas cosas observando y hablando con demás personas, la primera de ellas fue que está mal robar pero nadie acusa a una niña rubia con mejillas grandes. Nadie desconfiaba de Rose.

La segunda fue que los adultos mienten, los niños son malvados y las personas te abandonan. La mayoría de ellos jugaba con Rose a las escondidas y luego desaparecían para siempre, sin importarles realmente nada de lo que sucediera con una pequeña niña que vive sobre un árbol en el bosque.

Hasta que un día todo cambió para la rubia, un día como cualquier otro Rose fue a la aldea para divertirse, robar algo de comida y quizas huir de algunos guardianes, pero su camino fue interrumpido cuando un niño pequeño la detuvo.

-¿Que estas haciendo?- El sujetó su mano y Rose no pudo evitar estremecerse del miedo, estaba casi lista para salir corriendo y el pan que había robado comenzaba a resbalarse.

Ella observó al niño que la sujetaba, era del mismo tamaño que ella y no parecía molesto, sino curioso.

-Tengo hambre.-Confesó pero Arthur no comprendió que tenían que ver ambos eventos, aún así no le interesó mucho. Se sentía realmente curioso por la niña que tenía en frente y olvidó el asunto del robo del pan con facilidad.

-¿Como te llamas?- Su voz era tan fina y delicada que Rose se preguntó si era una niña o un niño, aunque no le importaba mucho la diferencia y tampoco la sabía muy bien.

Los niños eran tontos y trataban mal a Rose, las niñas al principio la miraban mal pero luego eran agradables y la hacían reír. Deseo que la persona frente a ella fuese niña.

-No lo sé.- Confesó, pero Arthur no tuvo tiempo suficiente para procesar aquella repuesta tan extraña porque el sonido de un cuchillo clavandose directamente junto a sus manos lo impacto mucho más.

-¡Niños ladrones!- Gritó un hombre mayor sin mucho cabello que mostrar y listo para lanzarle un cuchillo a la cara a ambos niños que mantenían sus manos sobre su pan.

La multitud a su alrededor conmocionó por el ataque e intentaron atraparlos, pero Rose fue mucho más rápida y sujetó con fuerza la muñeca de Arthur antes de salir corriendo de ahí.

Asiardan ~BTS/BP~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora