Broken |Taekook|

Nineteen 🍂

-Bueno pequeño Jungkook, aquí se termina mi compañía- Habló el peliblanco cuando llegamos a la puerta del salón donde tenía mi clase.

-Gracias Jonghyun, me hizo bien tú compañia- El chico realmente era alguien agradable, era bastante animoso y extrovertido.

Todo lo contrario al azabache.

-Mm...¿Te parece si vengo por ti a la salida?- Pregunto nervioso mientras se rascaba la nuca junto con un pequeño sonrojo en sus mejillas, estaba mirando a otro lado evitando la mirada del menor debido a su repentina timidez.

-Claro- Le di una última sonrisa, la cuál fue pequeña pero sincera para luego entrar al salón.

Al entrar mi mirada conecto directamente con la de aquel ahora intimidante individuo, Taehyung.

¿Acaso no puede quitarme la mirada de encima si quiera un segundo?.

-¡Jungkook!- Reconocí la voz de Jimin llamandome, probablemente para compartir asiento con el y Hoseok.

Realmente no sabía si lo que quería era estar cerca de ellos, me incomodaba y perturbaba estar cerca de Jimin...por alguna razón me hacía sentir inseguro de mi mismo.

¿Por qué? No tenía ni la menor idea.

Sin darle tanta importancia me acerqué hasta la mesa donde se encontraban los chicos.

-¿Dónde estabas?- Pregunto Hoseok en cuanto me senté junto a el.

Prefería estar cerca de Hoseok que de Jimin sinceramente.

-Ya les dije, tenía algo que hablar con el maestro de baile- Los chicos obviamente no le creyeron, Jungkook no era el mejor mintiendo que digamos, pero aún así ambos prefirieron no preguntar.

-Buenos días chicos, mi nombre es Ji changwook soy su maestro de historia de la danza, la clase a comenzado asi que quiero absoluto silencio y atención.

-Es guapo

-¿Será casado?

-¿Como será en la cama?

Joder ¿Está gente realmente no tenía otra cosa en que pensar? Un sin fin de preguntas sobre el maestro podía escuchar Jungkook desde su asiento.

Esta gente esta mal.

Al parecer el sexo era lo único que le importaba a todo el mundo, que asco.

Estaba claro que el azabache no era un puro y castro ni nada de eso pero creía que había una diferencia entre solo pensar en sexo y ser una persona que solamente a veces se le cruzaba por la mente eso.

-Para comenzar pense en dejarles un trabajo- ¿Tan rápido?- Sera en duplas hechas al azar, quiero que todos saquen un papelito de esta bolsa y digan el nombre de él compañero que les toco.

Esto no pintaba nada bien, digamos que la suerte del azabache no era la mejor, incluso se consideraba un persona con la peor de las suertes.

-Esto tiene que ser una broma-Susurro para si mismo.

El maestro iba pasando por ciertos asientos al azar para que alguno de la mesa sacará un papel.

Repentinamente sentí como estaba frente a mi junto con aquella bolsa llena de papel, bueno ahora solo quedaban unos pocos.

Deseando que alguien escuchara sus plegarias saco aquel maldito papel, el cuál abrió lentamente con miedo y algo de nervio.

Al desdoblarlo completamente las ganas de salir corriendo de aquel salón se hicieron presentes.