Lunes, 6 de agosto de 2018
Cuatro de las chicas, Camila, Elisa, Valentina y Gina, fueron al bar de dentro para pedir unas bebidas. Los otros empezaron el partido de las siete y ellas solo querían beber algo mientras los miraban en la alejanía. También pidieron una botella de agua grande para cuando los que jugasen tuviesen sed. En la barra estaba Nico, era su turno y vaya coincidencia que estuvieran ellas.
—Tres Coca Colas, un Nestea y una agua grande, por favor —le pidió Valentina.
—De acuerdo —dijo él buscando el agua debajo de la barra —. ¿Todo en la misma habitación?
—Sí, lo pago yo —respondió Valentina.
—Querrás decir tu abuelo —contestó Gina que tampoco lo dijo con mala intención.
—Cállate —le susurró. Nico se rio apuntando la habitación 216.
—Id llevando las bebidas hacia el campo de fútbol, yo me encargo del agua —les ordenó Camila y las otras se pusieron de acuerdo. Nico empezó a pretender limpiar la barra —. No sabía que volvías este año.
—Yo tampoco —empezó a ordenar las bebidas de la nevera —. Pero me llamaron en abril y no podía decir que no, tampoco tengo otro trabajo. Ey, ¿ha venido Lola? —cambió de tema.
—Sí. Y dame unas patatas Lays, eso lo pago yo —señaló a la bolsa de patatas que había.
—Que sepas que no quiero que pase nada, pero si la ves dile que me arrepiento y que tendríamos que hacer como si fuéramos unos desconocidos —. Le entregó una bolsa de patatas Lays.
—Dile tú.
—Mejor no, no quiero que me vea su familia. Seguramente lo saben y...
—No lo creo —le interrumpió —y mi primo querrá una Fanta, ¿me das una, por favor?
—Claro —se fue un momento a dentro a buscar una Fanta. En ese instante Camila recibió unos mensajes de Gina: «;¿Te vienes?», «¿Por qué tardas tanto?»; pero los ignoró. Nico volvió con una Fanta congelada —. Es verano, con cinco minutos al sol se descongela.
—Vale. Y una cosa —le miró directamente a los ojos —. Es mejor que este año no te acerques a ella. Ni a nadie de nosotras.
—¿O qué? —Nico nunca le hacía caso lo que le decía las personas más jóvenes que él y menos a una menor como ella. Camila lo miró fijamente con malicia arqueando una ceja —. Igualmente no tengo intención de nada este año.
—Pues mejor para todos —cogió la botella de agua, las patatas y la Fanta y dio media vuelta —. Ah, por cierto —volvió a girarse porque quería decir una cosa más —, su abuela está muerta, no le va a contar a nadie que te tiraste a su nieta.
Esta vez sí que se fue. Nico se quedó un momento quieto. Tales hechos no podían volver a pasar y aún no estaba seguro si su familia lo sabía, pero si aún no le habían puesto ninguna denuncia, seguro que no lo sabían, o puede que lo estuvieran esperando para manipularlo o extorsionarlo. Pensó que era idiota al pensar eso, pero así era como funcionaba esa tipo de familia. Era mejor que se fuese ahora del bar y que le tocase el turno a la nueva, a Nuria.
—Otra vez te veo —le dijo Nico al ver que Nuria cruzaba la puerta para ponerse en la barra.
—Lo siento por lo que ha pasado esta mañana, pero no le digas a la gobernanta, no volverá a pasar —él se quedó sin palabras, tampoco es que le hubiese dicho algo amenazador —. Por favor —se la veía preocupada porque después de la escena de tirar el pan, casi tira toda una bandeja de croissants y después no supo darle azúcar al abuelo Varela.
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Hotel Rubini
Mystery / ThrillerUn grupo de jóvenes que se hospedan en un hotel donde se sentían como en casa hasta que un verano lo altera todo. *A veces el vocabulario puede ser un poco ofensivo CREADA EL 20/4/2020 REGISTRADA EN SAFE CREATIVE NO AL PLAGIO, GRACIAS