Sábado, 17 de agosto de 2018
La una y dos minutos pasados. María no sabe cómo acabó la mañana con Teresa. Nunca había hablado con ella y ahora le estaba dando el sermón de cómo de maravillosa es su vida y de los viajes y aventuras que ha hecho. Puede que quedarse con su madre hubiese sido mejor.
—Disculpa —otra llamada de Lola. María tuvo un momento de alivio —. Tía, lo siento, me tengo que ir —en el fondo no podía dejar a su prima sola y menos haciendo el ridículo —. Bueno María, la próxima vez cuéntame tú cosas —se levantó del columpio en el que estaba.
María que daba vueltas por el hotel y seguía a gente para no estar sola, se dio cuenta que no podía seguir así, era de tontos, innecesario al final daba igual si ella estaba en algún sitio o no.
Según ella, no tendría que haber venido y punto, ese no era su lugar, no era su mundo. Aquí estaba llena de personas que a pesar de no ser malas, ya tenían una vida y una historia aquí en la que ella se sentía incapaz de entrar.
Por un momento volvió al pasado, ¿por qué habló con su madre sobre el hotel? Es más, ¿por qué habló con su madre? Las únicas palabras que se dirigían normalmente eran: ¿qué tal el colegio?, ¿todo bien?, buenas noches.
Caminaba por el campo de hierba mientras recordaba esa noche que su madre tenía en el ordenador la reserva del hotel.
—¿Qué tal hija?¿Te preguntas qué es eso? Me voy de vacaciones a un hotel muy lujoso —para empezar esas palabras no eran muy comunes en la boca de su madre.
—Ah, guay, ¿está bien el hotel? —ella tampoco sabía por qué siguió hablando.
—Estupendo, tú ya has estado una vez, pero no te acuerdas, tenías dos añitos.
—¿Ah sí? —otra vez, ¿por qué seguía hablando? No había llegado tan lejos una conversación entre ella y su madre.
—Sí, deberías venir este año, a ver si sales de una vez de la cueva en la que estás —a este punto, María empezó a darse cuenta que la situación era bastante rara, demasiado rara. ¿Por qué no se dio cuenta en ese entonces?
—Bueno, vale —supongo que fue porque una oferta así nunca la tuvo y al ver esas imágenes del hotel y que podría moverse en otro sitio que no fuese en sus casas o el colegio era interesante para ella
—María —ahora era su madre en la realidad, parecía como si la estuviera buscando —. Hija mía, ¿por qué te has ido de mi lado?¿No has visto cómo está tu prima? A partir de ahora mejor no separarnos o me dices cada cinco minutos dónde estás, ¿de acuerdo? —parecía como si estuviera preocupada cuando nunca lo ha estado. Al menos nunca lo ha demostrado. María empezaba a asustarse por la actitud de su madre.
—Claro.
—Bueno, me tengo que ir a cambiar, voy horrenda para ir a comer. Vente conmigo y miras la televisión un rato —¿Cuándo se dará cuenta su madre que a estas edades, María no miraba la televisión? Se la pasaba el día mirando Instagram o vídeos por Youtube. Sin embargo, un saludo de alguien le cambió la idea —. Ay, mira, ahí está Marius con esas dos chicas, ve con ellos, pero si te quedas sola llámame —y le dio un empujoncito para que fuese hacia su mesa.
Cuando llegó y se sentó, vio que Marius la miraba y le incomodó. Por otra parte, Cristina y Cloe estaban con el móvil haciendo esa lista que ya habían hecho antes otras personas. Tardaron unos segundos en darse cuenta de la presencia de María.
—Ay, hola María —le saludó Cristina —. Bueno —y siguió con lo suyo. María, al estar ahí no pudo evitar su conversación —, ¿el jardinero no tenía los ojos azules?
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Hotel Rubini
Mystery / ThrillerUn grupo de jóvenes que se hospedan en un hotel donde se sentían como en casa hasta que un verano lo altera todo. *A veces el vocabulario puede ser un poco ofensivo CREADA EL 20/4/2020 REGISTRADA EN SAFE CREATIVE NO AL PLAGIO, GRACIAS