Martes, 7 de agosto de 2018
Un nuevo día empezaba y algunos secretos empezaron a salir a la luz. Esta vez fue a las ocho en punto cuando Camila y Marius bajaron a desayunar, pero teniendo una pequeña conversación con la nueva empleada Lila, se supo que habían bajado para jugar a tenis antes que los Varela.
Nico llenó el vaso de Camila con zumo de naranja y los primos Rudi volvieron a tener ese desayuno extraño mezclado de diferentes platos como leche y embutido y de paso alguna fruta.
Cada día desayunaban algo diferente, pero lo que tenían en común era la rara combinación de platos y encima estaban delgados. Seguramente era porque después quemaban toda la grasa haciendo deporte.
Acto después, la gobernanta mandó Nico a limpiar el bar porque que a la noche anterior se le habían caído dos botellas de champán a Gregorio y se descubrió que su currículum era falso, además de que se le culpó de robar dinero a algunos huéspedes haciéndoles creer que tenían que pagar en efectivo.
Gregorio nunca había trabajado de camarero. Solo había trabajado en un supermercado que cerró hace tiempo. Lo despidieron inmediatamente.
A las diez bajó Lola a desayunar, justo cuando Nico volvió del bar. Coincidencias extrañas. Lola vio rápido su pelo corto y negro con la cara afeitada desde lejos e intentó servirse ella misma un vaso de zumo de manzana o lo que fuera y desayunar rápido.
No quería que su familia sospechara nada, pero ese acto fue perfectamente ideal para que Teresa aprovechara y le tirase "sin querer" el zumo que se estaba sirviendo. Básicamente caminó por su lado y, con la excusa que había bastante gente por el camino, la empujó. Perfecto para empezar bien la mañana.
—¡Chicas! ¿Qué hacéis? Comportaros que no sois niñas pequeñas —le regañó Rosa, la madre de Teresa.
—Perdón, ha sido sin querer. Hay demasiada gente, no quería molestar a nadie.
—Pues a mí sí que me has molestado —le contestó Lola enfadada.
—Callaos las dos —la gente empezó a mirar ese escenario que había montado la familia Perasi —. Lola, vete a cambiar y no bajes hasta que Teresa acabe de desayunar —Lola se fue avergonzada de la situación —. Teresa, termina tu desayuno ya y vete con quien sea —parecía mentira que con esa edad aún estuvieran teniendo discusiones estúpidas. No se podía hacer nada de momento, eran así como se habían criado.
Después de eso Lola se fue a hablar con Camila. Los que sabían lo de ella y Nico era Camila y su abuela que los había descubierto y se había enfadado mucho. La mujer estuvo a punto de denunciar, pero Camila lo evitó diciendo que el año que viene haría que no volviera. Una mentira como una catedral porque no hizo nada para impedir que volviese, pero igualmente no le importó al enterarse que había muerto por la edad.
—¿Por qué ha vuelto? Pensaba que habías hecho algo —la empezó a cuestionar mientras que Camila iba a su habitación.
—Pues la verdad es que no lo sé. Y lo siento por lo de tu abuela, pero ya no está, así que no te tienes que preocuparte por nada —sus contestaciones solían ser frías sin intentarlo.
—Tía, mi abuela no está, pero todo el resto de mi familia sí. Y además este año ha venido esa idiota —hizo referencia a su prima Teresa.
—Igualmente, yo tampoco sabía que iba a venir —se pararon para coger el ascensor —. Raramente contratan a los mismos camareros excepto a los cuatro de siempre.
—¿Pero por qué ha vuelto?
—Eso no me incumbe.
—Mira Camila —le cogió del hombro antes de que ella entrase en su habitación —. Seguro que aún le gusto, le he visto como me mira — Camila sabía que no era verdad porque no la había mirado en ningún momento —, pero yo no me voy a arriesgar más para que después mi familia lo encarcele.
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Hotel Rubini
Mystery / ThrillerUn grupo de jóvenes que se hospedan en un hotel donde se sentían como en casa hasta que un verano lo altera todo. *A veces el vocabulario puede ser un poco ofensivo CREADA EL 20/4/2020 REGISTRADA EN SAFE CREATIVE NO AL PLAGIO, GRACIAS