92. Explicaciones I

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Lunes, 19 de agosto de 2018

Entre las tres y las cinco de la tarde dio para mucho. Demasiado para la inspectora, quien pensaba que podía ir directamente al hospital con Nico para poder atrapar a Nico, pero tuvo que parar por el comedor, porque demasiados policías le empezaron a llamar diciéndole que fuese hacia el comedor a pesar de que ella se negaba porque tenía otra cosa que hacer.

Sin embargo, las quejas eran tan grandes que tuvo que dar un paseo por ahí para entender el por qué estaban persistiendo tanto.

—Que nadie salga —demasiado tarde, algunas personas ya no estaban a la vista —. Barred todo el paso y que... —miró a ese "Jaime" sin cara —. ¿Cómo ha pasado esto... ? —estaba muy confusa, y era la primera vez que lo demostraba delante de todo. Toda la situación le estaba superando.

Acto seguido, miró mejor a su alrededor, donde habían como tres o cuarto personas muertas. Un policía resultó gravemente herido, pero era muy probable que estuviese de morir en nada. Un policía se acercó a ella para contestarle a su duda.

—Inspectora, han habido 4 muertes más y un herido —ya habían llamado a la ambulancia, pero sabían que tardaría bastante por el hecho de que el hotel estaba en una localización bastante lejos de la ciudad.

—¿Y esto de aquí? —señaló con la mirada el cuerpo sin cara.

—No lo sabemos —contestó otro policía mientras que escuchaban el alboroto de detrás suyo intentando preguntar ahora por qué no salían, por qué no contestaban a sus respuestas, pero Paula solo tenía oídos para la explicación de su compañero —. Parece mentira, pero ha empezado a correr a más de 300 km/h y cuando alguien se ha intentado mover, lo ha matado. Parece humano, como puedes ver, y muchos afirman que tenía la cara de uno de los huéspedes. Un niño en concreto.

—¿Un niño? —Paula sabía que era hora de que la gente la creyese, de que se dieron cuenta de por qué desde un principio ella estaba tan encima con los chicos —. ¿Quién? Dime un nombre, me los conozco todos.

—Ah... Jaime Varela, me parece a mí —Paula no podía estar más sorprendida.

—Pero Jaime lo veo con su familia ahora mismo... —estaban las 4 hermanas y sus primos hablando sin parar en una esquina.

—Bueno, pero es que ese ese el "real" que dicen. El que está en el suelo debe ser una copia de esas.

—Un clon, ¿no? —cada vez que Paula escuchaba esa palabra, le parecía todo menos real. Después miró su reloj —. Que nadie salga hasta que estén todos interrogados. Una ambulancia ya debería estar llegando y —después se percató del estado de Juan, quien estaba siendo recogido por su tía mientras su hermana y su prima María no paraban de llorar —... Que ayuden mejor a ese chico y cuando esté recuperado que hable conmigo —se empezó a marchar.

—¿Pero tú a dónde vas? —la gobernanta, quien estuvo todo el rato dando vueltas intentando preguntar a todos los huéspedes cómo estaban, vio la oportunidad de enfrentarse a la inspectora —. ¿Por qué te has dado cuenta tan tarde de todo esto? —gritaba tanto que ahora todos la estaban escuchando —. ¿No es raro, inspectora?

—Lo siento señora, pero sé que estamos en tiempos difíciles. Y si te soy de lo más sincera, estoy muy preocupada por lo que ha pasado aquí. Saud, se quedará con vosotros. Pero yo tengo una asunto que acabar porque si no estoy equivocada, el problema aquí ha sido que un caso detrás de otro nos aparecía en medio camino del anterior, por eso, por muy mal acto que veáis en mí, voy a seguir con lo que estaba haciendo y después me pongo con ustedes —miró a Saud diciéndole que se ocupara de ellos.

—¿Pero ahora se va? Increíble —la inspectora no pudo evitar escuchar las quejas de una de las gemelas, probablemente fue Cristina. Pero después tuvo otros abucheos contra ella y quiso no hacer caso.

Hotel RubiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora