46. Algunas teorías

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Jueves, 16 de agosto de 2018

Paula salió satisfecha de la conversación con Macarena. No entendía por qué no había hablado así con ella y le proporcionó mucha información sobre ese hotel y sus huéspedes. Tenía en mente conocer a todos ellos y saber sus debilidades para poder hacerles confesar.

Mientras tanto, las gemelas Varela estaban a solas en la habitación arreglándose para salir de la habitación e ir cada una por su bola.

Las dos empezaron a pensar que su situación era bastante ridícula y ya no se fijaban tanto en lo que hacía la otra. No se dijeron nada y salieron de la habitación una detrás de la otra para empezar a escuchar gritos cerca.

Alguien se estaba peleando y no entendían muy bien de dónde venía. Seguían sin decirse nada, pero las dos se interesaron por esos gritos y empezaron a caminar por el pasillo y mirar alrededor por si veían a alguien, pero nada.

Poco segundos más tarde, llegaron las dos a una salida de emergencia, no era la misma en que los chicos bajaban ya que esta daba al párquing de los empleados y pues nadie tenía interés de salir por ahí. (Excepto Lila y Nuria).

Valentina fue la primera en reconocer la voz de un hombre. Era su padre, ya se había acostumbrado a su voz de enfado por haberle hablado así a sus hijas durante muchos años. Ninguna de las dos dijo nada, tan solo intentaban entender las palabras que salían de la boca de su padre y no tardaron mucho en saber que estaba hablando con su madre.

—¿Qué está pa...? —intentó decir Valentina.

—¡Shh! Cállate —le interrumpió Cristina. Unos segundos más tarde, parecía que podían entender algo de lo que decía su padre.

—Ya te he dicho todo lo que me han contado, no podemos hacer nada, lo siento.

—Que no podemos hacer nada dices —su madre parecía preocupada —. Seguro que hay algo que pueden hacer, pero no quieren porque prefieren otras asuntos.

—Claudia, por favor, cálmate —se iba acercando a ella, pero tampoco es que estuviera muy calmado —. Pensé que lo tendrías claro, no entiendo cómo te puedes comportar así.

—¿Pero tú tienes sentimientos o qué?

—¡Claro que los tengo! —Ricardo perdió la cordura —¡Pero Valentina es un puto proyecto, no te puedes preocupar por ella!¡¿Es que se te ha olvidado?! —se oyó abrir una puerta —. Valentina —ahora Ricardo estaba asustado por lo que podría haber oído ella.

—Que... —Valentina no sabía cómo expresar lo que sentía y Cristina seguía detrás sin decir nada tampoco.

—Cariño, perdón —su madre empezaba a tener los ojos llorosos. Valentina la miró unos segundos y después dio media vuelta para salir de esa situación extraña. Claudia corrió hacia ella pero al ver que no la alcanzaría, cogió a la otra, a Cristina —. Por favor, hay una explicación para esto —su padre seguía por detrás diciendo "mierda" todo el rato y Cristina no tenía palabras ahora mismo —. Hablemos con calma —respiró hondo —. Ve a buscar a tu hermana y os lo contamos —miró a su esposo y sabía que en su cara decía que no lo aceptaba.

—Claudia, déjala ir —notó que Cristina también estaba un poco asustada por eso, pero como tampoco no iba con ella o no había oído su nombre en esa conversación, tampoco lo afectaba tanto.

Cristina se apartó de su madre y se fue en la dirección que se fue su gemela. Ahora no estaba para tener ese odio que tenía por ella. Seguían siendo hermanas, así que se empezó a preocupar por lo que dijeron sus padres. ¿Un proyecto?¿Cómo que un proyecto? Esto era muy dudoso.

Hotel RubiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora