Viernes, 16 de agosto de 2018
Gabriela, Cristina y Alba estuvieron hablando de lo que sabían sobre ese sitio, aunque Gabriela no les contó toda la verdad. Aún tenía las esperanzas de que ese número oculto la volviese a llamar y eso no significaba que era bueno, sino que solo quería no meter la pata para que no matasen a nadie de su familia.
—Buenas noches a todas —dijo Juan entrando en la habitación con compañía.
—¿Qué hace esta aquí? —se notaba que a Gabriela no le gustó ver la presencia de María.
—Bueno, no hemos encontrado a nadie a bajo así que hemos venido los dos.
—Una pregunta —parecía que María ya no era muda y podía hablar después de un día sin decir nada —, ¿pero por qué estamos todos aquí?
—No sé, pues para pasar el rato y también queríamos ayudar a Cloe con lo del tobillo —María la miró.
—¿Qué le ha pasado?
—Se ha ti... —empezó a decir Gabriela, pero Juan le cortó la frase.
—Se ha tropezado —mintió —, Elisa tiene algunas vendas y ya. Bueno, ¿tú a qué hora vas a dormir hoy?
—No sé —contestó María —. Cuando vea que ya es hora de dormirme —mientras, Juan abrió al armario para parecer que buscase las vendas entre las cosas de Elisa.
—¿Y cuándo es eso? —preguntó Cristina.
—Pues no sé —volvió a decir María —. ¿Cuándo os vais vosotras?
—Hacia las doce y media que si no nos matan nuestros padres —Cloe mintió, esa no se iba a su habitación hasta salir del hotel, pero se dio cuenta de que Juan mintió sobre lo que le pasó, así que pensó que ella también tenía que mentirle.
—Ah, vale —María se sentó en la cama de Elisa, donde no había nadie.
—En fin —Juan estuvo de suerte que Elisa tuviera una botiquín de primeros auxilios. No tenía ni idea de por qué su hermana llevaba eso, ya le preguntaría más tarde, pero por ahora era parecer que lo que iban a hacer era vendarle la pierna de Cloe que también estaría bien hacerlo —, tenemos unas cartas de póquer, ¿queréis jugar a algo? —el plan de esa noche se iba retrasar si María estaba ahí.
—Vale, sí, me parece estupendo —Gabriela se puso de acuerdo y cogió las cartas que estaban en un cajón.
—Un mentiroso no estaría mal —sugirió Cloe mientras que su hermana le ponía la venda.
—Oye, ¿Y Camila? —María pensó que como Juan era muy amigo de ella, ella también estaría ahí.
—En su habitación, creo —dijo Gabriela acercando las cartas a las camas —. Ve con ella —está claro que Gabriela no quería ver a María.
—Vale, pero primero quiero jugar a cartas.
—Es mejor que no vayas... —Juan alargó un poco la primera "e" —. Es que quería ir a dormir temprano y si le interrumpes el sueño se pone de muy mala hostia.
—Ah, vaya, no lo sabía —dijo ella quitándose los zapatos para poder sentarse bien y así unirse al círculo que formaron los otros estando encima de las dos camas. A Gabriela le pareció raro lo que decía Juan. Primero le cortó cuando quería decirle que había saltado del balcón y ahora dijo esto pero con un tono que sabía que ocultaba algo. Y mientras repartía las cartas para jugar a un mentiroso, recordó que esa misma tarde María no estaba con ellos.
—¿Qué hacías esta tarde, María? —le preguntó Gabriela.
—Ah bueno, estaba con mi madre en el Spa, ¿Por?
ESTÁS LEYENDO
Hotel Rubini
Mistério / SuspenseUn grupo de jóvenes que se hospedan en un hotel donde se sentían como en casa hasta que un verano lo altera todo. *A veces el vocabulario puede ser un poco ofensivo CREADA EL 20/4/2020 REGISTRADA EN SAFE CREATIVE NO AL PLAGIO, GRACIAS