39. Santi y Yoel

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Martes, 14 de agosto de 2018

De vuelta atrás en el tiempo encontramos a Zac cuando se iba con la inspectora. Después de ese momento, los hermanos de cabello negro prefirieron jugar a otra partida de billar y de futbolín. Nada interesante que contar y ellos tampoco sentían estar envueltos en nada.

Así que siguieron pasando su día con tranquilidad yendo a la piscina, Bueno, no estaban del todo tranquilos por haber escuchado a su madre con un hombre desconocido que no sabían identificar su voz, pero tampoco estaban tan alarmados así que se fueron a comer sin decir nada de lo sucedido.

Solo anti miró a su madre fijamente durante esa hora. Veía a su madre feliz, estaba bien, no veía ninguna intención de fingir nada...

—Suerte que esta noche no han anulado el concierto —comentó el padre de los chicos al ver que nadie de la mesa decía nada. Y es que después de descubrir que Lucas, el padre de Zac, habla con su hijo y que podría ser un presunto asesino, no les gustaba para nada lo que podría pasar después.

Ninguno tenía contacto con ese hombre desde que se fue, pero igualmente eran familia y había un rincón en su vida que lo guardarían para ese desgraciado. Pero que su hijo más pequeño ocultase algo como seguir llamándole, no sabía si alguien más ocultaba más cosas. Se notaba que esa familia se iba desmoronando poco a poco.

—Tiene razón —dijo Yoel al ver que nadie le volvía la palabra —. Podemos disfrutar una noche, por lo menos —su tía Carla lo miró.

—Lo siento, pero yo no voy a poder disfrutar por mucha fiesta que se haga. Yo no vengo, y Zac tampoco —Zac estaba muy callado mirando la comida y al lado de su madre porque ella no quería que dijese más barbaridades.

Decidieron no volver hablar de nada, fue muy incómodo durante el resto de la hora mientras que servían el segundo plato y después el postre. Además, había como cuatro policías en la sala que, a la vez que protegían a los huéspedes, los estaban observando por si alguien hacía algún movimiento extraño.

Santi y Yoel decidieron volver a su habitación para quedarse un rato ahí. No sabían qué hacer con toda esa situación familiar entre Zac y su padre, el asesino en serie y su madre hablándole a un desconocido que para ella no era tan desconocido.

Con el único caso que podían actuar era el de su madre, el resto no tenían nada que ver.

—Te digo que le contemos a papá lo que hemos escuchado —dijo Yoel que tuvo que dejar cargando su reloj.

—¿Y cómo se lo va a creer? Dirá que nos lo hemos inventado.

—¿Entonces qué quieres hacer tú?

—No sé, que mamá nos lo explique. Puede que sea algo de su trabajo.

—¿Llamándole cariño? Santi, como no sea stripper, trabajo no es. Y si realmente le ha puesto los cuernos, no va a decir nada —Santi no dijo nada, se levantó de su cama y cogió su llave para salir a fuera —¿A dónde vas?

—A por mamá —no dijo nada más, cerró la puerta de golpe y Yoel tuvo que seguirle después.

Yoel cruzó miradas con la inspectora. No sabía a qué venía eso, pero se sintió incómoda mirándola. Después siguió a su hermano que al parecer su madre estaba en la piscina relajándose con la madre de María, Adela.

—¿Qué pasa hijo? —dijo ella que estaba estirada en una tumbona.

—¿Podemos hablar?

—Claro —vio que por detrás suyo venía su otro hijo, Yoel.

—Para —susurró Yoel a Santi —. No es buena idea —pero su hermano ignoró sus palabras.

—¿Con quién hablabas esta mañana? Y no era con papá —su madre se sorprendió al oír eso, y no sabía cómo disimular.

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