Hotel Rubini

74. La pérdida

Domingo, 18 de agosto de 2018

El día empezó más tarde para las hermanas Varela, como casi todos los días. Esta vez se despertaron y no es que no pudieron desayunar por levantarse después de las once y media, sino porque se enteraron de la movida con la familia Miller y decidieron ir a ver lo que pasaba.

—¿Qué? Esto es broma, ¿verdad? —Cristina se quedó petrificada por las noticias que les dieron.

—Vamos a ver —Lucas estaba mosqueado. Parece ser que su personalidad era así —. ¿Cómo coño quieres que hagamos alguna broma a estas alturas?¿Tú estás bien de la cabeza?

—No, chico, pero es que n-no lo asimilo —seguía sin comprender que Elisa había muerto.

—Paso por favor —la inspectora volvió a toda pastilla del hospital y Saud le llamó para que viniese rápido para intentar aclarar las cosas con esa familia.

—Pero qué borde —comentó Alba quien se tuvo que apartar antes de que la inspectora le diese un codazo.

—Entiendo que debéis tener muchas preguntas, pero cuando nos relajemos todos habl....

—Una puta mierda —Juan interrumpió a Paula —. Lo único que quiero es que te mueras. Eres la peor inspectora que he visto jamás —como si hubiera visto a otra.

Juan se levantó.

—Juan. Tampoco hace falta hablar así —le dijo su tía. Pero no le hizo caso y este empezó a correr hacia su habitación.

—Juan —le gritó su abuelo con más fuerza, pero tampoco fue suficiente.

—Lo lamento mucho —comentó la inspectora —, pero podéis ir al hospital cuando queráis. En realidad, os tenéis que marchar ya —vaya, ahora a ellos sí que los dejaban salir.

Sin embargo, Gabriela no lo tenía tan claro. ¿Pero dónde estaba su móvil? Recordó haberlo tirado en el lavabo y desde ese entonces se olvidó de él. ¿Y si le dijo algo importante y al ignorarle cambió de idea y mató a Elisa?

Pero eso era poco probable, ya que Jaime al final se salvó, así que esa era la elección que tomó Gabriela al final, ¿en serio?

—Gabriela, recoge tus cosas lo más rápido posible, y que Juan haga lo mismo —le ordenó su tía con los ojos llorosos —. Nos vamos de aquí inmediatamente.

—Espera, ¿se van? —se escuchó comentar Lola desde detrás. Claramente tenía que ser ella la irritante de esta situación.

—Lola —le dijo en voz baja su prima, quien estaba siendo la más coherente durante estos días —. Tía, ahora no es hora para decir estupideces —su prima la miró con mala cara, no le dijo nada y se fue hacia el mirado.

Cada vez se estaba acumulando más gente y Lola quería estar sola por una vez en la vida.

Es muy triste pensar que después de todo lo que estaba pasando, Lola seguía queriendo tener la misma atención de siempre.

—Hija, ven —su madre raramente aparecía por el hotel después de la primera muerta —. He dicho que vengas —le dijo con un tono más furioso ya que Lola tampoco se movió —. Quiero que recojas todo, nos vamos de aquí —le dijo en voz baja en la oreja.

Normal que todos intentasen buscar soluciones para irse de ahí. La inspectora solo decía que peligraban los trabajadores, ¿pero una joven? Además que saber lo que pasó realmente con Jaime.

—Okay —contestó ella. No parecía muy emocionada, pero tampoco se negaba que era mejor irse de ahí.

Ella caminó hacia el vestíbulo para irse arriba mientras que Sara hacía al revés. Ella también estaba llorando. Le temblaban las piernas y se sentía bastante mal.