12. Valentina

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 Jueves, 9 de agosto de 2018

Todos o casi todos los que se fueron de fiesta ayer tenían resaca. Sin embargo, Valentina no se volvió a marear. Es más, ya ni se acordaba de que se había mareado, ya ni se acordaba de la noche del día 7.

Ella durmió hasta las doce, al igual que su hermana Alba. Al parecer su gemela se pudo despertarse temprano para ir a desayunar.

En el caso de Valentina y su hermana, tuvieron que desayunar las galletas que se habían llevado en su maleta y el zumo de naranja de la mini nevera que había al lado de un escritorio vintage con un ordenador hp encima.

Casi nadie utilizaba los ordenadores de la habitación porque estaban pendientes de otras cosas o ya se llevaban su propio ordenador de casa.

Su padre no estaba muy contento con ellas porque él quería que estuviesen más con la familia, pero ellas lo ignoraban bastante, pero su madre las comprendía un poco más porque sabía que eran adolescentes y querían pasar tiempo con sus amigos y sus cosas.

—¿Pasó algo interesante ayer? —empezó a decir Alba para establecer algún tipo de conversación mientras se comían un paquete de galletas.

—La verdad es que no, por mi parte al menos. Y no sé si he estado soñando sobre unos raros quemando coches o era el alcohol —las dos rieron. Hablaba sin ganas, le dolía mucho la cabeza y quería seguir durmiendo pero sus padres no querían que desperdiciasen un precioso día y la verdad es que hacía un sol radiante —. ¿Qué tal te fue a ti?

—Bueno, no estuvo mal, la música que pusieron me gustaba y tranquila que no bebí mucho. En Barcelona es mejor —Alba solo bebió como dos vasos de alcohol, no como otros, pero se había levantado tarde porque le encantaba dormir —. Quiero hablar con los otros, seguro que tienen alguna historia que contar.

—Pienso igual, a ver si ellos les ha pasado algo emocionante —las dos acabaron de comerse las galletas y decidieron ducharse y vestirse para bajar y encontrarse con los otros, pero no tenían ganas de ir a la piscina.

—¿Sabes donde están las otras? —Preguntó Valentina mientras se secaba el pelo.

—Cloe seguro con los papás y Cristina ni idea, pensaba que también estaría reventada.

Estaban en la terraza juntas cuando Alba se separó de Valentina para ir con Adrián y Jaime, sus primos, que estaban jugando al uno a solas. No había rastro de los otros, solo de Cristina y Marius en la piscina.

Valentina los vio rápido desde la terraza, pero no quiso ir con ellos y menos con su gemela, no quería tener mal rollos. Cuando Valentina entró al mirador vio a Sara, sentada en un sofá leyendo un libro de Stephen King y decidió sentarse a su lado.

—Perdón por interrumpir tu lectura, ¿pero nadie está disponible hoy? —dijo ella al sentarse.

—Tranquila, ya estaba terminando el capítulo —cerró el libro —. Por lo que ves, no hay nadie con quien estar hoy —Valentina vio a Sara como triste, apagada, enfadada y deprimida.

—¿Qué tal llevas la resaca? Veo que no estás a tope hoy.

—Ya, y no es por la resaca, he aguantado cosas peores, pero es que ayer estaba todo bien y ahora no sé qué pasa con mi vida —definitivamente estaba deprimida.

—¿Por?¿Cuéntame?¿Y cómo te fue con Marius? —sonrió.

—¿Qué?

—Oh vamos —Valentina sonrió —. Todos sabemos que en vuestros momentos a solas no es solo hablar.

—Ya, pero tampoco somos nada. No te confundas, lo tengo bastante claro esto.

—¿Entonces es como una relación abierta?¿O estáis solo de lío?

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