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-          ¿Cómo va tu vida de casado?

Christopher alzó el cejo con una mueca divertida mientras degustaba el delicioso cappuccino que le habían servido en un pequeño restaurante de Little Italy.

-          Perfectamente.- contestó.

-          ¿No crees que deberías estar encerrado en una habitación de un carísimo hotel en las Islas Mauricio con ella en vez de estar aquí trabajando como un burro?

Era la segunda vez que le echaban en cara no estar de luna de miel y se estaba empezando a irritar.

-          Tengo mucho que hacer como para estar perdiendo el tiempo con viajecitos.

Su amigo pareció enfadarse por la respuesta, pues frunció los labios duramente y le lanzó una mirada envenenada.

-          Más vale dedicarle más tiempo a tu mujer que a los ligues de estos años, Christos- replicó con dureza-, porque Kassia no se va a conformar con que vayas a visitarla de vez en cuando para echar un polvo antes de un nuevo viaje de negocios.

-          No voy a cambiar mi vida por haberme casado.

-          Ella lo ha hecho.

Ella no ha tenido más remedio, pensó para sí.

-          Ha dejado su vida aquí para mudarse contigo a Atenas.

-          Neo, cállate de una vez.- protestó con un gruñido.

¿Por qué todo el mundo se empeñaba en poner patas arriba su rutina e intentar troncar ese carácter que siempre le había hecho ser como era?

-          No, no me callo, porque si no te lo digo yo no lo hará nadie.- su amigo le observó fijamente mientras hablaba- Kassia me cae bien, es una gran chica y me alegro mucho de que os hayáis reencontrado por fin. Tienes que cuidarla.

-          Ya lo hago.

-          No l...

Alzó la mano, cansado.

-          Si te callas, prometo que me la llevo de viaje mañana mismo.

Neo se echó a reír, llamando la atención de todos los clientes que atestaban el pequeño local.

En realidad, no era mala idea. Un viaje romántico daría más veracidad a su matrimonio y mantendría calmada a Kassia al menos durante una temporada. Desaparecer unos días no podría matarle.

-          Vamos a ver dónde están.- dijo a nadie en particular mientras marcaba el número de su mujer.

-          ¿Sí?

¿Ella se había percatado alguna vez del tono bajo y sensual de su voz?

-          ¿Dónde estás, agapi mou?

-          ¡Agapi mou! ¡Eso sí que no me lo esperaba de ti!- rió su amigo.

Le lanzó una fría mirada de advertencia, pero sus atronadoras carcajadas no cesaron, e incluso se incrementaron.

-          Estamos en la 72th con Broadway, frente al banco.-la oyó decir mientras intentaba hacer que su compañero cerrara la boca- ¿Por qué se ríe Neo?

-          Porque es un fantoche, estamos en Little Italy, ahora vamos para allá.

-          Vale, adiós.

Mar y fuego. Rendida a su chantaje ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora