Estrambótica

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Un nuevo día había llegado, los pájaros cantaban mientras los rayos de luz se hacían cada vez mas fuertes sobre las ciudades y sus habitantes. El día donde algunos cambiamos pasarían, y donde dudas nuevas sobresaldrían.

Tatsumaki recién abría sus ojos en esta mañana, ella se sentía renovada, sentía que había tenido un relajante y cómodo sueño, uno que no había tenido hace mucho tiempo. Al levantarse de la comodidad y sentarse sobre la cama, noto algunas cosas que no eran como ella acostumbraba al despertar. Para empezar, aun tenia su típico vestido que usaba para sus labores como heroína, en vez de su pijama. También no tenia ni siquiera un recuerdo de haber llegado al cuarto y acostarse a dormir, lo ultimo que recordó fue estar sentada en las piernas de Saitama mientras veían una película, aunque ni siquiera pudo recordar de que se trataba, por que había otra sensación que no la dejaba concentrarse. Entonces eso quería decir que...

-Saitama...-Murmuro ella al pensar en la solución mas lógica, él la había llevado hasta su cuarto y la dejo en la cama para que pudiera dormir cómoda.

Tatsumaki pensó en la carta de la asociación, ella ya no podría hacer sus labores de héroe o ir a cazar kaijins por diversión, ahora ella tenia que esperar a ser llamada para entrar en acción a la hora de la batalla contra algún kaijin que tendría que ser ridículamente fuerte para que la asociación tomara esa decisión.

Era muy injusto para ella que le hicieran algo así. Había arriesgado antes su vida por proteger a toda costa a un niño y salvar a la clase S a costa de destruir ciudad Z. Si bien era cierto que ella aveces usaba sus poderes para crear tornado que terminaban con la destrucción de partes de ciudades, su meta nunca fue provocar caos, había dedicado todo su tiempo y esfuerzo a ser un héroe, y ahora ellos querían quitarle aquello con lo que sentía bien, hacer otra cosa que no fuera la labor de héroe, era algo imposible de pensar para ella, ahora no podía hacer aquello que tanto le gustaba...

Pero por alguna razón, a diferencia del día anterior. Ella no se sentía mal o deprimida. Se sentía inquieta.

-Bueno...por suerte tengo mas de estos vestidos. Es algo tarde, debería ducharme y cambiarme de nuevo-Dijo ella levantándose de la cama.

.....

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Tatsumaki ya se había cambiado y duchado, ahora flotaba hacia la sala donde sabia que Saitama tendría que estar. Y ahí es donde estaba, acostado a una orilla del colchón del sofá, durmiendo boca arriba.

Ella quería hablar con él, pero aun seguía durmiendo, y esta vez había decidido por no despertarlo. Ella esperaría a que Saitama despertara, se sentó a su lado del otro lado del colchón para esperarlo.

Tatsumaki lo veía dormir, él también parecía estar teniendo un cómodo sueño, se notaba por sus leves ronquidos y lo tranquilo que respiraba. Ella creía que estaría un tiempo ahí, así que se a costo a su lado, mirando hacia el techo. Sin embargo, estando a su lado, y tan cerca, pudo sentir algo extraño.

Su corazón latía mas fuerte. Ella puso su mano en el pecho de Saitama, de repente se sentía nerviosa y ansiosa estando tan cerca de él. No sabia muy bien por que lo había hecho, pero a parecía gustarle el suave tacto de su piel, dándose cuenta de algo mas.

-(Él es muy suave...)-Pensó ella moviendo un poco su mano.

Tatsumaki se sentó en el colchón, una rara sensación recorría su cuerpo en cuanto toco su cuerpo, sentía un hormigueo que llegaba hasta su pecho que la hacía sentir feliz. Sus manos se escabulleron por debajo debajo de la pijama de Saitama para tocar su cuerpo, sus pequeñas y lindas manos empezaron a acariciar su torso, desde su pecho hasta su ombligo, sintiendo aquella suavidad y ese hormigueo que la hacia sentir bien, tanto que un leve sonrojo se marco en sus mejillas.

¿𝑻𝒆 𝒐𝒅𝒊𝒐? 𝑶 ¿𝑻𝒆 𝒂𝒎𝒐?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora