CCLXIV

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Aquel día no había empezado nada bien para Lucifer, teniendo una mala noche en el sofá de su hermano, había despertado pasando las dos de la tarde, para descubrir que su celular estaba descargado y no había comida en el refrigerador.

Después de tomar un baño con agua helada, ya que el gas se había terminado, se cambió de ropa y escucho sonar el teléfono fijo que el Beta jamás utilizaba.

"Residencia de... ¿Beelzebub?" Contestó con una mueca graciosa "¡Tú maldito celular esta apagado!" Le grito el pelinegro "Si.... Se descargó ¿qué pasa Beelzy?"

"Crowley, voy en una ambulancia rumbo al hospital central, apresúrate, te veo aquí" Luego se colgó la llamada "¡¿Cómo que Crowley?! ¡¿Beelzebub?! ¡¿BEELZEBUB?!"

Olvidándose del temor a que su paradero fue descubierto, el Alpha salió a toda velocidad del departamento, intento irse en su motocicleta, pero esta no tenía ni una gota de combustible.

"¡Reverenda mierda!" Grito el chico estrellando el casco contra el suelo y con el poco dinero que le quedaba fue a buscar un taxi que lo llevará hasta el lugar.

Todo empeoró al llegar al hospital, después de que su hermano le explicó lo que había sucedido no habían pasado ni diez minutos cuando un oficial los interceptó, indicándoles que la gravedad de lo que había hecho Crowley no se limitaba solo a Azirafel.

Trato de calmar a Beelzebub con algunas palabras de aliento, pero ni siquiera él se encontraba seguro de que pudieran salir de un problema tan grande como aquel.

Paso largo rato pensando en formas para reunir el dinero necesario para la fianza de Crowley, pero por más que trataba la única solución factible para aquella situación siempre terminaba con la familia Archangel.

Estando el Alpha tan centrado en sus pensamientos, no se dio cuenta del momento en el que Gabriel y otro extraño se posaron frente a él y su hermano en la sala de espera, no tenía en esos momentos la energía para pelear con el castaño, por lo que decidió retirarse acompañando al médico para una segunda opinión del estado de Crowley, cosa de la que termino arrepintiéndose.

"Esto no es para nada normal..." Comentó el médico "Un cuerpo de Alpha en celo puede producir feromonas durante días y en grandes cantidades, pero Crowley rebasa cualquier límite... Y te está afectando también ¿verdad"

"No..." Contestó Lucifer, tratando de fingir que se encontraba bien "No mientas muchacho, tu cuerpo está temblando, si lo soportas es porque crecieron juntos y se fueron acostumbrando, pero cualquier otro Alpha hubiera saltado contra él considerándolo una amenaza..."

"¿Se repondrá? ¿Estará bien?" Pregunto nuevamente el mayor de los Tadfield "Si no logramos controlarlo... Su cuerpo colapsará de agotamiento..."

Tras saber eso no podía siquiera mirar a Beelzebub a los ojos, se sentía tan impotente, no había nada que pudiera hacer para ayudar a una de las pocas personas que le importaban en el mundo, había perdido casi toda la esperanza hasta que entendiendo a medias la conversación entre su hermano, Gabriel y el doctor vislumbro un rayo de esperanza.

Una parte de él solo quería golpear al castaño por siquiera dudar en ayudar a Crowley, pero entendió que para el Alpha aquella era una decisión que ponía mucho en riesgo.

"Gabriel" Trato de ser firme y directo, sin mostrar la desesperación en su voz "No vamos a obligarte a poner en riesgo tanto" Si era para salvar a su hermano, Lucifer estaba dispuesto a dejar de lado su orgullo y rogar al más alto "Solo piensa esto, si alguno de tus hermanos estuviera en la situación de Crowley y tuvieras manera de ayudarlo, aunque pusieras todo en riesgo... ¿Lo harías?"

Si yo tú, si tú yo contigo 200 - Finalizado [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora