CCCXXXV

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Crowley observó por última vez aquella casa, dándose cuenta de que no había nada en ella que pudiera considerar como un hogar, en ninguna pared estaba la marca de su altura, ningún escalón había sido testigo de una raspadura o golpe, nadie que lo esperara para cenar o le preguntará como estuvo su día, ninguna persona se sentaría afuera a su lado, esperando por alguien que nunca tuvo intención de volver por él.

Afuera solo se escuchaba el canto de los grillos, al sol le quedaban algunas horas antes de salir, y el Alpha considero que era mejor irse en ese momento.

En la acera, se giró hacia la casa de su vecino, estuvo tentado a tocar la puerta y despedirse, pero se arrepintió; como originalmente lo había planeado, deslizo una hoja de papel por el espacio del correo, donde solo escribió un gran: GRACIAS POR TODO. Luego siguió su camino.

Apenas contaba con algo de dinero para comer, por lo que decidió que iría a pie, el frío de la madrugada golpeaba su cara y estornudo un par de veces, también se dio cuenta de como la brisa hacía que sus ojos ardieran, había perdido sus lentes negros ya hace mucho tiempo atrás, el primer regalo de sus hermanos, un dolor en el pecho que atribuyo al frío lo hizo meter sus manos dentro de su chaqueta, encontrándose con una vieja nota arrugada.

"¿Qué es esto?" Se preguntó en voz baja, y procedió a desdoblarla, pero sin poder leerla en medio de la oscuridad.

Le tomo al menos una hora encontrar un lugar abierto, al entrar se dirigió a la mesa más alejada, bajo la mirada de sospecha de un joven dependiente, y por temor a ser echado, compro la bebida más barata del menú, pago volviendo a sentarse.

Querido Crowley...

Comenzó a leer para sí mismo, reconociendo aquella caligrafía de inmediato.

Vuelve a casa, tu verdadera casa, jamás nadie podrá darte ese tipo de amor que has anhelado desde niño, pero si podemos amarte del modo que ya sabemos, tus hermanos te extrañan, pide disculpas por herirlos y regresa... Ellos te aceptarán, no importa como hayan sucedido las cosas, sus brazos estarán abiertos para recibirte. Tienes mi palabra.

Por favor, vuelve a nuestro lado.

Te quiere, Azirafel.

"Vino a verme..." Murmuró el pelirrojo releyendo aquella breve carta "Él me busco, estuvo allí... Pero ¿cómo?... Freddy..."

Se deslizo en la silla sonriendo, acercó la hoja hasta él buscando el aroma del Omega, era tan leve, casi imperceptible, pero allí estaba. Preocupándose por él.

"Debo ir con mi familia..." Murmuró "Mi verdadera familia..." Termino de beber su café, y salió del lugar, los autobuses aún no habían iniciado su ruta, por lo que tendría que adelantar todo el trayecto posible caminando.

El sol asomaba cuando el Alpha había llegado al complejo de apartamentos, tragó saliva, nervioso ¿qué diré cuando los vea? Pensó dando un paso hacia atrás, su mano rozó con la nota en el bolsillo de su chaqueta y eso le dio fuerza de acercarse.

Golpeó la puerta un par de veces, sin recibir respuesta, trato de ver hacia dentro por la mirilla, pero le fue imposible.

"¡¿Beelzebub?! ¡Lucifer!" Gritó tratando de contenerse para no incomodar al resto de los vecinos "¡Soy yo! ¡Crowley! ¡Chicos sé que me equivoque, pero abran por favor! ¡Si quieren que suplique su perdón lo haré!" Lo que siguió fue un profundo silencio.

"¡Muchacho!" Le llamó una voz "¿Es usted uno de los inquilinos de ese departamento?" El Alpha se giró encontrándose con el guardia de seguridad del lugar.

Si yo tú, si tú yo contigo 200 - Finalizado [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora