CCCV

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Azirafel suspiró con tristeza frente la entrada de la facultad le había pedido al chófer de la familia que lo dejará algunas calles atrás, para evitar que lo vieran llegar en automóvil.

Después de tanto tiempo encerrado, el médico le indico que su condición era lo suficientemente estable como para retomar sus actividades normales, aunque para el Omega las cosas no volverían a ser normales jamás, al menos no sin Crowley a su lado.

Estaba tan sumido en sus meditaciones, que ni siquiera notó cuando Wilde se acercó hasta él lanzándosele en un abrazo.

"¡Zira!" Gritó el castaño sin soltarlo "¡Que alegría verte de nuevo! Aunque he de admitir que esperaba tu entraba en una limosina rodeado de sirvientes..."

"Buen día para ti también" Sonrió el chico rodando los ojos "Y para que conste, no tengo ni limosina ni sirvientes, solo un auto extra para hacer recados y unos cuantos trabajadores que nos ayudan en casa..."

"Tu corazón podrá ser noble, pero sigues siendo un niño rico" Agregó Wilde soltando al rubio "¿Por qué no te saltas la clase y vienes a comer algo conmigo?"

"Yo... No lo sé, me han dado muchas libertades y empezar faltando a clases no es algo con lo que me sienta cómodo"

"Dios eres tan adorable" Dijo el castaño tocándose el pecho "Te buscaré a la hora del almuerzo ¿de acuerdo?"

"Eso me parece mejor" Contestó Azirafel con una dulce sonrisa.

Cuando la campana que anunciaba el final del primer período sonó, Wilde se presentó puntual frente a la puerta del salón del Omega.

"¿Entraste siquiera a tus clases? ¿Cómo es que no repruebas si siempre te estas ausentando?" Preguntó frunciendo el ceño el rubio.

"Tengo mis métodos querido" El Omega lo tomo del brazo arrastrándolo escaleras abajo "Ahora, vamos por ese desayuno que me prometiste invitar"

"Yo no prometí nada..."

"¿Me dejarás pagar a mí? Que tacaño..."

El par de chicos se dirigieron a una pequeña cafetería no muy lejos de la escuela, era cómoda con un dulce aroma a café que hizo a Azirafel recordar el lugar donde Crowley solía trabajar con Madam Tracy.

¿Habrá vuelto allí? Se preguntó mirando sus manos sobre la mesa, ¿estará bien? ¿Aún pensará en mí?

"Zira" Llamó Wilde al más joven, quien parecía perdido en sus pensamientos "Tierra llamando a Azirafel ¿me copias?"

"Y-yo... Lo siento..." Se disculpó el rubio "Es que este lugar me trajo recuerdos, es todo"

"Ya..." El castaño no agregó más, pero observó con más detenimiento al chico, notando como el sol iluminaba su cabello rubio claro haciendo que este brillara dándole un aura de aspecto angelical, noto también sus largas y bonitas pestañas, sus mejillas coloridas y sus labios rosas.

Aunque Wilde había tenido cientos de amoríos antes, podía contar con los dedos de una mano las veces se había sentido de aquella manera, jamás paso por su cabeza que un chico tan adorable y dulce pudiera hacer que su corazón palpitará con tal fuerza.

"¿Aún piensas en el Alpha?" Preguntó de repente el Omega, tratando de suprimir el deje de celos.

"N-no creo que pueda olvidarlo jamás..." Se apresuró a contestar Azirafel, sin siquiera pensarlo, haciendo que el pecho de Wilde se contrajera con dolor.

"Eso no es verdad" Agregó el castaño "Lo que necesitas es conocer otras personas, y no sé, podrías darte cuenta de que es posible querer a alguien más..."

Si yo tú, si tú yo contigo 200 - Finalizado [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora