CCXCVIII

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"¡Yo abro!" Grito Azirafel cuando escucho el timbre de la puerta principal.

"¡¿Por qué nunca me dijiste que eras millonario?!" Fue lo primero que dijo Wilde, haciendo reír al Omega "No es exactamente mi fortuna, no he contribuido en nada en realidad... Pero pasa, eres bienvenido"

"Fue algo inesperado ver a tu hermana en la Facultad" Indicó el chico siguiendo a Azirafel "Y aún más enterarme que era la subdirectora de la Universidad Tadfield y parte de la familia Archangel, dueños de farmacéuticas, entre otros negocios..."

Con una sonrisa nerviosa, el rubio llevó a su amigo hasta el jardín trasero, trajo un par de bebidas y bocadillos ante la mirada de reclamo de Wilde.

"¡¿Por qué estudias en una escuela cómo la nuestras siendo tan rico?!" Exclamo el Omega con mala cara.

"E-es una larga historia, además ya te dije que yo no soy rico, técnicamente Metatron y Gabriel son quienes trabajan en el legado familiar, Michel tiene su empleo aparte y yo... Bueno, sigo en la escuela..."

"Eres un pequeño mentiroso Zira, no volveré a invitarte el almuerzo nunca más"

"¿Cómo es que diste conmigo?" Preguntó el rubio rodando los ojos y sentándose al lado de su amigo.

"Bueno, estaba rondando por la sala de profesores cuando escuche tu nombre, entonces esta alta y linda Alpha llamada Michel Archangel" Dijo, haciendo énfasis en el apellido "Quería llegar a dirección y yo amablemente la lleve hasta allá... Luego le dije que era amigo tuyo y se emocionó mucho"

Escuchar aquello avergonzó un poco a Azirafel, nunca había sido bueno haciendo amigos, así que sospechaba que Michel debió emocionarse tanto con la noticia que termino por invitar al otro chico sin siquiera preguntar.

"Ella estaba tan contenta de que me dio su dirección y dijo que viniera en cuanto pudiera para saludarte..." El rostro del Omega enrojeció al descubrir que sus suposiciones eran correctas.

"L-lo siento... Además de Crowley y sus hermanos la verdad es que no tengo amigos..." De pronto el rostro del rubio se ensombreció, cosa que no pasó desapercibida para Wilde.

"Oye, supe que el tal Crowley estuvo en el hospital... ¿Qué sucedió?"

Tras un largo suspiro, Azirafel comenzó a explicarle lo ocurrido entre él y el Alpha, desde el ataque en su antiguo departamento hasta la separación.

"¡¿El hizo qué?!" Exclamó el castaño al terminar de escuchar el relato "¡Lo sabía! ¡Todos los Alpha está cortados con la misma tijera!"

"¡No es como crees!" Intervino el rubio "¡Crowley está enfermo! ¡Él no es esa clase de persona!"

"¡No trates de defenderlo! ¡¿Qué hubiera pasado si no se detenía?! ¡¿Eh?! ¡¿Has pensado en eso?!" Reclamó el Omega cruzando los brazos sobre el pecho "¡Me alegro de que se hayan alejado! ¡Estabas en un peligro constante a su lado!"

"¡No digas eso!" Azirafel se puso de pie enojado "¡Separarme de Crowley ha sido la cosa más dolorosa que he hecho nunca! ¡Yo lo amo! ¡Lo amo como no tienes una idea! ¡Y sólo estoy haciendo esto por su propio bien!"

"¿Lo amas?" Preguntó Wilde con un bufido de diversión "Zira... Te lo pondré de este modo, nunca has tenido muchos amigos, perdiste a tu madre cuando era un niño, y Crowley ha sido la única persona a tu lado siempre, no crees que más que amor es solo que nunca has estado con nadie más..."

"¿Qué quieres decir?"

"Me refiero a que, tal vez lo amas porque es lo único que conoces, a que no sólo él pudo haber sido el dependiente en su relación..."

"¡N-no...!"

"Oye sé que es algo feo de pensar y no estoy en posición de criticar lo que crees sentir y eso, pero amigo, si no tienes ningún otro punto de comparación ¿cómo puedes estar seguro de que es amor?"

Azirafel se quedó en silencio, sin saber cómo responder a esa pregunta, Wilde pensando que había hablado demasiado, trato de cambiar el tema y subir los ánimos del chico.

"¡L-lo siento! ¡A veces no se cuándo callarme!" Dijo a modo de disculpa "Mira yo no soy quién para estar por allí opinando de relaciones ajenas, no pongas esa cara triste, vine aquí para tratar de animarte..." Mientras el Omega trataba de enmendar su error, una tercera figura se les unió.

"Azirafel ¿gustan que les sirva la comida aquí o desean pasar al comedor?"

"¡¿Lilith?!" Exclamó Wilde con sorpresa al mirar a la pelirroja.

"¿Wilde?... ¿Qué haces tú aquí? ¿Se conocen?" Señalo entre los chicos la Omega.

"Es un amigo de la Facultad en donde estudió" Intervino Azirafel "¿De dónde se conocen ustedes?"

"Mi antiguo empleo" Se apresuro a responder la chica "U-un gusto volver a verte Wilde..."

El aludido no respondió, abrió los ojos con sorpresa, aún desconcertado por el encuentro, ni siquiera escuchó la respuesta que dio el rubio con respecto a la comida.

"¿Te quedarás a comer?" Tuvo que repetir Azirafel, a lo que el castaño negó rápidamente con la cabeza.

"E-en realidad ya me quedé demasiado tiempo, es mejor que vuelva a casa... G-gracias por recibirme..." Se puso de pie rápidamente "Me alegro de que estés bien Lilith... Vendré a visitarte en otro momento Zira..."

Ante la mirada desconcertada del par de Omegas, el castaño tomo sus cosas y se apresuró a la salida, se alejó un par de cuadras de la mansión y corrió a toda velocidad.

"No, no, no..." Murmuraba en voz baja "¡No se supone que te encontrará nunca Lilith! ¡Y menos en casa de un chico como Azirafel!"

Cuando sus pulmones ya no pudieron más, se sentó en una parada de autobús, nervioso golpeaba el suelo.

"¿Qué voy a hacer ahora?" Se preguntó a sí mismo "No puedo entregarla... No a esos malditos... Pero si no lo hago ¿qué será de mí?"

Miro sus manos que temblaban de miedo, yo no le debo nada a ella, pensó, ¿por qué tendría que protegerla? Luego recordó la sonrisa de Azirafel, tan amable y dulce, siempre lograba que su corazón se acelerará ¿qué pensaría él de mí si hiciera algo como eso?

Pasó un par de horas sentado, pensando, hasta que decidió que esperaría, hasta que un mejor escenario se le presentará, guardaría el secreto.

"¡Maldita sea!" Se lamentó en voz alta el Omega "No sé supone que te encontrará nunca, pelirroja idiota... ¿Y por qué tuviste que terminar con la única persona que me importa lo que piense de mí?"

Se levantó del lugar, tomo un par de pastillas que llevaba consigo y se dirigió a casa, tratando de olvidar el encuentro de ese día.

Si yo tú, si tú yo contigo 200 - Finalizado [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora