CCCIII

303 47 5
                                    

"¿Qué?" Pregunto la Alpha sentada sobre la cama de su habitación "¡¿Cómo puede decir algo como eso?!"

"Tengo pruebas señorita Michel" Respondió Elsa con seriedad "Esa Omega tiene conversaciones con el chico llamado Lucifer"

"No... No, no... Esta equivocada" Michel se puso de pie abrazándose a sí misma "¡Debe haberse confundido! ¡Lucifer me hubiera dicho si se conocían!"

"¿De verdad?" Inquirió la Beta "¿Está completamente segura? ¿Acaso conoce también a ese muchacho?" La castaña no respondió.

"Debe ser precavida con esta información" Dijo Elsa poniéndose de pie "Metatron está completamente hechizado por esa chica, si usted le habla al respecto, probablemente se ponga de su lado..."

"¿Metatron lo sabe?" La Alpha se giró con sorpresa.

"Yo misma se lo notifique, sin embargo, no hizo nada al respecto, y la que terminó yéndose de esta casa, no fue otra más que yo" La voz de la mayor se quebró, pero no tardó en componerse y alzar la vista en dirección a la castaña "Esta noche dejaré la mansión, por lo cual quería que supiera esto antes de marcharme"

"Pero usted ha estado con nosotros toda su vida... ¿Por qué?"

"Todo este tiempo no he vivido más que un engaño..." Murmuró el ama de llaves "Y no quiero lo mismo para usted señorita Michel, así que le recomiendo que sea prudente y revele la verdad que su hermano se niega a ver"

La mujer se levantó, sin agregar más y sin despedidas, salió de la habitación, dejando tras de sí a una consternada Michel.

"Sub directora" Le llamó una voz "Sub directora ¿está usted bien? ¿Quiere que llame a enfermería?"

"¿Qué?" La Alpha volvió en sí y observó al profesor Sandalphon, quien le observaba contrariado "E-estoy bien... ¿Qué era de lo que quería hablar?"

"Bueno, como le comentaba, es necesario revaluar los presupuestos para el próximo ciclo escolar, y quería ser el primero en entregar la propuesta del departamento..." El hombrecillo colocó una carpeta sobre la mesa "Si lo revisa verá como tome en cuenta todos los detalles que menciono en la última junta..."

"Los veré después" Indicó la castaña tomando los documentos para arrojarlos sobre otra pila "¿Algo más?"

"Bueno en realidad si..." Continúo el Beta "¿Sabe algo sobre el estudiante Lucifer Tadfield? No queda mucho tiempo de su prorroga y ni siquiera se ha acercado para preguntar sobre sus clases"

La Alpha pudo sentir la malicia en el comentario del profesor, fingió indiferencia y continúo con su trabajo respondiendo con la menor importancia.

"Ese alumno está completamente fuera de su jurisdicción, si él vuelve o no, es cosa que no le incumbe ¿algo más?"

"¿Pero no le parece extraño?" Continúo Sandalphon ignorando el enfado de la castaña "No es normal que una persona desaparezca, así como así, para mí eso habla muy mal de ese muchacho..."

Si aquel hombre hubiera podido ser capaz de sentir las feromonas, se hubiera dado cuenta del aroma amenazante que inundaba la habitación.

"La vida personal de los estudiantes" Interrumpió con firmeza la castaña "Es algo que a usted no le incumbe, ahora, le daré hasta tres para que salga de mi oficina..."

"P-pero subdirectora..."

"Uno..."

El Beta no necesito más y en menos de un minuto había abandona el lugar, Michel suspiró derrotada, volvió a sentarse y miró en su teléfono una fotografía de ella y Lucifer, la sonrisa del chico era tan sincera y su mirada tan dulce, completamente diferente a la expresión que había observado en él la última vez que se habían visto.

La Alpha decidió volver a la mansión más temprano ese día, tomo sus cosas y subió a su automóvil, no podía dejar de pensar en las palabras de la antigua ama de llaves, si Lucifer conocía a esa chica, pensó la castaña, ¿por qué nunca me lo contó? ¿Es parte de ese pasado al que le teme tanto?

Al llegar se dio cuenta que había olvidado sus llaves, toco varias veces el timbre, esperando que el personal no estuviera muy ocupado, sin una persona que dirigiera a todos, las actividades diarias se habían vuelto un poco desorganizadas.

"Bienvenida a casa señorita Michel" Le recibió Lilith con amabilidad "No le esperábamos tan temprano ¿desea comer ahora o esperará a sus hermanos?"

Michel se tomó un tiempo para observarle con detenimiento, era joven, de piel aterciopelada, su melena roja y frondosa, de cuerpo bien formado, hermosos rasgos, rojos labios brillantes, su aroma era embriagador, hasta ella debía admitir que le parecía un Omega de lo más atractivo, y sobre todo eso, lo que más resaltaba eran sus ojos esmeraldas, jamás bajaba la mirada y siempre era dulce pero con una seriedad que le hacía parecer ser mayor de lo que realmente era.

"¿Señorita Michel?" Repitió la pelirroja alzando una ceja "¿Se encuentra bien?"

"No comeré" Respondió la más alta viéndose atrapada "¿Sabes dónde se encuentra mi hermano Metatron?"

"En su despacho, lleva allí toda la mañana... ¿Gusta que le diga que lo busca?"

"No, así está bien, gracias" La Alpha lanzó una última mirada en dirección a la chica antes de subir rumbo antes de subir a su habitación, Lilith no dijo nada, pero jamás apartó los ojos de ella.

Una vez en su alcoba, la castaña camino de un lado a otro pensando en que debía de hacer, temía que, si se acercaba a Metatron, este le mintiera para proteger a la Omega, además de lo dicho por Elsa, ella ya había notado los sentimientos que su hermano profesaba por la chica y le preocupaba que debido a ellos él pudiera negarse a hablarle con la verdad.

Encarar directamente a Lucifer quedaba descartado, aún recordaba la última vez que habían hablado, su mirada de terror absoluto y el miedo de ella misma al sugerir aquel crimen en el pasado del Alpha, se recostó en su cama derrotada, mirando el dosal que le cubría y pensando en cómo llegar al fondo de ese asunto.

"Conocer a Lilith, tal vez haber terminado con la vida de alguien, y no ser capaz de hablar de nada de eso... ¿Cuál es la historia detrás Lucifer?" Se pregunto Michel en voz alta "¿Estoy buscando excusas para darte una oportunidad? Solo debería dejarte ir, me haría menos daño de ese modo..."

La Alpha se giró cerrando los ojos, recordó aquella mirada triste que ponía el chico cada vez que creía que nadie lo observaba, parecía tan solo y desamparado, y aunque una parte de ella, tal vez su orgullo, le gritaba que se alejará, que era suficiente de ese juego de mentiras y secretos, otra le pedía que le diera una oportunidad, le decía que lo buscará y lo sostuviera entre sus brazos hasta que pudiera desaparecer la desesperanza en sus ojos.

Se quedó dormida, pensando en que debía hacer, como tenía que actuar, e imaginando todos los escenarios posibles preguntándose si sea cual sea la verdad ¿podría ser capaz de aceptarla?

Si yo tú, si tú yo contigo 200 - Finalizado [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora