CCLXV

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"¿Hola?" Gritó Crowley en la habitación oscura, pero por respuesta solo obtuvo el eco "¡¿Hay alguien aquí?!" Ninguna respuesta que no fuera la sombra de su propia voz.

"Vaya, vaya, vaya..." El pelirrojo se giró con rapidez, pero no había nadie detrás de él "Al fin te dignas a visitarme... Pero que honor..."

"Tú..." Murmuró el Alpha "¡Da la cara! ¡Desde que comencé a escucharte mi vida se ha venido abajo! ¡¿Quién eres?! ¡Deja de esconderte, cobarde!"

"Ya te lo dije" Respondió el extraño "Soy tú... O al menos la parte de ti que tratas de esconder" Tras decir aquello, en medio de la oscuridad, la misteriosa presencia tomo forma y dio un paso al frente.

"¿Por qué...?"

"¿Tengo que repetirlo de nuevo?" Le interrumpió el invasor "Solo estas mirando a una mejor versión de ti..." Sonrió mostrando todos los colmillos, luego sacudió su chaqueta de cuero negra, acomodo su rojo cabello y se quitó los lentes para revelar un par de ojos amarillos. Es como verse en un espejo, pensó el Alpha, un espejo que solo muestra lo malo en ti.

"Sabes" Habló de nuevo el falso Crowley "A este lugar le falta un poco de luz" Trono sus dedos y a continuación el escenario había cambiado por completo, el sol brillaba con fuerza y a lo lejos se podían escuchar gritos y risas.

"¿Por qué estamos aquí?" Preguntó el pelirrojo reconociendo el lugar "Oh, no seas así ¿acaso no añoras tu hogar? Casa hogar, pero hogar al final"

El Alpha dio unos pasos en dirección al conocido edificio de ladrillos rojos, los rostros de los niños que jugaban por el lugar le resultaban familiares, cuando se acercó a la entrada se congelo de la impresión.

"¿Lo reconoces?" Murmuró su contra parte "Tan triste, solo, abandonado, llorando porque no viene su mamá" Se burló el otro Crowley haciendo gestos de llanto con sus manos.

Por su parte, el Alpha solo podía apretar los puños y desviar la mirada del pequeño niño que alguna vez fue, la ilusión de que algún día su madre iría a recogerlo y llevarlo a casa junto con Lucifer y Beelzebub, la había tenido que abandonar hace mucho tiempo atrás.

"Sabes que es lo más triste" Volvió a hablar con voz molesta el otro pelirrojo "Que de hecho si la encontraste ¿verdad? A tu mamá, me refiero, pero ella no te quiso en tu vida... Ser rechazado dos veces por quien te trajo al mundo sí que debe ser patético..."

El pelirrojo apretó los dientes y se giró con intención de lanzar un puñetazo, pero en vez de alcanzar su objetivo, el escenario volvió a cambiar. Ahora, estaba en el mirador de la ciudad, sobre él una hermosa noche iluminada por las estrellas y a lo lejos reconoció un automóvil Bentley modelo 1936.

"Oh no..." Dijo el Alpha en voz baja "¿Por qué justamente este recuerdo?"

"¿No es romántico?" El falso Crowley volvió a aparecer "¿Por qué no nos acercamos?" Antes de que pudiera objetar algo, el pelirrojo fue arrastrado a la escena, justo en el momento preciso en el que sus labios se separaban de los de Azirafel.

"Vas demasiado rápido para mí Crowley..." Aunque fue hace mucho tiempo atrás, aquellas palabras aún le dolían.

"Que interesante ¿no crees?" Esta vez el Alpha no contestó "Azirafel jamás mostró tener algún interés en ti antes de volverse un Omega, hasta se podría decir que, si no fuera por su problema, jamás hubieran llegado a nada..."

"¡Yo amaría a Azirafel aunque nunca pasará nada entre nosotros!" Gritó el pelirrojo "¡Lo hubiera esperado por seis mil años!"

"¿En serio?" Preguntó de manera burlesca su compañero "Por qué tu siempre tuviste necesidades... Especiales... ¿O ya olvidas las noches solitarias en que la imagen del dulce ángel eran tu única compañía?"

"¡Cállate!"

"No te enojes conmigo, yo solo digo lo que en verdad piensas..."

"¡Jamás pensaría así de Azirafel! ¡Nuestra relación va mucho más allá que sólo el sexo y deseo! ¡Incluso más allá que las feromonas!"

El falso Alpha comenzó a reír con fuerza, se encorvó en sí mismo y de pronto paro, para con una cara seria mirar a Crowley.

"Hipócrita" Pronunció con lentitud "Lo primero que hiciste cuando Azirafel cayó en un celo real, fue acostarte con él... ¿Por qué no se te ocurrió llevarlo al hospital? ¿Huir de allí?"

"No fue así como pasó..."

"Yo te diré porque... Por qué en el fondo lo deseabas, lo que más querías era avanzar en esa relación, las gotas de amor que te daba el ángel ya no eran suficientes..."

"¡Tú no sabes nada de mí! ¡Nada de lo que dices es verdad!" Gritó Crowley dando pasos hacia atrás asustado.

"¡Lo sé todo de ti!" Gritó su contrario abalanzándose sobre él, logrando que cayera al suelo "¡Yo soy tú! ¡¿Lo olvidas?! Soy esa parte que odias y te esfuerzas por esconder ¿crees que puedes contra mí? ¿Eso crees?"

El falso Crowley colocó sus manos sobre el cuello del Alpha, apretando con un poco más de fuerza a cada momento.

"Líbrate de mí, anda, te reto a lograrlo" Empujo sus pulgares con impetú, justo por encima de la manzana de Adán del pelirrojo "No... Puedo respirar..." Trato de pelear, pero su cuerpo no respondía.

"No puedes deshacerte de mí, por más que trates siempre estaré contigo, soy tu rencor, tu decepción, tus miedos, tu egoísmo... Soy todo lo que tratas de destruir en ti, te odio y tú me odias a mí... Pero sabes que... Jamás podrás librarte de mí... Ni tú, ni tus hermanos, ni tu amado ángel, hasta el día de tu muerte estaré a tu lado"

Tras unos segundos que a Crowley le parecieron eternos, la figura le soltó, el chico rodo sobre sí mismo tosiendo copiosamente en busca de aire.

"Así que recuerda eso siempre..."

Todo se volvió blanco, y lo siguiente de lo que Crowley fue consiente era de alguien pronunciando su nombre, abrió los ojos desorientado, intentó moverse, pero se sentía tan agotado que su cuerpo no respondía, luego reconoció la voz de Beelzebub llamándolo.

"¡Crowley!" Gritó el Beta "¡¿Cómo estás?! ¡¿Puedes escucharme?!"

"Probablemente el agotamiento no le permita ni siquiera hablar" Intervino otra voz que tardó un rato en identificar, pero reconoció como Remiel, el médico de Azirafel "Si puedes escucharnos parpadea dos veces..."

Al pelirrojo le tomo unos segundos en comprender la indicación, pero al final obedeció y con voz rasposa se dirigió hacia su hermano.

"Dile a Azirafel" Le dolía la garganta con cada palabra "Que me perdone..." Se recostó nuevamente, mientras el médico se acercaba hasta él.

"Sal a avisarle a Gabriel y tu hermano, yo le revisaré..." Declaró Remiel dirigiéndose a Beelzebub, este asintió sin protestar y salió de la habitación "En cuanto a ti jovencito... Estuviste muy cerca de dejarnos para siempre..."

Crowley miró hacia el techo como ausente, recordando el extraño sueño que acababa de tener, y la expresión de su propio rostro al momento de apretar su garganta, aquella mueca no era odio, sino una profunda tristeza.

Si yo tú, si tú yo contigo 200 - Finalizado [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora