Si yo tú, si tú yo contigo 200 - Finalizado [Good Omens]

CCCXXV

El funeral fue diferente a lo que Crowley esperaba, no había muchos asistentes, unos cuantos vecinos con los que no hablaba, pero había visto por los alrededores, Freddie y su esposo, abrazados sollozando levemente, y Beatriz, en su vestido negro con el cabello suelto, era la primera vez que el Alpha observaba con detenimiento su cabellera roja con mechas plateadas.

El sacerdote dijo un largo discurso sobre la vida eterna, que el chico se perdió por completo, a pesar de todo, no había llorado, sentía que no lo necesitaba, a su modo, ambos se habían despedido, y eso era suficiente para él.

Cuando la ceremonia concluyó, las personas comenzaron a acercarse hacia Beatriz, dando su pésame y tratando de mostrar apoyo, la Beta solo agradecía con una forzada sonrisa, parecía querer salir lo más rápido posible de allí.

"Muchacho" Le llamo Freddie "¿Cómo estás? ¿Hay algo en lo que te podamos ayudar?" Preguntó con preocupación el hombre mayor, cosa que enterneció al Alpha.

"Estoy bien, dentro de lo que cabe, voy a extrañar a Bertha como no tienen idea, pero era su tiempo y me alegra que haya sido de modo pacífico y al lado de alguien que la quería..."

"Crowley..." Murmuró el Beta "¿Qué tienes planeado de ahora en adelante? ¿A dónde irás?"

"¿A dónde iré? Yo... Pienso quedarme aquí, con Beatriz... Ella está sola y quiero ayudarla, quiero que podamos ser una familia..."

"¿Acaso Beatriz no te lo ha dicho?" Interrumpió el esposo de Freddie "Sus planes son vender la casa y mudarse..." El pelirrojo miro entre ambos hombres sin entender de que hablaban.

"¿Mudarse? ¿A dónde? N-no me ha comentado nada como eso, debe ser un error... Tal vez fue su plan en el pasado, pero ahora es diferente, ahora estoy yo..."

"Crowley" Le interrumpió por segunda vez el Beta "No es ningún error, Beatriz lo comento esta mañana, incluso lo hablo con su abogado..."

"¡Entonces me lo dirá más tarde! ¡Seguramente toda la conmoción no le ha dado tiempo de que toquemos ese tema!" Exclamó a la defensiva el pelirrojo.

"O tal vez, no quiere que vayas con ella..."

Freddie miró a su esposo de mala manera por decir aquello, y luego se volvió hacia el Alpha, colocando una mano sobre su hombro de manera protectora.

"Creo que lo mejor es que se lo preguntes de frente, Crowley, debes saber que no siempre el lugar donde quieres estar es al que perteneces" El más joven no contesto "Si necesitas algo, cualquier cosa, nosotros estamos aquí para ayudarte ¿de acuerdo?"

Beatriz se acercó hasta ellos, agradeciendo por su asistencia y el tiempo que estuvieron al lado de su madre para ayudarla, ignorando la expresión preocupada de los Beta y la renuente actitud del más joven.

"Estoy completamente agotada" Dijo la mujer al entrar a la casa, se quitó los incomodos zapatos dirigiéndose a la cocina, el sol hacia horas que se había ocultado y todo estaba desordenado, habías sido días atareados para ellos.

"B-beatriz..." Le llamo Crowley con timidez.

"¿Qué?" La Beta abrió el refrigerador tomando una lata de cerveza, ofreciendo otra al pelirrojo, pero este la rechazó.

"¿E-es cierto que venderá la casa? ¿Y qué piensa mudarse?" Rodando los ojos y con un quejido de molestia la mayor se desplomo sobre una silla mirando al chico.

"¿Quién te lo dijo? ¿Los entrometidos de los vecinos?" Dio un sorbo a su bebida "Esos hombres no saben cuándo mantener la boca cerrada..."

"¡¿Entonces es verdad?!" Exclamó el pelirrojo dando un paso al frente.

"Si, es cierto, hoy comencé con los trámites..."

"¡¿Y cuándo pensaba decírmelo?! ¡¿Iba siquiera a avisarme?!"

"Lo haría cuando algún comprador se acercará, para que tuvieras tiempo de tomar tus cosas y mudarte" Contestó restándole importancia al asunto "Además niño, eso es algo que a ti no te importa, lo que haga o deje de hacer con la casa de mis padres no es asunto tuyo..."

"Después de todo este tiempo... ¿Usted realmente no tiene ningún cariño por mí? ¡¿Ni un poco?!" El Alpha se mantuvo firme en su lugar, sin apartar la vista de la Beta.

"¿Cariño? ¿Por qué debería tenerte cariño? ¿Por cuidar de mi madre? ¡Te di un techo, comida y un sueldo! ¡No te debo nada más!" Beatriz terminó su bebida, aplastó la lata, arrojándola con enfado lejos de ella.

"¡Porque soy su hijo!" Gritó el pelirrojo sin poder contenerse más "¡Porque toda mi vida la he buscado! ¡Y vine hasta aquí para acercarme a usted! ¡Para saber qué fue lo que paso! ¡¿Y ahora que no me necesita me deshecha de su vida?! ¡¿Sin más?!"

"¡¿Y vamos de nuevo con eso?!" Bufó la Beta tallando su rostro con una de sus manos "¡No soy nada tuyo! ¡Que te hayas creado esas fantasías en tu cabeza no es problema mío!"

"¡Deje de mentir!" Crowely salió corriendo escaleras arriba, y no tardo en volver cargando entre manos una caja, cuyo contenido vacío encima de la mesa "¡¿Si usted no es mi madre como explica esto?!" Señalo el acta de alumbramiento "¡Aquí claramente indica que dio a luz a un niño varón, hace ya más de veinte años! ¡¿PUEDE ESTO SER UNA MENTIRA?! ¡¿ACASO YO LO INVENTE?!"

"¿Cómo te atreves a...?" Beatriz se levantó de su lugar de un salto, caminó hasta el Alpha y le dio una fuerte bofetada en la cara "¡¿CON QUÉ DERECHO VIENES A RECLAMARME CUALQUIER COSA?! ¡¿QUIÉN DEMONIOS TE CREES QUE ERES?! ¡YO NO TE DEBO NADA! ¡NADA!"

"¡Me debe la verdad!" El pelirrojo, se limpió la sangre que corría por su labio abierto "¡¿Por qué me abandono en el orfanato?! ¡¿Fue por mi padre?! ¡¿Rafael te obligo a dejarme...?!"

"¡Oh! ¡¿También lo investigaste a él?! ¡¿Cómo esta su hermosa esposa Omega?! ¡¿Tiene preciosos hijos de alta categoría?!" Grito exaltado la Beta.

"Por favor..." Dijo en tono suplicante el Alpha "Dígame que fue lo que paso... Necesito saber... ¿Por qué me odia tanto?"

La mujer respiraba con fuerza, su cabello se había alborotado por los movimientos bruscos, de pronto sus ojos se enfocaron en la fotografía de su juventud, donde el rostro pintarrajeado de aquel hombre aún parecía sonreírle.

"¿Quieres la verdad?" Pregunto dirigiéndose a Crowley con una carcajada cruel "¡Voy a darte la verdad entonces!"

El Alpha trago saliva, su garganta estaba tan seca que sintió dolor al hacerlo, después de tanto tiempo, por fin escucharía el pasado que ansiaba conocer, pero el escenario para ello no era en absoluto como lo había imaginado.