CCLXXXIV

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"¡Bienvenido a casa amo Gabriel!" Saludó con efusividad una de las chicas que trabajaban en la mansión "La comida ya se sirvió ¿gusta que haga la mesa para usted? ¿O qué lo lleve a su habitación?"

"Muchas gracias, Verónica, pero estoy bien... ¿Están mis hermanos en casa?" Preguntó el Alpha un poco desanimado "La señorita Michel llegó hace un par de horas, el amo Metatron no ha salido de su despacho, al igual que el amo Azirafel que sigue encerrado en su habitación..."

"Ya veo" Murmuró el castaño distraído "¿Hay algo que pueda hacer para ayudarle amo Gabriel?"

"No... Todo está bien, iré a ver a mis hermanos, gracias..." Antes de irse el chico se detuvo para dirigirse a la Beta "Si hay algo en realidad, no tienes que llamarme amo Gabriel, con Gabriel está bien ¿de acuerdo?"

"Si amo... Lo siento... Gabriel"

"Con el tiempo te acostumbrarás" El más alto sonrió dulcemente haciendo sonrojar a la chica, luego se dio vuelta dirigiéndose a las habitaciones, a Verónica por su parte, le tomaron varios minutos para superar la interacción.

"¡Azirafel!" Toco varias veces la puerta el Alpha "Oye ¿estás bien? ¿Quieres salir a algún lugar?" De dentro no salía ningún ruido "¿Azirafel?"

Después de permanecer largo rato tratando de que el Omega contestará, Gabriel se rindió, dirigiéndose ahora a la alcoba de su hermana.

"¿Michel?" Empujo la puerta, la cual se abrió con lentitud, el castaño se asomó encontrando el lugar vacío "¡¿En serio?!"

Resoplando enfadado, el Alpha se alejó, la idea de vagar por la casa o jardín, así como visitar a Metatron en su oficina no le emocionaban, tenía mucho en que pensar y le hubiera gustado poder hablar con alguno de sus hermanos.

Mientras se dirigía a su antiguo cuarto, a Gabriel se le ocurrió otro lugar al cual podía ir para despejar su mente.

Hacía mucho tiempo que no subía por las viejas y gastadas escaleras que conducían al ático, le sorprendió un poco lo limpio que parecía el lugar, pensando en que las chicas que ayudaban en el servicio debían de encargarse de ese sitio también.

Empujo la puerta de madera cuyas viejas bisagras, contra todo pronóstico no chirriaron al moverse, camino unos pasos haciendo crujir el piso y encontrándose con una figura peculiar.

"¿Qué estás haciendo aquí Michel?" Preguntó el Alpha asustando a la castaña, quien apago con rapidez el cigarro que estaba fumando.

"¡No es lo que parece! ¡Sólo tome uno y...! ¡Eres tú Gabriel!" Exclamó enfadada "¡Me asustaste!"

"¿Fumas a escondidas? ¿Qué edad tienes? ¿Dieciséis?" Se burló el más alto acercándose hasta la Alpha.

"Metatron detesta el olor a cigarrillos" Explicó la castaña sacando un paquete y ofreciéndoselo a su hermano "A veces cuando quiero estar sola vengo aquí..."

"¿Tuviste que elegir mentolados?" El más alto inhalo una bocanada de humo para luego soltarlo con lentitud "El sabor es horrible..."

"Si quieres quedarte cierra la boca" Michel se acomodó en el alfeizar de una venta mirando hacia el cielo y encendiendo un nuevo cigarro. Gabriel se sentó en el suelo, sin importarle si ensuciaba o no su traje.

"Pase a ver a Azirafel" Dijo el Alpha "Pero no me abrió, no habla con nadie, no nos dice que sucedió en el hospital... ¿Por qué no es capaz de confiar en nosotros?"

"Porque se parece más a Metatron, ambos son obstinados, guardan secretos, creen que deben cargar solos con todo... Son un par de mártires" La castaña sacudió la ceniza que había caído.

Si yo tú, si tú yo contigo 200 - Finalizado [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora