El Ascenso del Dragón: La infidelidad y la crisálida del amor

Prólogo

Desde tiempos remotos, siglos atrás, la humanidad siempre temió a los demonios. Leyendas, historias de eras antiguas ya mencionaban sus aterradoras presencias. Cuentos de fantasía y horror que quedaron en el olvido de la mente de las personas, cada día más avanzadas, modernizadas, hasta perder su creencia en una gran parte. Nadie sabía si su existencia era real o simples mitos, pero lo que sí podía probarse era que nacieron desde un punto concreto de la historia. Kibutsuji Muzan, el primer hombre denominado demonio, infectado del virus de la sed de sangre y carne humana, fuerza y poder sobrenatural sin igual, pero con una única y mortal debilidad: el sol. ¿Alguien pudo preguntarse... qué fue lo que contaminó todo su ser? Un humano desesperado, encerrado. Una persona que solo pudo ver la luz del sol a través de ventanas, con dolor desde el nacimiento. Débil, enfermo, triste, rozando con los dedos la muerte. Un hombre común, por ahora inocente, al que le habían otorgado un destino injusto y cruel.

Antes de su asesina adultez... Un niño pequeño enfermo. Un joven muy frágil y sin fuerzas alguna, aterrado. Ese era Kibutsuji Muzan. Vivir. Solo eso. Lo único que alguien que jamás disfrutó del total exterior deseó. La vida feliz de pisar los diferentes caminos, las cosquillas del agua en los pies, la suavidad de una brisa, la inmensidad de una ciudad que poder visitar... No hubo más opción, la desesperación lo consumió y tomó la decisión. Esa decisión hacia el infierno de sangre. Una vida exacta de principio a fin compartida con Rui, el demonio araña... y Daiki, el usuario del Aliento de dragón.

Un humano, un demonio derrotado que pasó a la historia, pero no olvidado.

Sin embargo... Detrás de la resurrección de los demonios restantes había un hombre. Un desconocido misterioso que lideraba la línea, la partición de dos mundos. Alguien que dominaba los monstruos de la noche, completamente diferente a lo que Kibutsuji fue. Llamado Comandante de la Hoja Escarlata o...

Nura.