El primer problema estaba resuelto, consiguieron salir del recinto antes de que los agentes pudieran llegar más allá, y debido a las altas horas de la mañana, la ciudad ya comenzaba a moverse tal y como el día anterior, o tal vez más. Ellos corrieron como locos hasta alejarse lo suficiente. Oh, pero la tranquilidad no regresó a pesar de haber salido vivos y sin antecedentes...
-¿Por qué no se calla?... -Ichiro estaba a punto ponerse a llorar, incapaz de soportar más tiempo los lloros agudos e infantiles que emitía aquel niño de no más de cuatro años que cargaba entre las ropas que ya no le valían. Daiki no estaba en mejor estado, su cabeza daba vueltas con cada llanto y su cerebro parecía ser pinchado por miles de agujas. Le había ocasionado un tic en el ojo derecho desde hacía cinco minutos y la total inexperiencia de su amigo no estaba arreglando la situación. Era normal, el joven del mechón blanco no había crecido con niños pequeños.
-¡Dámelo! -exclamó, irritado, tratando de evitar los insultos porque era consciente de que su amigo se sentiría fatal si le decía algún adjetivo así. Le arrebató al pequeño de cabello naranja envuelto en sus propios ropajes y lo cargó. -¡Ken, calla y escucha! -tenía que probar para asegurarse de si continuaba consciente de algo, aunque el hecho de que estuviera llorando ya era suficiente. El herrero jamás lloraría, mucho menos delante de nadie. -Esto no funciona, creo que ni nos reconoce. -torció la boca con el ceño fruncido, disgustado. -¿Y si tiene hambre?
-Bueno... No podemos perder más la cabeza por comprar algo... -el pobre chico de gafas ya estaba dispuesto a intentar cualquier cosa, incluso a quedarse sin una sola moneda.
Buscaron por pura desesperación y necesidad cualquier lugar donde pudieran vender algo dulce. Ichiro miraba por todas partes, ansioso, y Daiki comenzaba a tener los brazos agarrotados a causa de mecer de forma continua al pequeño Ken sobre su hombro, haciéndole botar muy suavemente. Ambos jóvenes tenían rostros cansados, y no era para menos. Había sido una noche agotadora y ahora debían cargar con el tipo de criatura que más robaba energías a las personas; un niño. Por suerte para ellos, tenían un pequeño puesto donde preparaban mochis cerca de ellos y el del mechón blanco no quiso perder el tiempo, había que hacer callar al enano. Ni siquiera le dio tiempo a su amigo a correr detrás, con unos dulces ya cocinados era suficiente. Regresó con una bolsa y uno de los alimentos en la mano.
-¡Ken, mira, tengo mochi! -exclamó, esperando que reaccionara.
El niño detuvo su llanto, y con sus enormes ojos llorosos y sorbiendo por la fina nariz, miró el dulce como si no supiera qué era. Tras tres segundos de tensión incómoda para los chicos, el pequeño tomó el pastel con ambas manitas y dio un bocado, satisfecho, transformando el color rojo irritado de sus cachetes por uno de gusto. Los adolescentes pudieron respirar tranquilos entonces al acertar en que Ken tuvo hambre.
-¿Y ahora qué?... -sin embargo, el de cabello largo aún estaba confuso sobre la situación, sobre qué debían hacer.
-No podemos dejar a Ken solo, y mucho menos tratar de vencer al demonio con él cerca, podría hacerle daño. Y no confío en dejarlo con un desconocido. -Ichiro torció su mueca y tensó las cejas, observando la manera descuidada de comer que tenía el niño. Sabía que en algún momento hablaría, ya que no parecía tener menos de 4 años. Temía mucho que llegara ese momento. -Creo que nuestra mejor opción es regresar y esperar a que, con suerte, Aoi-san tenga algún antídoto para hacerle crecer de nuevo.
-¿Cuánto tiempo crees que esté así?
-No lo sé, pero... -esbozó una sonrisa suave y ligeramente feliz. -Ahora no tendrá fuerza suficiente para golpearme. -era la parte positiva de la situación, ya no recibiría aquel trato grotesco y huraño.
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El Ascenso del Dragón: La infidelidad y la crisálida del amor
Fanfiction-Segundo libro de la historia "El Ascenso del Dragón". -InoTan (Tanjirou x Inosuke). -OC (fanchild). Tras una vida en jaula, solitaria y estricta, pero feliz, Daiki descubre por primera vez el mundo real fuera de las puertas de su hogar. Preparado...