21 febrero

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Habían pasado cuatro días desde el beso con Niall y el encontronazo con Cailan. Me daba vergüenza pensar en lo que había pasado con ambos y mis mejillas siempre se inundaban de color cuando lo hacía, así que intenté esquivarlos todo lo que pude hasta que estuviera preparada para afrontarlo. Tenía la extraña sensación de que se habían puesto de acuerdo para interceptarme porque cada vez me costaba más despistarlos, pero, ¿Cailan y Niall compinchados en algo? Imposible, si a duras penas podían estar en la misma habitación.

Cuando Andrea Hawke envió un mensaje al reloj para convocar una reunión en su casa, se me cayó el alma a los pies: iba a estar Niall, no lo ponía en el mensaje, pero lo deduje, por no hablar de que quedaban menos de veinticuatro horas para que el irlandés y yo cumpliéramos años. Yo no era así, podía tener muchos defectos, pero jamás había sido tan cobarde como lo fui aquellos días. Había hecho malabares con el espacio y el tiempo para no tener que cruzarme con ninguno de los dos guerreros y me tocaba enfrentar las consecuencias. Voy a estar súper nerviosa, la gente lo va a notar, se enterará todo el mundo. Pero de repente, con ese mismo pensamiento como base, me di cuenta de algo. Mi familia ya está acostumbrada a los dramas del triángulo, lo llevan estando desde que Cailan confesó, delante de todos, que estaba enamorado de mí desde el mismo verano en que llegó Niall.

La Campeona de Kirkwall había hecho llamar a su tocaya, a los Wolves y a Kate. ¿Y Niall? Pensé cuando llegué a su habitación y no lo vi entre la gente.

La guerra civil orlesiana también había sido un problema con el que Evelyn tuvo que lidiar durante la formación de la Inquisición, y era justamente aquella misión la protagonista del flashback. Cuando le pregunté a Andrea por Niall, me dijo que además de los que estábamos allí, él, Laura y Portu también iban a venir. El motivo de la reunión, sin embargo, había surgido por culpa de un imprevisto; Pau, a quién tampoco vi en el cuarto, se había lesionado.

—¿Estás bien? Te has puesto roja como un tomate —me advirtió la campeona.

Laura y Portu, genial. Tierra trágame y escúpeme en... mierda, ya estamos en Thedas. La mirada de la maga me heló la sangre. No. Mierda.

—No me puedo creer que Cailan te lo haya contado.

—¿Por qué crees que no he hecho llamar a aquellos tres?

Mi cara se convirtió en un poema.

—No me preguntes como me he enterado de todo —sonrió burlona.

—¿Tocaya? —la hermana pequeña de la Inquisidora le llamó la atención, a lo que ésta respondió asintiendo con la cabeza.

—Seguramente ya sabréis que el día 15 estuvimos en Diamantina —empezó la Campeona de Kirkwall—. Y que el siguiente paso es...

—El Palacio de Invierno —dijo Emma, a lo que Andrea Hawke asintió️.

La arquera había decidido tomarse en serio el cambiar su manera de ser y de momento no había vuelto a saltar la polémica, aunque las otras tantas veces también habían sido así...

—Pero Ribas está lesionado y no podemos ir sin él —continuó diciendo—. Esto no me lo esperaba. ¿Qué hacemos?

—No podemos esperar tanto —coincidió la otra Andrea.

—Podríamos esperar un poco más —sugirió Adri.

—Hoy es el día perfecto, tenemos que ir —contradijo Liam.

—Coincido con Liam, si tardamos mucho tiempo más pueden descubrir qué haremos, igual Alistair no es el único que no está de acuerdo con esto —se sumó la Princesa de Ferelden.

La Gran Familia. El otro ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora