3 agosto

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Era la segunda vez que tenían que ingresar a Karla en el Gran Hospital de Denerim en menos de medio año. Había salido aproximadamente un mes después que Liam, justo después de Trespasser, pero el tres de abril había tenido que volver, y aunque apenas estuvo dos semanas, ahora volvía a estar allí. La Gran Familia seguíamos sin saber qué le pasaba, pero como no era un tema agradable para hablar, preferíamos respetar la privacidad que la maga le daba. 

Niall y yo habíamos quedado para comer en casa, y luego nos iríamos a ver a nuestra amiga y a realizar el ritual.

—Hoy habrá que ir a ver a Karla.

—Sí. Yo iré, tú no.

—¿Perdona?

—Cuando yo vaya a ver a Karla, tú contactarás con Gascard para decirle que estamos listos para el ritual.

—Pero Niall...

—Cuanto antes lo hagamos, mejor. Ya sabes que necesita un tiempo antes de la próxima prueba, que es dentro de unos meses.

Aún no sabía ni cómo ni cuándo se había enterado. Necesitaba sangre de mis seres más queridos, por lo que cualquiera de La Gran Familia hubiera servido, pero Niall se prestó a utilizar solo la suya, lo que hacía que el ritual se volviera peligroso... y que cantante pudiera morir durante su realización. No era seguro, pero había una probabilidad.

 No era seguro, pero había una probabilidad

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—Hay que irse.

—Niall... yo...

—No te preocupes princesa, hace falta más que un simple ritual de sangre para acabar conmigo —sonrió.

—No sé ni cómo te atreves a sonreír, Horan.

—Una vez conocí a una chica que me enseñó a sonreír pasara lo que pasara.

Y sin quererlo, yo también sonreí. Niall se dirigió al hospital de Denerim, dónde estaba Karla, y yo esperé en un callejón cerca de la sede a que Gascard apareciera.

—Asha.

—Hola Gascard.

—¿Y Niall?

—Ahora vendrá. ¿Podemos ir a un sitio apartado y lejos de la sede?

El mago asintió y nos adentramos más en las calles de Denerim. Niall no tardó en aparecer.

—¿Estás preparada...?

—No...

El guerrero irlandés, el chico que me salvó, me abrazó muy fuerte y me dio un beso. Quizá el último. Cuando nos separamos, se alejó un poco y se sacó una daga del bolsillo trasero de pantalón, él no llevaba armadura, pero yo sí. Con la daga, Niall se hizo un corte en la palma de la mano, profundo pero no lo suficiente. Y luego me la lanzó a mí. Yo repetí el proceso y Gascard se quedó con la daga, un poco apartado de escena. Que empiece el ritual.

—¿Qué ha pasado? —me preguntó Theron en modo representante de la familia.

Al finalizar el ritual, Niall se había desmayado (ante la evidente pérdida de sangre) y blanco como la nieve, lo llevamos corriendo al hospital, que por suerte no quedaba muy lejos. Gascard se había ido tras comprobar que había funcionado y cuando toda la familia llegó.

—Llevo tiempo preparando un ritual de sangre para curarme de... eso que nadie sabe lo que es. Cuando vayamos a Tevinter no voy a poder volver para ir al médico, obvio, así que pensando en el tema me acordé de Gascard y contacté con él. Lo primero que le dije fue no quería tener nada que ver con demonios, y él me contestó que eso sería complicado, pero no imposible, así que investigando, encontró una forma, aunque esa forma tenía un precio, mi magia de sangre se volvería más fuerte, pero al no tener demonios de por medio me pareció bien —tras una breve pausa para coger aire, volví a la carga—. El ritual consistía en conseguir sangre sana, básicamente para que yo pudiera manipularla y expulsar la mía para obtener la otra, o algo así... —balbuceé—. Todos mis órganos internos se han reiniciado con este ritual, es decir, la parte que tenía dañada se ha arreglado, por lo que los próximos análisis y cualquier otra prueba que me haga, tiene que salir todo perfecto como si nunca hubiera tenido nada. Con esto también evitaré cualquier tipo de complicación en el futuro.

—Y Niall se prestó voluntario para que utilizaras la suya —adivinó, empleando ahora un tono de hermano mayor.

—¡Intenté evitarlo! Pero no quiso hacerme caso. Dijo que era muy tarde para dar marcha atrás. Seguro que debió planearlo.

Theron me abrazó y La Gran Familia se dividió por todo el hospital. Algunos fueron a ver a Karla, quién también estaba ingresada allí, otros se quedaron en mi planta delante de la habitación donde estaban los médicos con Niall. Hacía un rato ya que lo habían bajado de la planta de operaciones.

Toda La Gran Familia estaba allí, toda, o eso creíamos. Portu, Zayn, Niall y Laura se habían convertido en íntimos desde que el del pelo dorado empezó a entrenarlos. Su hermandad era tan fuerte que la familia los habíamos bautizado como los Cuatro Mosqueteros. Yo había tenido problemas con mi prima por culpa de los ataques de Recuerdos Presentes, que normalmente alteraban mi realidad hasta el punto de pensar que mis relaciones con personas como ella, Ribas o Iker, no eran reales y que estaba profundamente dolida con ellos por algo que me habían hecho. El dolor que sentía por la que era más como una hermana que una prima era tan fuerte que incluso podía sentirlo sin estar bajo los efectos de un ataque, lo que no tenía sentido ninguno. El caso es que, en aquel preciso momento, yo no era la única que sentía la falta de Laura. Está aquí Horancita, ¿por qué iba a faltar? Niall es como un hermano para ella y aún no se sabe si va a sobrevivir... No, no pienses eso, saldrá de esta y a ella la verás en cualquier momento... Seguro que Zayn y Portu ya la han encontrado, intenté convencerme a mí misma. Estuve a punto de entrar en una habitación porque no sabía si estaba teniendo un ataque. Aquí no. Mientras, Portu y Zayn no tenían tanta paciencia.

—¿Has visto a Laura?

—No. ¿Y tú?

—No.

—El hospital de Denerim es muy grande, podría estar en cualquier planta.

—¿En cualquier planta? Cristian, Niall está en la séptima y Karla en la cuarta. ¿Dónde más va a estar?

—¿Pero tú estás seguro de que está toda La Gran Familia aquí, Zayn?

—Toda.

—Yo no he visto a María.

Justo en ese momento, una niña de piel ligeramente morena y pelo castaño pasó por delante de los dos guerreros.

—Hola chicos.

Portu y Zayn se miraron entre ellos; el rubio con las cejas levantadas y los brazos cruzados.

—Quiero que sepas que La Gran Familia no está enfadada contigo.

—¿Ah no...?

Cualquier discurso que hubiera querido hacerme Theron, se vio interrumpido por la apertura de la puerta de delante. De ella salieron Anders, Morrigan, y tres enfermeras. Anders sonrió y asintió. Yo me levanté y entré en la habitación. Una cuarta enfermera estaba delante la cama de Niall, repasando que todo estuviera en orden.

—Ha sido muy fuerte —me sonrió—. Aún está muy débil pero estable, se pondrá bien. Y no te preocupes por la apariencia, irá recuperando el color con el paso de los días.

—Gracias —susurré visiblemente emocionada.

—Es nuestro trabajo.

Al final, las cosas habían salido como tenían que salir: bien. Niall iba a recuperarse y el ritual había sido todo un éxito. O al menos, ese era el plan.

La Gran Familia. El otro ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora