Como éramos mucha gente y no podíamos quedarnos todos en casa de Portu, tuvimos que llamar para reservar alguna que otra habitación de hotel. Cuando llegamos, partimos desde su casa, ya que habíamos buscado el hotel más cercano a la casa del jugador. Leliana era la que había hecho la llamada, y aunque nos había vendido la excusa de que hacía tiempo que tenía localizada la zona, todos, o la gran mayoría sabíamos que tenía a alguien allí.
Adri se había quedado muy tocado después de la disolución de la Inquisición, en menos de tres años, lo había perdido prácticamente todo. Había sido expulsado de La Gran Familia, lo que ocasionó un distanciamiento completo con Sebastian, quien había sido su mentor, y que posteriormente se convirtió en su amigo. Su relación con Elissa se había enfriado, tanto, que ni siquiera pudo asistir a su funeral porque no se enteró hasta varios días más tarde. Años después, había encontrado una vía de escape a su constante dolor, una manera de vencer a sus demonios internos, pero como un mago débil ante la presencia de espíritus malignos, ellos le ganaron la batalla. Pero Adri era incapaz de ver por si solo que lo que estaba haciendo ahora era aún más grande y profesional de lo que hubiera hecho como maestro espía de la Inquisición. Había formado parte de la reconstrucción de Ostagar. Había montado una residencia a espaldas de medio Thedas y estaba creando desde cero su propia red de espías. Además, tenía gente como Loghain trabajando para él, con la creación de los Elfos Nocturnos, y a Varric y Mahanon con la de los Pequeños Invisibles. Y durante Dragon Age 4, el pícaro tendría a ambas élites de espías a su completa disposición.
Al principio, Leliana envió a unas pocas personas al mundo normal para reclutar a posibles guardas grises, pero como Adri no entendió en qué podía ayudarlo a él con la creación de su propia red, decidió darles a sus espías diferentes rumbos. Y uno de ellos fue el que hizo que consiguiéramos un lugar donde alojarnos a pesar del poco tiempo que íbamos a estar.
Durante aquel día siete, todos pasamos por casa de Cristian en algún momento. Cuando no estábamos allí, estábamos paseando por la cuidad. Nuestro plan era cenar en casa del futbolista y luego irnos todos de vuelta a Girona para, por la tarde, ir a celebrar la boda de Maxwell y Anora. Pero los nubarrones de tormenta empezaban a llegar a La Gran Familia.
—Cailan.
—Hola Kate.
—¿Podemos hablar?
—Claro. ¿Qué pasa?
Kate se acercó más a Cailan y lo tocó delicadamente en el brazo, erizándole los pelos de la nuca.
—Tenemos que hablar seriamente de lo que pasa entre nosotros —susurró.
—No pasa nada entre nosotros —respondió de inmediato y sin molestarse en bajar el tono de voz como había hecho la elfa, pero sin mostrar ni un ápice de alterarse.
—¿Ah no? Y lo que pasó el otro día... entre otros.
—No significó nada, yo quiero a Asha.
—Pues antes nunca querías, amabas.
—Qué más da —contestó Cailan chasqueando la lengua con desdén—. Es lo mismo.
—¿Nunca te has planteado la idea de que la historia de nuestros familiares sea verdad? ¿De que solo una relación para siempre entre tú y yo...?
—No. Nunca pasará —mintió Cailan.
Claro que se lo había planteado, y se odiaba tanto por ello...
—Cailan, estoy mal con Niall...
—Ah no, yo no quiero saber absolutamente nada. Eso lo hablas con él.
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La Gran Familia. El otro lado
Fanfiction¿Qué pasaría si de repente, todo aquello que has imaginado empieza a hacerse realidad? ¿Si fantasear con la llegada de un ídolo cómo profesor deja de ser una fantasía? Asha es una joven adolescente que siempre ha tendido más a vivir en mundos fantás...