- Hemos oído una explosión. Miller, informa. - Dice Indra cuando llegamos al palacio.
- Han volado un contenedor en el nivel inferior para alejar nuestra atención del palacio. Hay una docena de creyentes acérrimos fuera del cuarto de Russell ahora mismo. Los modificadores se vuelven a meter donde no les llaman. Nuestros guardias en la puerta se retiraron sin enfrentamientos. - Informa Miller.
- Ha sido la decisión correcta, Miller. - Le dice Clarke. - Nadie más debería morir por sus creencias.
- ¿Qué otra razón hay para morir? - Pregunta Indra.
- No podría estar más de acuerdo. - Se escucha en la sala, todos miramos de donde proviene la voz y vemos a Nelson apareciendo.
- ¿Qué coño está haciendo él aquí? - Pregunta Indra enfadada.
- No está armado. - Dice Miller. Todos los acercamos a este.
- Los HIjos de Gabriel tenemos exigencias. - Dice con las manos bajo su barriga.
- Ponte a la cola. - Dice Clarke.
- Vosotros queréis paz, nosotros queremos a Russell el Original. - Le dice Nelson.
- La gente que vive aquí debería decidir el destino de Russell, no nosotros. - Le dice Clarke.
- Este también es nuestro hogar. Nos echaron como basura. Mis padres aún están aquí y ya no sé ni quiénes son. Los Originales lo hicieron. - Le dice Nelson.
- Siento que te pasara eso. Pero no vamos a dejaros a Russell. - Le dice Clarke acercándose a él.
- Hay cosas que hacer. - Digo yo cansada de todo esto.
- O muere Russell el Original, o lo hacen Kaylee y Daniel.
- Vamos, Nelson. Sabemos que no son Daniel y Kaylee. - Dice Miller.
- Si lo haces, haz que Daniel sufra. - Digo intentando calmar la situación.
- Queréis que jueguen a los disfraces para que podáis controlar al rebaño, perfecto. - Dice Nelson.
- ¿Qué otro motivo habría? - Pregunto y me cruzo de brazos.
- Pero Russell el Original es nuestro. Tenéis hasta la segunda luna de mañana para decidirlo. - Y sin más sale de la sala.
- El hombre merece morir, Clarke. - Dice Indra.
- Nosotros no lo hacemos así, no somos ellos. - Digo mirándolas a las dos.
- Quizá merezca morir. Pero la sociedad en la que quiero que mi niña crezca no juega al ojo por ojo. - Dice Clarke.
- Clarke, mató a tu... - Intenta decir Miller. Pero Clarke lo mira con una expresión seria. - Vale. Dispersaremos a los fanáticos.
- No. No más violencia. - Dice Clarke.
- ¿Entonces cómo lo hacemos? - Le pregunta Miller.
- Nosotros no. Russell.
- ¿De qué hablas, Clarke? - Le pregunto.
- Iré a por Jordan. Está en la taberna. - Dice ignorando mi pregunta. Entonces se va con algunos guardias.
[...]
Me había quedado en la sala de antes, estaba sentada en el suelo agotada, pues llevaba todo el día reconstruyendo este sitio y para un momento de tranquilidad, ya había otro problema. Pero los pasos hacen que me percate de que Murphy había llegado. Los dos nos miramos nerviosos, pues desde aquel día, no habíamos vuelto a hablar.
- Hola. - Dice Murphy rompiendo el silencio.
- Hola. - Le digo y bajo la mirada a mis piernas. Este se sienta a mi lado.
- ¿Cómo estás? - Me pregunta mirándome, yo sigo mirando al suelo.
- Como la mierda. - Le respondo.
- Por...
- Por todo, Murphy. Tengo a mi hijo nervioso porque lleva más de un día sin ver a su padre y estoy cansada de este día de mierda y todo lo que me rodea. - Le respondo con una sonrisa irónica.
- Oye, siento el comentario que hice delante tuya. Se que tengo que controlar más esa parte de mi cuando estás delante. Aún es muy reciente y...
- No tienes que hacer nada, Murphy. Lo entiendo, al fin estás con la persona que quieres.
- Tu pasaste por McCreary. - Dice divertido para cambiar de tema. Después de dos segundos suelto una risa.
- Lo creas o no, era bueno. - Le digo riendo. Este al principio me mira con una mueca pero después se empieza a reír.
Un olor a quemado hace que me percate de que Clarke no estaba haciendo las cosas como tenía pensado. Corro por los pasillos del palacio. Hasta llegar a la sala en la que estaba Clarke. Varias personas entre ellas Indra, Miller y Jordan estaban en la puerta nerviosos al ver el color del fuego dentro de la habitación en la que estaban Russell y Clarke.
Me paro frente a la puerta y empiezo a golpear en ella.
- ¡Clarke! ¡Sal de ahí! - Grito nerviosa.
- Lo siento mucho. - Logro escuchar al otro lado de la puerta entre sollozos.
- ¡Clarke, abre la puerta! ¡Por dios! - Grito aporreando cada vez más fuerte la puerta. - ¡Clarke!
Los sollozos paran y ahora solo se escucha el fuego. Pero unos segundos después se vuelve a escuchar una voz.
- Parece que arderás después de todo. - Oigo dentro.
- ¡Abrid la puerta! Ya está ardiendo. - Digo nerviosa.
- Por favor. No me dejes aquí. - Sigo escuchando dentro. - ¿Qué querrías que hiciera Madi?
- ¡Sacadla de ahí! - Sigo gritando. - ¡Clarke!
La puerta se abre dejando ver a una Clarke llena de lágrimas, la que se tira a mis brazos entre sollozos y unas prendas en sus manos.
- ¡Sacad a Russell de ahí dentro! - Ordeno rápidamente. Clarke no estaba bien como para estar al mando. - ¿Cómo se te ocurre hacer eso? - Le pregunto enfadada a Clarke.
Esta no me responde, solo sigue sollozando entre mis brazos. Le hago una seña a Indra para que se acerque a mi.
- Cuidad de ella. Tengo algo que hacer. - Le digo. Indra asiente y me quito del lado de Clarke para que Indra la agarre.
Me muevo por los pasillos del palacio enfadada. Toda esta situación había hecho que Clarke casi se matara. Y yo no quería verla en esa posición. Así que como una hermana que es para mi, yo tomaría su lugar.
Llego a la parte de afuera del palacio y me posiciono en el balcón frente al gran edificio.
- ¡Todos somos libres! - Grito para que todos se enteren. - ¡Aquí no hay reyes, ni reinas, ni Originales! El palacio no vale nada. Somos lo que queda de la raza humana y todos nosotros hemos cometido errores, por eso...
- ¡Mañana, Russell el Original morirá por los suyos! - Grita Clarke tras de mi. Me doy media vuelta y la veo con cara de furia.
Entonces esta abandona el palacio entre el fondo de llamas. Madi tenía razón, Clarke estaba muy afectada por la muerte de su madre. Y yo ya no podía hacer más por Russell.
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LA TERRESTRE - [ the 100 ] EDITANDO
FanfictionKayla es una chica solitaria que fue abandonada al nacer por sus padres. Lincoln la encontró con tan solo unos días de vida y le dio cobijo junto a su tía Sofía. Pero un día, una nave que cae en la tierra cambia toda la vida de esta chica. De pasar...