LA TERRESTRE - [ the 100 ] EDITANDO

El Pastor

- ¡No os mováis! - Grito nada más llegamos al lugar. Una sala completamente blanca y con gente vestida de blanco.

- Kayla. - Dice Gabriel al verme, se acerca a mi pero Clarke lo apunta con la pistola. - Te han estado esperando.

- La llave.

- Es ella.

- ¿Gabriel? - Pregunta Clarke, pues ella no lo conocía.

- Es el anciano del que tanto hablaban en Sanctum. - Le explico.

- Me alegro de veros. - Dice Gabriel mirándome.

- ¿Dónde están los demás? ¿Bellamy, Octavia, Echo? - Pregunta Raven.

- Octavia y Echo están aquí. - Responde. Lo miro deseando que dijera donde estaba Bellamy. - Pero lo siento. Bellamy bestá muerto.

Lo miro con los ojos como platos, y una pequeña lágrima cae por mi mejilla. Me quedo como una piedra. ¿Bellamy está muerto?

- ¿Kayla? - Pregunta Clarke a mi lado. Pero esas palabras las escucho como si estuvieran a muchos metros.

- ¿Estás bien? - Me seguían preguntando. Pero yo no respondía, tan solo miraba a Gabriel mientras algunas lágrimas iban cayendo.

No había un llanto ruidoso. Sólo había silencio, lágrimas y dolor.

[...]

- Jordan, Niylah, asegurad la sala. - Dice con dificultad Miller.

- Vigilad la puerta. - Les dice Clarke. Y entonces se dirige a mi, se coloca delante de mis ojos. Escucho los pasos de Raven pararse a mi lado.

Mi vista está perdida, y mis ojos están húmedos.

- Hacemos esto por él. - Me susurra Clarke. - Echo y Octavia están en peligro. - Esa frase la dice mirando a Raven y esta asiente. - Hacemos esto por nuestra familia, Kayla.

Clarke al ver que sigo sin mover ninguna expresión. Me abraza fuertemente, y una vez en sus brazos rompo en llanto mientras me escondo en su hombro.

- Él era mi familia, Clarke. Era el padre de mi hijo, sabes que yo no quería esto para el. No quería que fuera como nosotras, sin padres. Clarke... yo... - Intento hablar, pero mi garganta se rompe y no puedo continuar.

Clarke agarra mi rostro entre sus manos, quitándolo de su hombro, y me mira a los ojos.

- A Tyre no le faltará nada. Le dolerá, como nos pasó a nosotras. Pero las dos sabemos que Tyre es fuerte. - Me dice mirándome a los ojos. Yo asiento, sin poder hablar más y vuelvo a aferrarme en un abrazo. Raven se une a nosotras mientras a ella también se le escapan algunas lágrimas.

Pero el abrazo es interrumpido por el sonido de la puerta abrirse. Rápidamente me limpio las lágrimas y me separo de ellas.

- Se una líder. - Me susurra Clarke. Asiento y miro hacia la puerta mientras apunto de nuevo con mi arma. Nos acercamos a la puerta apuntando. Habían dos hombres vestidos de blanco con varias personas detrás con esos trajes.

- Voy a entrar solo... - Dice un hombre con barba. - Desarmado.

- ¿Quién eres?  - Le grito.

- Me llaman el Pastor, pero me podéis llamar Bill. - Dice entrando.

- Ah, el que pasea a las ovejas. - Susurro.

- Me tenéis a mí. Ahora dejad salir a mi gente. - Me dice.

- Está bien. Salid. - Digo con una expresión de odio en mi rostro. Pero ninguno de los suyos se mueve. - ¡Ahora! - Al escuchar mi grito, todos salen casi corriendo. Y cierran la puerta.

Como ya estamos solos, bajo mi arma y la pongo en mi cintura.

- Te he visto antes. - Le digo recordando su cara en unas de las tablets que había en Arcadia. Fue la noche después de que se quemara. La tablet estaba sobre las cosas de Bellamy y le eché un vistazo.

- Entonces debes ser Kayla. - Me dice.

- Ya sé por qué el logo del segundo amanecer estaba en la envoltura fúnebre. - Dice Clarke.

- Envoltura fúnebre. Entonces habéis estado en Nakara. - Dice Bill. - Eso explica el olor.

- ¿Cómo coño estás tú aquí? - Le pregunto aún enfadada.

- Es una larga historia. - Responde.

- Kayla, ¿quién es? - Me pregunta Niylah en terrestre.

- El bunker en el que vivisteis durante seis años este es el líder pirado de la secta que lo construyo. - Le contesto en el mismo idioma.

- No éramos una secta. - Me dice Bill, lo que hace que lo mire sorprendida. - Éramos un colectivo de grandes mentes dedicado a la continuación de nuestra especie.

- ¿Cómo lo has entendido? - Pregunta Niylah en terrestre de nuevo.

- Más despacio, por favor. - Le responde. - Ha pasado mucho tiempo. Suena diferente. Dios mío. Si su lenguaje a sobrevivido, entonces debe significar...

Este se acerca más a mi, entonces Raven y Clarke lo apuntan.

- ¿Mi hija está en la Llave? - Me pregunta.

- ¿Tu hija está dónde? - Pregunta Jordan apuntándolo también.

- La IA de la cabeza de Kayla. - Responde Gabriel. - Lo que vosotros llamáis la Llama, ellos lo llaman la Llave.

- Becca dijo que se fusionaría con una mente humana. - Dice Bill.

- ¿Becca? - Pregunta Raven.

- Sí. Él la quemó en la hoguera. - Le respondo.

- ¿Callie te ha contado eso? - Me pregunta Bill. Yo no le respondo. - Me has reconocido, sabes cosas que no debería saber.

Este se acerca más y todos colocan bien sus pistolas.

- Hablas un idioma que se inventó ella de niña. - Sigue diciendo. - ¿Calliope? - Pregunta mirándome a los ojos como si su hija estuviera dentro de mí.

[...]

- Por favor, respóndeme. ¿Ella está ahí? - Me vuelve a preguntar.

Clarke va a agarrarme el brazo para darme indicaciones pero hablo antes de que me toque.

- Sí. Calliope está aquí dentro. - Le respondo. Y entonces alzo mi mano para que lo apunten, y todos lo hacen. - Pero siento decir que esto no funciona así.

- ¿Cómo funciona? Cuéntame. - Me pide.

- Tú has matado al padre de mi hijo, así que creo que no tengo muchas ganas de ayudarte. - Le respondo.

- Por favor. Haré cualquier cosa. - Me suplica.

- Los nuestros, tráelos aquí, ¡ya! - Le grito.

- Quiero ayudarte, Kayla. Pero no puedo dar órdenes a personas que no están aquí.

- Gabriel, abre la puerta. - Le pido. Este va a ello.

Agarro el hombro del hombre de mala gana y le doy media vuelta. Agarro mi pistola de la cintura y se la pego en la cabeza. La puerta se abre, y todos los que estaban allí seguían ahí.

- Bajad las armas, todos. - Ordena Bill a los suyos. El otro de blanco da algunos pasos. - Que entren sus amigos.

El de blanco hace una seña y entonces tres personas vestidas con los trajes negros entran en la sala. Se paran frente a mi y se quitan los cascos. Dejando ver a Echo, Octavia y Diyoza.

Estas están completamente serias y sin expresión alguna.

- ¿Qué...? - Susurro confusa.