Ambas han caido

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Salgo de mi habitación cuando me encuentro con Bellamy.

—¿A dónde vas tan equipada?—Me dice al verme con mi mochila y preparada.

—Ahora que hay tan poco tiempo... Necesito hacer una última visita a la cabaña de Sofía.
Voy contigo.—Me dice.

—No... Esto tengo que hacerlo yo sola—Le digo sonriéndole. Dejo un beso en su mejilla y me voy por el pasillo.

[...]

—Miller.—Le digo al llegar a la puerta para salir.

—Kayla, ¿A donde vas?—Me pregunta.

—Necesito salir... A por algo antes de que el mundo acabe.

—¿No te acompaña Bellamy?

—Ha ido a buscar algo con Jaha y Clarke.
Bueno, ten cuidado. Es de noche.
Me moveré por los árboles, no te preocupes.—Le digo alejándome de Arcadia.

Y es justo cuando veo a Murphy aparecer por mi camino.

—Pero mira a quién tenemos aquí—Digo mirándolo.

—¿Qué te ha pasado en la pierna?—Me pregunta.

—Cuando huiste y me cogieron... Me torturaron, pero tranquilo este invento de Raven solo será temporal... O eso espero.

—Lo siento Kayla...

—Ahórrate las disculpas, no van conmigo.

Doy por finalizada la conversación y me voy por el bosque.

[...]

Llegué al día siguiente, por la mañana temprano, cerré la pequeña verja tras de mí y caminé por el pequeño camino que había hasta llegar a la puerta de la cabaña.

Miré en el bolsillo de mi pantalón y entre las cosas que tenía en él buscaba la llave del gran cerrojo. Ví el pequeño saquito que tenía de la última visita y más al fondo estaba la llave.

Abrí el pesado cierre y lo dejé a un lado. Con dificultad y la puerta atrancada logré abrirla. Y entonces los sentimientos llegaron a mi. Pero esta vez no venía a llorar.

Venía a pasar aquí un poco de descanso, allí con tantas cosas que hacer no iba a querer descansar, pero aquí, con un poco de descanso y de sentimientos presentes... Con suerte podré volver sin necesidad de llevar el invento de Raven.

[...]

Pasé estos días relajada en la cabaña. Por suerte había comida que dejé en algunas de mis últimas visitas. Así que pronto tendría que volver para comer algo. Había perdido la cuenta de los días que llevaba aquí.

Pero la pierna ya no me dolía, y andaba bien. Me cambié de ropa. Me desvestí y lavé un poco para asearme. Luego busqué entre los cajones de mi habitación para buscar ropa interior. Encontré uno de los dos conjuntos que mejor estaban. Un sujetador negro y unos panties negros también.

Luego agarré uno de mis vaqueros y me los puse. Saqué el pequeño saquito del otro vaquero y lo metí en el que llevaba puesto. Después agarré una camiseta de tirantas negra ajustada para sentirme más libre de moverme. Y buscando entre los cajones encontré una camiseta gris con unas mangas que llegan hasta los codos y por último una chaqueta de color rojo oscuro que me cubriría del frío.

Pusé las últimas raciones de comida en mi mochila y una pequeña cantimplora. Lo metí todo en ella y me la colgué a la espalda. Por último abrí el mueble en el que Lincoln guardaba algunas armas por si nos eran necesarias y agarré una de ellas. La favorita de Lincoln.

Andé por la casa hasta llegar a la puerta y después me di media vuelta, la miré por última vez, recordé los momentos vividos ahí, sonreí ampliamente.

—Que volvamos a vernos tía y hermano.

Di media vuelta de nuevo y cerré el gran cerrojo de la casa. No iba a servir de mucho si el Praimfaya destruirá todo por su paso. Pero solo lo hacía por esperanza.

Andé por el caminito y luego dejé abierta la puerta de la valla. Dí un último vistazo y me fuí hacía Polis. Tenía algo que recoger allí también.

[...]

Andando por el bosque escuché varios ruidos y sonidos de espada. No tenía ni idea de que podía ser, hasta que me acerqué lo suficiente y pude ver la escena. Echo empuñaba su espada y Octavia la miraba sorprendida. Bajé mi mirada hasta la espada y pude ver bien la situación, su espada estaba en el abdomen de Octavia.

Me quedé en shock, no sabía como reaccionar, solo me quedé quieta en el sitio observando la escena.

Echo quitó su espada y Octavia se tapó la herida con la mano. Esta empezó a retroceder lentamente con una respiración débil y cada vez daba un paso más hacia atrás.

Hasta que llegó al borde y cayó hacia el gran barranco que había a sus pies. Rápidamente reaccioné y corrí hacia ella.

—¡Octavia no! - Grité.

Me coloqué delante de Echo e intenté agarrar su mano para que no cayera. Pero al final... Acabó arrastrándome a mi también. Un grito ahogado salió de mi garganta y luego no recuerdo más.

[...]

Narrador omnisciente:

El sonido sordo de las llaves abriendo la celda hizo que Bellamy saliera de sus pensamientos después de haber estado hablando con Kane. Vió como Echo entraba junto a dos hombres y se acercaba a él.

—Levantaos—Les ordenó Echo.

—¿Qué hacéis?—Preguntó Kane.

El rey Roan entró también en la celda.

—Os llevamos a casa—Les dijo este a ambos.—Vuestra nave es un refugio contra Praimfaya, así que pienso quedármela.

—No tienes por qué hacer esto—Le dijo Kane.—Podemos buscar una solución juntos.

—Ese momento ya pasó—Le dijo Roan.—Preparadlos para salir.

—Octavia llegará primero—Dijo Bellamy.

A Echo se le cambió la cara, se mantuvo quieta.

—Los avisará de vuestra llegada. Y perderéis.—Dijo Bellamy.

Roan miró a Echo y esta tragó saliva nerviosa. Entonces esta dio media vuelta y se dirigió hacia Bellamy. Sacó los trozos de espada de Octavia de su abrigo y se los tiró al suelo.

Bellamy se quedó petrificado y no apartaba la vista de esos trozos de metal.

—No dejó que la cogiéramos viva.—Le dijo Roan.—Y Kayla apareció intentando salvarla... Ambas han caído.

—No...—Sollozaba Bellamy.

—Lo siento—Le dijo Roan.

—Fue una buena muerte—Dijo Echo.

—Traed a los prisioneros—Dijo Roan en terrestre.

Bellamy se dio media vuelta, agarró fuertemente los barrotes de la celda y rompió en llanto gritando mientras negaba en lágrimas.

LA TERRESTRE - [ the 100 ] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora