[Palacio Kim] [Diez días después]
La sensación de paz que su nido le brindaba era maravillosa, nunca imaginó algo semejante, que se sentiría tan a gusto como para querer permanecer allí todo el tiempo junto a su Alfa y su cachorro. Aunque claro aquello solo era un deseo pues la realidad siempre era un poco más complicada.
Mientras que él debía atender los asuntos de la corona, su cachorrito desde luego tenía que cuidar de su propia familia ya que en unos meses también sería padre. Eso era lo correcto, entendía que así debían ser las cosas y por tanto... intentaba ser paciente hasta la noche para poder estar juntos. En verdad estaba muy agradecido de que Jungkook lo acompañara y lo mimara o de lo contrario se habría deprimido en poco tiempo pero... puede que su esposo fuera el más susceptible de ambos.
Ya no había peligro alguno, ahora podían disfrutar plenamente de sus vidas y aun así Jungkook parecía estar incluso más alerta de lo que estuvo el poco tiempo que compartieron en el embarazo de Vante. El único momento en que su amado lograba relajarse era cuando finalmente llegaban al nido para descansar, porque el resto del día se la pasaba muy inquieto y básicamente desconfiando de todo el mundo. Si sus oficiales o el personal se acercaban a menos de dos metros, los ojos de Jungkook se tornaban amarillos denotando un aura amenazante con los que infundía miedo.
Seguramente una vez que su segundo cachorro naciera todo eso se volvería aun peor, principalmente en los primeros días. Sabía que su Alfa lo amaba incondicionalmente y que jamás le haría daño pero no podía decir lo mismo del resto. Si llegara a perder el control de sus instintos... siquiera quería imaginar lo que sucedería.
Dado que era difícil encontrar un espacio en el cual hablar a solas con Vante, aprovechó el momento en que su esposo fue a prepararle la cena, porque claro... Jungkook siquiera dejaba que alguien más preparara su comida o le acercara una jarra de agua, mucho menos que lavaran su ropa pues decía que su perfume estaba impregnado allí. Hace muchos años sucedió algo similar pero en ese entonces creía que eran pequeños actos de amabilidad que tenía su Alfa, solo ahora podía notar lo equivocado que estaba al respecto.
-Escucha cachorrito, necesito que distraigas a tu padre al menos por una hora. Necesito hablar con Yoongi y obviamente tiene que ser en privado.
-Una hora es demasiado, él no puede dispersar su atención tanto tiempo.
-Precisamente, pero tú eres especial. Solo ve y dile que quieres que te enseñe a cocinar para sorprender a tu Omega, te dará toda su atención.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Porque por cada pequeña cosa que tú haces se queda observándote fijamente, le brillan los ojos como si fuera un ciervo bebé.
-Entiendo- Y si no dijo nada más fue porque la vergüenza le impedía hablar. Tan solo se puso y fue en busca de su padre lo antes posible.
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•[Residencia Min]
-¿Solo y sin tu Alfa de noche Kim? El que no haya confianza es malo para un matrimonio- Para cuando el soberano de la dinastía Kim llegó, Yoongi se encontraba revisando unos documentos en la biblioteca. Era curiosa la forma en que apareció de la nada, de un momento a otro como por arte de magia así que fuera lo que fuera que buscara allí, le pediría que le enseñara ese truco a cambio.
-Si quieres bromear con gusto podemos reunirnos otro día pero no tengo tanto tiempo.
-Y me sorprende que siquiera preguntaras por tu alma gemela así que imagino que solo quieres hablar conmigo.
-Por favor...- Tomó asiento en la silla más próxima a Yoongi y luego le sujetó ambas manos como una forma de súplica, no una desesperada pero sí para hacerle saber que era algo que le preocupaba.
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Moonchild
FanfictionTaehyung es un Omega sagrado y príncipe de la dinastía Kim. Posee una belleza fuera de este mundo que no solo trata de su aspecto físico sino en la nobleza de su alma, una amabilidad incomparable que lo hace ser amado por todo el pueblo. Sin embargo...