Capítulo 42

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Ya habían transcurrido dos días completos desde que comenzaron su viaje y para ese entonces estaban muy lejos de los dominios de las tierras de los Kim. Si bien la primera noche se detuvieron para acampar eso no sucedió en siguiente cuando Jungkook insistió en que quería continuar en la noche y de nada sirvió que Taehyung intentara convencerlo de lo contrario, el azabache se mostraba demasiado insistente sobre ello por lo que no tuvo más remedio que resignarse.

Su Alfa le dijo que no debía preocuparse por nada, que tan solo se cubriera con una manta y se tendiera a lo largo de su lomo en el cual podía dormir, él por su parte caminaría de forma lenta para dejarlo descansar bien. Aun así intentó mantenerse despierto para hacerle compañía a su pareja, para hablarle de cualquier cosa aunque este no pudiera responderle en la forma de lobo pero simplemente el sueño fue más fuerte, tener un cachorro en el vientre de algún modo lo hacía sentirse más cansado de lo habitual.



Entre sueños percibió como la claridad del día reflejaba en su vista, volviéndose casi molesto y sin embargo no sentía haber descansado lo suficiente. Aun se negaba a abrir los ojos cuando poco a poco lo que había comenzado como una suave brisa se volvió más intensa, así mismo un aroma particular desconocido para él, una combinación de... ¿Sal? ¿Humedad? ¿Sales minerales quizá? No, si bien se parecía esto era diferente.

Por demás curioso finalmente abrió los ojos y cuando lo hizo le tomó varios segundos asimilar lo que estaba viendo, comprender si se trataba de un sueño o no...

El mar, eso era lo que Jungkook había querido mostrarle, el motivo por el cual caminó durante toda la noche era para llevarlo allí, para enseñarle ese maravilloso paisaje que ahora ciertamente lo tenía hipnotizado

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El mar, eso era lo que Jungkook había querido mostrarle, el motivo por el cual caminó durante toda la noche era para llevarlo allí, para enseñarle ese maravilloso paisaje que ahora ciertamente lo tenía hipnotizado. Tan solo había visto aquello dibujado en los libros pero la realidad no tenía comparación, más aun cuando siquiera sabía de la existencia de la arena rosada que contrastaba perfectamente con el turquesa en el mar.

-Jungkook...- Tras pronunciar ese nombre rápidamente quitó todo el equipaje de la espalda de su Alfa para dejarlo sobre la arena y luego de eso se acomodó frente a él, posando su frente contra la del lobo para fijar la mirada en la suya en tanto le acariciaba el pelaje a los lados de la cabeza.
-Gracias, eres realmente adorable... mi Alfa...- Esperaba que el azabache retomara su forma humana pero en cambio, este ladeó la cabeza indicándole que volviera a montar en su lomo. Siguió la indicación del mayor quien luego comenzó a correr en dirección al agua a una velocidad tan grande que tuvo que sostenerse con fuerza para no caer.

Lo siguiente que sucedió fue que el príncipe Jeon tomó impulso con sus cuatro patas y dio un largo salto hundiéndose en las profundidades del mar, llevándolo consigo en ese mismo acto. Taehyung fue capaz de tomar una bocanada de aire antes de sumergirse y aunque al comienzo tuvo cierto temor, después de unos segundos abrió los ojos debajo del agua.

Por primera vez contempló el lecho marino, los peces de colores exóticos que se movían en grupos así como también los arrecifes y los corales que adornaban la arena. De tanto en tanto su Alfa se elevaba a la superficie para tomar algo de aire antes de hundirse otra vez, pasando de esa forma quien sabe cuanto tiempo hasta que unos peces un poco más grandes y de color rosado se acercaron. Haciendo memoria en sus textos aquellos eran llamados "delfines" pero tenía entendido que estos eran de un color grisáceo, tal parece había varios tipos.

MoonchildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora