Capítulo 15

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[Palacio Kim]

A pesar de tomarle gran parte del día, Jungkook logró establecer un acuerdo para comercializar en las subastas junto al primer ministro de la dinastía Kim. Dado que ese hombre llevaba más años en el mercado, fue difícil convencerlo de que podría enseñarle a mejorar la calidad de sus productos pero una vez le comentó tan solo un poco sobre la metodología del clan Jeon este quedó fascinado, principalmente con el hecho de que producían una línea especial de Omegas que habían nacido en cautiverio, que no conocían del mundo exterior y habían sido adoctrinados con el único propósito de servir a un amo. Así mismo habían descubierto la forma de volverlos estériles y que a pesar de eso pudieran conservar el celo, tan solo como simples juguetes sexuales de la más alta calidad. Era imposible que alguien en la industria no se mostrara interesado en una propuesta de tal magnitud.

Satisfecho con sus progresos, regresó al palacio de la familia Kim para cuando la noche llegó. Antes que nada tenía en mente notificarle Namjoon al respecto pero apenas ingresó por la puerta lateral, fue recibido por Seokjin.

-Pude lograr un acuerdo con...

-Hablaremos luego- Interrumpió al menor rápidamente pues había otro asunto mucho más importante que ese.
-Ahora debes ir con Taehyung.

-¿Qué le sucedió?

-Eso no importa, tan solo vé con él y por favor entra por la ventana- Aquello último era para evitar que el aroma del celo se propagara por el corredor de las habitaciones al abrir la puerta.

No hizo falta que el mayor continuara hablando, por el tono de voz que utilizaba temía que fuera algo grave y por tanto no esperó para dirigirse a la habitación de su Omega. Rápidamente fue al exterior del palacio y trepó hasta el balcón como acostumbraba hacer, sin embargo al llegar allí... sus sentidos fueron cautivados por una fragancia a fresas y cítricos que desde luego reconocía pero que ahora era mucho más intensa, una que provocó que incluso su Alfa reaccionara...

"Omega... mi omega me necesita... yo lo necesito"

Su cuerpo se paralizó por completo al atravesar las cortinas y divisar la figura de otro joven quien lo observaba fijamente desde la cama en la cual permanecía sentado...

-Jungkook...

Aun cuando el Omega mencionó su nombre no lograba reaccionar, su mente se encontraba perdida en la escena que se le presentaba. Taehyung vestía una única prenda de encaje mientras que el resto de su cuerpo era adornado con una fina tela blanca por la cual translucía esa piel color canela que tanto lo deslumbraba. Así mismo su silueta era enmarcada por pétalos de rosas rojas dispuestos sobre las sábanas, creando así un perfecto contraste incluso con la tenue iluminación de la habitación. Entonces pensó que si los ángeles realmente existieran Kim Taehyung lo sería sin lugar a duda, se veía tan hermoso y tan adorable que no había palabras en el mundo que fueran capaces de hacerle justicia a tanta belleza, tan solo una mirada suya era suficiente para enamorarlo una vez más...

Contempló al Omega como si fuera la primera vez que lo hacía, guardando en su memoria cada mínimo detalle hasta finalmente dejar que sus pasos lo guiaran hacia él, hasta finalmente ir a su encuentro tan solo para buscar establecer un contacto visual. Se tomó algunos segundos para apreciar el intenso turquesa en los ojos de Taehyung y luego de eso le acarició delicadamente la mejilla con el dorso de la mano. En respuesta a esa acción, su Omega le expresó una bonita sonrisa y le sujetó la mano derecha llevándola hasta su pecho, permitiendo que tocara su piel por debajo de la delgada tela que lo cubría.

-Jungkook... ¿Puedes... sentirlo? Mi corazón es tuyo ahora... - No tenía miedo, quería a su Alfa, quería unirse a él por el resto de su vida y aquel era un sentimiento que no solo era a causa de su celo sino que desde un primer momento reconoció al azabache como la misma persona de su sueño, el mismo sueño que ahora creía que su Diosa utilizó para responderle la pregunta que le había hecho aquella noche.

MoonchildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora