Yo sabía que mudarme a los Ángeles iba a suponer un gran cambio en mi vida y que, seguramente, acabaría por pasarme factura. Lo que no sabía era que se iba a cobrar tan cara. Cuando volví a casa tras enterarme del engaño, no podía hacer nada por dejar de llorar y estar hundida en el dolor más grande que he sentido nunca. Nunca pensé que sería él quien me hiciera sentir esto, pero así fue. Todo cambio cuando leí una carta que me hizo reflexionar y tomar la decisión de volver a California antes de lo previsto, allí me necesitaba la persona que más daño me había hecho, pero a la que de manera masoca, a la que yo más quería. También sabía que volver iba a ser un gran esfuerzo para mi, y que sufriría como nunca. Pero de nuevo, tal como pasó la primera vez que estuve en Los Ángeles, no me podía llegar a imaginar lo que me esperaba. Las decisiones tan drásticas que he tenido que tomar para ver a las personas que amo con vida, han supuesto que yo tenga que dejar de ser feliz, pero, si él lo hace por mi, yo lo hago por él . ¿Seremos, Dylan y yo, capaces de convivir juntos después de todo? ¿Podremos superar los grandes baches que nos vuelve a poner la vida? ¿Acabaremos por aceptar que somos primastros?¿O nuestro amor podrá con todo y nos salvará de esta? De momento no tengo respuesta para ninguna de estas preguntas. Solo nos queda ver lo que nos depara el Destino. Segunda parte de My Destiny.