Anne with an E | siglo XXI

LXI

Gilbert:

El día sábado se había pasado muchísimo más rápido de lo que pensaba, y había podido hacer la mitad de las cosas que deseaba.

Hice mis maletas, me faltó espacio para meter todo lo que me había traído de Avonlea hace un año, más todo lo que había adquirido en mi estancia en Alberta, por ende, tuve que ir al supermercado, comprarme una maleta de las más baratas y meter todo lo demás en ella. Para cuando terminé con ese lío, ya era hora de almorzar. Luego de comer, a eso de las 4 de la tarde, teníamos pensado ver por última vez a Winnie antes del viaje, y obviamente dejarla cordialmente invitada a que fuera para el verano a Avonlea; nos íbamos a juntar en un café al que siempre íbamos los tres luego del trabajo, y así fue. Todo fue muy acotado, pudimos simplemente disfrutar de un café, ya que Winnie tenía un receso de 1 hora de su turno.

Regresamos a casa a eso de las 5pm, y apenas regresamos, tío Walter nos sugirió ir al parque a pasear por última vez.

Si era sincero, quería ir corriendo a casa de Julie para ver cómo estaba, ya que no había contestado ni mis llamadas, ni mis mensajes en todo el santo día. Me tenía realmente preocupado, ¡casi comiéndome las uñas!

Necesitaba saber que estaba bien, que estaba tranquila, necesitaba decirle que se hiciera el test de embarazo, y que yo iba a estar apoyándola pasara lo que pasara... Pero tío Walter se veía tan entusiasmado con la idea de ir a pasear juntos por última vez, que no pude decirle que no, además, se lo debía. Ese hombre me había adoptado como a un hijo más durante un año entero, y lo mínimo que podía hacer por él era ir a pasear al parque.

Así que eso hicimos, nos fuimos al parque, estuvimos toda la tarde ahí. Bash jugó football con mis primos, mientras yo hacía un intento de arquero, que no funcionó mucho, para ser sincero. Luego, comimos helado, Bash se pidió un helado de piña, y eso me recordó muchisisísimo a Anne. No pude evitar sonreír ante el recuerdo de Anne disfrutando enormemente su helado de piña. Sin duda lucía hermosa cuando sonreía ampliamente, mostrando sus perfectos dientes...

Regresamos a casa, cenamos tranquilamente, y luego de charlar por un largo rato, tío Walter nos envió a dormir, ya que el vuelo salía a las 7am del otro día, y nosotros debíamos estar en el aeropuerto a las 5:00.

Pese a mis súplicas para que me dejaran ir a ver a Julie, mis primos y tío Walter no me dejaron. Me acosté en mi cama con el ceño fruncido y mis manos detrás de mi cabeza. Bash, que dormía a mi lado, me miró curioso.

- ¿Qué pasa Blythe? - lo miré y suspiré pesadamente.
- Oh Bash... Es Julie, me tiene preocupadísimo... No me ha contestado mis llamadas ni mis mensajes, está desaparecida totalmente...
- ¿Crees que le haya pasado algo malo? - me preguntó algo preocupado.
- No lo sé, por eso quería ir al departamento de su madre... Sino está ahí, no sé dónde más pueda estar... - me quejé.
- ¿Crees que podamos salir por tu ventana? - me preguntó con una ceja alzada.
- ¿Crees que nadie notaría nuestra ausencia? - le pregunté medio riendo.
- si nos vamos un par de horas, podemos regresar y hasta dormir el rato que nos queda... - tomó mi despertador y vio la hora. - mira, son las 11:35... Podríamos estar volviendo a las 1:00, dormimos hasta las 5 y te sacas la incertidumbre de encima... - me dijo con una amplia sonrisa en los labios.
- Pero, ¿Cómo nos iríamos? - le pregunté un poco confundido.
- Winnie - me sonrió.
- ¿Winnie? - le pregunté más confundido.
- sale del turno a las 00:00 - me guiñó el ojo y yo sonreí.
- podríamos decirle que venga por nosotros, que será rápido...
- exacto - se sentó en la cama - ¿La llamo? - me preguntó volteándose hacia mí.
- por favor - me senté en la cama y comencé a vestirme.

Bash la llamó, y después de varios minutos contándole la historia, Winnie accedió de buena forma a llevarnos a la casa de Julie. Eso sí, nos especificó que ella quería estar durmiendo, calentita en su casa a eso de las 1:30am, ni un minuto más, ni un minuto menos.