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Anne:

Esa misma tarde, Jerry partió de regreso a su hogar en un vuelo, acompañado por Matthew, quien, a último minuto, se decidió por ir, ya que le tenía mucho miedo a los aviones.

Verlo partir en esas condiciones, me partió el corazón, estaba tan triste, se veía tan jodidamente cansado, que me destrozó por dentro... Además, la maldita angustia de no saber si él regresaría o no a Green Gables, me tenía demasiado triste, no sabía cómo iban a ser los días, mi vida entera, si es que Jerry, mi casi hermano, no regresaba jamás a la isla del príncipe Eduardo.

Era una sensación bastante conocida, me recordaba demasiado a cómo me sentía cuando Gilbert se fue a Alberta, era el mismo terror, el mismo miedo a que no regresara, o mucho peor... A que regresara, pero que no fuera el mismo.

Aquellos días fueron tristes y algo aburridos. Estaba sola con Marilla en casa, y era muy común ver a la señora Rachel Lynde, todo el santo día en la cocina, acompañando a Marilla en su "terrible angustia". Pasaba mis tardes lo más lejos de casa que podía, aunque habían veces que las situaciones eran casi insostenibles con mis amigos.

Desde el altercado que había tenido con Dorothy a las afueras del Instituto, nuestro grupo nunca más había vuelto a ser el mismo. Si bien, habían veces que todo el grupo se reunía, eran muy pocas, y para mí desgracia, esas ocasiones se volvían tan incómodas, que eran totalmente insostenibles a mí parecer.

Dorothy me dirigía la palabra de vez en cuando, un comentario común, a veces preguntaba por mi familia, y cuando había sucedido todo lo de Jerry, me preguntó por él, pero más allá de eso, era muy poco el tema de conversación que podíamos mantener. Todas las conversaciones se volvían algo incómodas, y cuando estábamos normales, sin sentirnos mal o tensas, sucedía algo que nos distanciaba.

El problema que tenía con Dorothy, la mayoría de veces, era que no le hablaba a Gilbert Blythe, ni siquiera para decirle "hola". Hacía como que no existía, y pese a que Gilbert intentaba fingir que no le importaba su desdén, con esas acciones toda la relación del grupo se dañaba. Y eso sin mencionar que, la cara de Gilbert cada vez que eso sucedía, era una mezcla entre vergüenza e impotencia, intentaba que los demás no lo notaran, pero a mí no podía engañarme, sabía que le molestaba muchísimo.

En la última reunión que habíamos logrado juntar a todo el grupo, había sucedido un pequeño altercado entre Roy y Gilbert. Todo sucedió porque Roy llegó a la fogata, que teníamos armada en el patio de la casa de Ruby, un poco pasado de copas. Al principio nos hizo gracia verlo en ese estado, pero pronto me di cuenta de que quizás era mala idea juntar a un Roy ebrio y a un Gilbert cansado (Gil estaba reabriendo la granja de su padre para poder sobrevivir con Bash, y esa semana había estado plantando manzanos todas las tardes, es más, había tenido que convencerlo para que fuera a nuestra junta grupal de día sábado).

Roy pasó por todos los estados que un borracho puede tener, desde el que llora, hasta el que baila encima de una mesa. Pasó por la fase cariñosa, en la que andaba abrazando a medio mundo, luego se puso a llorar, por algo que nadie entendió, después se quedó dormido algunos minutos, cuando despertó estaba en la fase simpática, se puso a contar chistes, y después de eso pasó a la fase ridícula... Se subió a una mesa y empezó a bailar, se comenzó a quitar la ropa, y cuando se iba a quitar la camiseta, los chicos decidieron bajarlo de su "escenario". Eso lo enfadó muchísimo, y comenzó a discutir con todos, Billy le decía que se calmara un poco, Moody lo miraba asustado, y Gilbert... Oh, Gilbert lo miraba casi con desprecio, ambos, nuevamente, estaban echando fuego por los ojos.

Me interpuse entre los dos para calmar un poco los ánimos, pero fue para peor, Roy estaba enfurecido, comenzó a insultarme, cambió el foco de su enojo y ahora estaba completamente dirigido a mí.

Anne with an E | siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora