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Anne:

La primera semana del año transcurrió con tranquilidad. Las vacaciones de fin de año ya estaban por finalizar, pero eso no quitaba el buen ánimo de Jerry, quien era el que estaba más ansioso por asistir a la fiesta que Josie daría el día sábado.

Si preguntan cómo me encontraba yo, pues, la verdad no tenía muchas ganas de ir, pero eso no quitaba para nada mis nervios al pensar que asistiría, de una u otra forma, a mi primera fiesta. Si soy 100% sincera, me había emocionado mucho más la inauguración de la tienda de Jeannie en Carmody, que la fiesta de Josie.

Por cierto, la apertura de la tienda de Jeannie había sido un total y completo éxito, habían asistido los amigos más íntimos de Jeannie, y eso incluía extrañamente a la señorita Barry, quien para el evento estaba siendo acompañada, por nada más y nada menos que, Diana.
Ambas lucían bastante felices, y transmitían un aire de complicidad que se notaba a kilómetros. Al parecer, el haber pasado las fechas de fin de año juntas las había unido muchísimo.

Luego de ese evento, no había visto a ninguno de mis amigos, y nos habíamos dedicado a pasar tiempo en familia. Jugábamos a las cartas todos los días después de almuerzo, luego tomábamos el té juntos mientras veíamos las noticias, y luego cenábamos algo ligero a eso de las 9pm, y ya más entrada la noche, nos disponíamos a jugar un juego de mesa.
Eran momentos mágicos en familia, que siempre van a estar guardados en lo más profundo de mi corazón.

Gilbert había estado muy activo esos días, me contestaba rápido, me enviaba fotografías de lo que estaba haciendo, de como estaba el clima en Alberta, etc. Me despertaba todos los días con un "Buenos días dormilona" de su parte, y eso, era una de las cosas más dulces de toda la tierra. Hablábamos a menudo por videollamada, las cuales duraban por lo poco 4 horas, muchas veces estás finalizaban porque Matthew se levantaba a las 6am a trabajar en la granja, y yo debía hacerme la dormida antes de que él entrara a mi cuarto para ver cómo estaba.
Tener tanta cercanía con Blythe me hacía sentir bien, tranquila y muy llena de amor.

Hoy, era el "gran día", como lo había denominado Jerry, hoy era el día de la fiesta de Josie. El franchute corría de un lado para otro de la casa, buscando sus jeans favoritos, los cuales no estaban ni en la ropa sucia ni en la ropa de la secadora, ya que yo los había echado a lavar, con la secreta esperanza de no asistir a esa fiesta. Yo lo miraba divertida, mientras intentaba comprender como a ese pequeño cerebro, luego de haber estado buscando esos jeans por más de media hora, no había llegado a la conclusión de que esos pantalones se hallaban en la lavadora, mojados.

- Oh vamos calabaza, de seguro que los has visto por algún sitio...- decía Jerry casi exasperado.
- que no los he visto, franchute...- dije divertida, mientras alternaba mi mirada entre el chat con Blythe y la cara de enfado de Jerry.
- ¿Tía Marilla? - gritó Jerry hacia el segundo piso.
- ¿Sí? - le respondió Marilla desde el piso de arriba.
- ¿De casualidad no sabe dónde están mis jeans negros? - preguntó Jerry un poco sonrojado.
- No... - dijo Marilla con suavidad - ¿Ya revisaste en la lavadora? - preguntó luego de una pausa.

La cara de Jerry era digna de ser retratada, yo no pude reprimir más mi carcajada y comencé a reír fuerte y claro. Jerry se volteó hacia mí con una mirada asesina y cara de enfado, pero pude distinguir un atisbo de sonrisa en sus labios.
- Eres puré de Calabaza, Shirley...- me dijo mientras comenzaba a caminar hacia mí para hacerme cosquillas.
- ¡No! ¡No por favor! - decía entre risas mientras subía al segundo piso con Jerry pisándome los talones.

Jerry con un ágil movimiento logró quitarme el móvil de mi mano y comenzó a correr hacia su cuarto, intenté detenerlo, pero no pude. Jerry se encerró, yo mientras tanto, golpeaba su puerta, enojada.
- Vamos Jerry, devuélveme mi móvil... - le dije algo molesta.
- te lo devolveré cuando estés vestida para ir a la fiesta. - dijo Jerry de manera juguetona.
- falta más de una hora... Vamos, devuélvemelo...- dije a modo de súplica.
- no lo haré, vamos, tampoco soy estúpido, sé que no quieres ir, y que por eso estás tan relajada y echaste a lavar mis jeans favoritos aunque estuvieran limpios, recién lavados... Para que no pudiera acompañarte y Marilla no te dejara ir.
- ¡Eso no es verdad! - dije algo sonrojada al ver expuesto mi plan.
- sabes que estás mintiendo - dijo Jerry de forma burlona - ya, ahora vete, a menos que quieras pagar penitencia el domingo por la mentira que acabas de decir.

Anne with an E | siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora