LXV

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Anne:

Las clases de ese día finalizaron con una tediosa y desagradable clase de gimnasia; no lograba comprender la finalidad de que te enseñaran a hacer la posición invertida, si es que no te querías dedicar a ser deportista olímpica, era sin duda alguna ridículo.

Estábamos en los camerinos cambiándonos de ropa y aseándonos, Diana estaba a mi derecha, cambiándose su polera; las demás chicas ya habían terminado y se habían ido. Mientras tanto yo, me abrochaba mis zapatillas.
- ¿Has hablado con Dorothy? - me preguntó Diana de repente.
- No... No la he visto - dije sin despegar mis ojos de los cordones y sin cambiar mi postura.
- Está... Extraña - dijo Diana casi en un susurro.
- ¿Extraña? - dije confundida y medio riendo, mientras cambiaba mi pose y levantaba mi cabeza para mirar a Di.
- Sí, no lo sé, no sé cómo explicarlo... - se rascó su frente con gesto incómodo mientras acomodaba su mochila sobre su hombro. - está como enojada... Pero no enojada, está enfadada contigo, con el mundo... - dijo mientras yo me ponía de pie y acomodaba mi mochila en mi espalda.
- ¿Crees que se haya enojado por lo de Gilbert? - le pregunté a Diana mientras me soltaba mi coleta alta.

Diana se encogió de hombros y se rascó la ceja con nerviosismo. La miré curiosa y me mojé mi cara otra vez.
- ¿Qué pasa? - le pregunté curiosa.
- nada... - dijo mientras se acercaba a mí y me ayudaba a cepillar mi cabello. - solo, te tengo una pregunta, no es para molestarte, ni mucho menos para hacerte dudar de lo que sientes... Solo quiero saber esto por tu bien...

Asentí lentamente y Diana, a mis espaldas, suspiró.
- ¿Ya has perdonado a Gilbert? - soltó de sopetón, su pregunta fue un golpe bajo, a decir verdad.
- ¿Por qué lo preguntas? - dije sin saber qué contestar a esa pregunta.
- Pues, porque ha llegado, te ha dicho un par de palabras de disculpa, todo súper tierno, no lo puedo negar, te pidió perdón de rodillas y todo lo que quieras... - dejó de peinarme - pero Anne, ¿De verdad tu perdón es tan fácil de conseguir? - bajé mi mirada hasta mis manos - Entiendo que lo hayas extrañado mucho, que hayas echado de menos abrazarlo y besarlo... o que hasta hayas extrañado la sensación de estar con alguien, no lo sé, quizás esté equivocada... Pero Anne, él te hizo mucho daño... Mucho mucho daño, lloraste demasiado por él - dejó el cepillo a un lado de mí y me volteó con suavidad - yo te vi llorar por él noches completas, te vi esperar su mensaje o algún tipo de contacto, después de que él desapareciera, muchísimos días... y si bien, las dos sabemos que todo lo que él hizo no lo hizo por maldad, porque lo conocemos más que los demás, creo que lo has dejado volver a tu vida muy fácil... - suspiró y acarició mi mejilla.
- Todavía no hemos hablado... Él no me ha explicado todo... - dije en un susurro casi inaudible.
- Lo sé, sé que no han tenido tiempo, pero eso lo hace aún peor... Lo has dejado volver a tu vida, retomar "su lugar" como si el año que pasó en Alberta no hubiera existido, y eso está mal... No te estoy diciendo que no lo debes perdonar, que nada debe ser como antes, o que está mal que desees estar con él otra vez... Pero, Anne... Por favor, haz que luche por "su lugar", que si quiere ser lo que eran antes de que él se fuera a Alberta, bueno, que se esfuerce... Que te pida ser algo más serio, que especifique qué quiere... Que te conquiste otra vez... - dijo con énfasis - vas a cumplir 15 años en pocos meses, ya no eres la niñita pequeña de 13 que llegó a Avonlea y no sabía ni contestarle a Josie Pye, ya no estás para ese tipo de relación extraña que mantenías con Blythe hace 1 año... Has madurado, y con eso, tus tipos de relaciones tambien han madurado. - asentí con lentitud y Diana me sonrió tranquilizadoramente - Hazte valer, Anne... Vales mucho, no debes permitir que nadie, escúchame bien - dijo tomando mi rostro con sus dos manos y conectando nuestros ojos - nadie, te dañe... Que nadie te falte el respeto. Haz que Blythe se de cuenta de que este año pasó, pasó cuenta en cada uno, y en su "relación amorosa", haz que se de cuenta, de que ya no eres la misma de hace un año, y de que debe conquistarte otra vez...
- Pero, Di... Él ya me tiene conquistada, yo...- Diana negó con la cabeza enérgicamente.
- No, Anne... Él no te tiene comiendo de la palma de su mano, eso sí que no. - dijo con un tono risueño que me hizo sonreír - hazle saber que nada está escrito, haz que no de nada por hecho contigo... Que sepa que hay competencia...
- ¿Qué competencia podría existir? - dije mientras sacaba mi botella de mi mochila y la comenzaba a llenar de agua - Nadie, absolutamente nadie, en todo este año, se ha fijado en mí...
- ¡Dios! - dijo Di de forma dramática - ¡Tú si que eres ciega! - terminó medio riendo mientras llenaba su botella con agua en el grifo de al lado - has tenido a tres personas babeando por ti, y tú ni te enteras...
- ¡¿Tres personas?! - le pregunté algo sonrojada.
- Sí, tres personas - dijo segura - de las cuales, dos siguen babeando por ti - dijo mientras asentía y comenzaba a caminar hacia la salida del camerino. - ¡Y eso sin contar a Blythe! - dijo medio riendo y yo caminé a su lado hasta la salida.
- Eso es mentira... - dije luego de beber un largo trago de agua.
- ¡Por supuesto que no! - soltó Diana ofendida - soy una perfecta cristiana, no me atrevería a mentir - aseguró con firmeza e hizo una pausa - bueno, el punto era, que da igual si tienes o no personas babeando por ti... Le debes hacer creer a Blythe que hay alguien más, que tiene competencia, que tú ya no eres la misma que hace un año y que ya no estás para "besitos por aquí, besitos por allá, jaja no somos nada"
- Entiendo... - dije en un tono bien bajito.
- Y otra cosa, Anne... No cambies tu rutina por él - dijo volteándose hacia mí - hoy sí, está bien que cambies tu rutina por su regreso, es el primer día... Pero mañana, sigue haciendo lo mismo, si almuerzas con nosotros, sigue haciéndolo, si salimos todos los sábados, sigue haciéndolo... No nos dejes de lado por él, Anne. Si él desea estar contigo, se sumará a tu rutina, almorzará con todos, saldrá los sábados con el grupo... Pero no le des tanta importancia, Anne... A menos que tú quieras cambiar algo de tu día a día, en ese caso, está perfecto. Pero no cambies tu día a día por un chico...

Anne with an E | siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora