XLI

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Gilbert:

La respuesta de Anne me dio 1000 años de vida.

Ella no me odiaba... Ella me había contestado. Mi querida Anne, realmente estaba hablando con mi querida Anne.

Le quité el móvil de las manos a Freddie, quien se hallaba lo suficientemente mareado como para protestar. Leí la respuesta de Anne, mientras pasaba una de mis manos entre mis rizos.

Freddie se acomodó sobre el sofá y soltó un prolongado suspiro, abrazó una almohada y se volteó, preparado para dormir.

- Buenas noches princesa Gilberta, la dejo hablar con su zanahoria...

Sonreí débilmente ante esa frase, pero no le contesté, estaba demasiado concentrado en buscar una respuesta para Anne.

Me quedé mirando el móvil por unos cinco minutos, sin saber qué decir o cómo empezar esa conversación que nos teníamos pendiente.

El ronquido de Freddie me alertó de que ya había pasado muchísimo tiempo, tanto como para que Freddie se durmiera profundamente.

Le envié mi respuesta mientras mis manos temblaban, apagué el móvil nervioso... El solo hecho de pensar que alguna de mis palabras podía arruinar toda esta perfecta situación, me ponía los nervios de punta, se me hacía un nudo en el pecho.

Ya le había enviado mi respuesta, y deseaba de todo corazón que su respuesta fuera buena, pero lo más importante, que llegara rápido.

La ansiedad me estaba consumiendo poco a poco, Freddie a mi derecha dormía plácidamente, abrazando una almohada y babeando otra. Sonreí ante esa imagen, dormía de la misma forma que cuando éramos pequeños mocosos.

En la pantalla de mi móvil no había ni un solo indicio de Anne.

"Conociéndola, ya debe haberse quedado dormida..." Pensé mientras suspiraba y frotaba ambas manos sobre mi rostro.

Freddie soltó un gas realmente putrefacto, me puse de pie de un salto mientras reía, por mis carcajadas Freddie se despertó y olfateó su peste.

- Oh Freddie, te estás pudriendo...- reí mientras tomaba una revista de la sala y echaba aire para que el olor putrefacto del gas se disipara.

Freddie rió suavemente y respiró profundamente.
- Una verdadera delicia...- dijo bromeando.
- ¡Freddie! ¡Qué asco! - dije riendo mientras Freddie se ponía de pie.
- Vamos a la cama Gilberta, mañana ordenamos este desastre.

Asentí en silencio mientras tomaba mi móvil y dejaba la revista sobre la mesa. Nos encaminamos juntos hacia el pasillo que dirigía a las habitaciones.

Freddie me sonrió ladeadamente y me desordenó mis cabellos.
- Mañana me cuentas qué te ha respondido tu chica - sonrió y abrió la puerta de su cuarto - descansa Gilbert - dijo con suavidad, a modo de suspiro, mientras cerraba la puerta.

- Buenas noches Freddie - dije con una sonrisa en los labios.

Sin duda estaba nervioso, la ansiedad ya estaba presente en todo mi organismo, y aumentaba a cada segundo. No podía creer que me iba a sentir así hasta que Anne pudiera contestarme.

Deseaba con todas mis fuerzas que eso fuera lo más temprano posible.

Me recosté sobre mi cama, me saqué los zapatos y me puse mi pijama. La noche estaba muy helada, demasiado. La nieve caía y el viento soplaba con fuerza. Miré unos cuántos minutos por la ventana, el paisaje era sin duda alguna hermoso. No podía evitar recordar mi querido Avonlea, siempre tan helado y frío, tan...

Anne with an E | siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora